En 1999, Lucasfilm lanzó una nueva película de Star Wars. Fue la primera obra que llegó a los cines tras el estreno de El Retorno del Jedi. Las expectativas eran gigantescas, ya que fue más de una década y media de espera.

El Episodio 1, también conocido como La Amenaza Fantasma, fue un hit colosal en la recaudación, pero poco a poco se instaló un sentimiento de negatividad hacia la obra dirigida por George Lucas. Y en ese escenario, los principales dardos fueron disparados contra Jar Jar Binks, una creación digital armada como un gancho para encantar a toda una nueva generación de fans.

Considerado como la primera gran creación de efectos digitales, cuyo protagonismo en una película era incuestionable, el disparatado Gungan fue objeto de burlas y odios por parte de fans de la franquicia, superando toda animosidad previa existente hacia los ewos y dejando como víctima colateral al actor que tuvo la misión de interpretarlo: Ahmed Best.

"El próximo año se cumplirán 20 años desde que confronté una reacción negativa de los medios que al día de hoy sigue afectando mi carrera", explicó Ahmed Best‏ a través de un tweet. "Este fue el lugar en el que casi acabé con mi vida. Todavía es difícil hablar de esto. Sobreviví y este pequeño tipo es mi regalo por sobrevivir. ¿Sería esta una buena historia para mi show en solitario? Háganmelo saber", explicó.

https://twitter.com/ahmedbest/status/1014222723764162561?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1014222723764162561&ref_url=http%3A%2F%2Fcomicbook.com%2Fstarwars%2F2018%2F07%2F03%2Fjar-jar-binks-star-wars-suicide-ahmed-best%2F

Ahmed Best tenía una carrera como bailarín antes de entrar en el campo de la actuación. Como parte del grupo "Stomp", visitó múltiples escenarios con todo su talento de percusionista. Pero su sueño, que parecía explotar gracias a la posibilidad de ser parte de la saga más importante del cine, simplemente se esfumó más allá de algunos pequeños roles.

Todo esto fue antes de la era de las redes sociales, por lo que es imposible compararlo con las reacciones virulentas que generó, por ejemplo, The Last Jedi. Pero que Best reconozca que contempló el suicido no es menor.