Aunque las primeras temporadas de Black Mirror fueron ampliamente elogiadas, las entregas más recientes presentadas por Netflix han dividido a la crítica y la audiencia general.
La sexta temporada, estrenada recientemente por el streaming, no ha sido la excepción y no pocos espectadores se han volcado a redes sociales para plantear que Black Mirror, a grandes rasgos, dejó de ser Black Mirror.
Pero su creador, Charlie Brooker, no está de acuerdo con las críticas y aseguró que la serie nunca ha sido solo sobre los peligros de la tecnología.
“Definitivamente fue una decisión consciente cambiar ligeramente lo que es el programa”, dijo Brooker a Games Radar. “Fue interesante restablecer las cosas de esa manera. Fue una limpieza de paladar y significa que estás abordando todos los demás episodios desde una perspectiva ligeramente diferente”, agregó.
“Había un ligero peligro de que la gente lo pusiera entre paréntesis como el programa de ‘la tecnología es mala’, y lo encontré un poco frustrante en parte porque siempre pensé: ‘Bueno, el programa no dice que la tecnología es mala. El show dice que la gente está jodida’. Entonces, ya sabes, ‘¡Entiéndela bien!’”
En esa línea, el creador apuntó a la sátira y los comentarios sobre los medios de la nueva temporada, así como su énfasis en temas como imagen personal, la identidad y la percepción.
También planteó que la recepción también podría deberse al hecho de que el episodio ‘Loch Henry’ se convierte en una especie de documental de crimen o que ‘Joan is Awful’ termina siendo una pesadilla existencial que también se relaciona con el control y la identidad.
Además dijo que la serie están presentadas de forma inversa a la manera en que fueron escritas y que el episodio ‘Demon 79′ se ideó como un Red Mirror, una especie de pieza complementaria a Black Mirror.