En octubre del año pasado un grupo de arqueólogos que trabajaban en la tumba de una familia noble en la provincia de Henan ubicada en el centro de China, descubrió un sitio de 210 metros cuadrados que desde los tiempos de la Dinastía Han del Oeste (202 A.C al 8 D. C.) albergaba la tumba de un hombre noble.
En ese sitio, junto a los restos bien conservados del noble, también se descubrieron vasijas de barro pintadas, materiales hechos de jade y bronce, una lámpara en forma de ganso y un tiesto de bronce que en su interior contenía un intrigante líquido amarillento.
En su minuto, los arqueólogos asumieron que este líquido era vino elaborado con arroz y granos de sorgo, como dictaba la tradición de la época, y algo a lo que claramente apuntaba su aroma etílico. Sin embargo, luego de meses de análisis descubrieron que en efecto esa sustancia no era vino sino que un "elixir de la inmortalidad".
Según explica el sitio Xinhua, los 3,5 litros de líquido que contenía el tiesto estaban compuestos principalmente de nitrato de potasio y alunita, los ingredientes principales del "elixir de la inmortalidad" descrito en los en textos taoístas.
"Es la primera vez que se encuentran 'medicamentos inmortales' míticos en China", dijo Shi Jiazhen, director del Instituto de Reliquias Culturales y Arqueología en Luoyang a Xinhua. "El líquido es de gran valor para el estudio de los antiguos pensamientos chinos sobre el logro de la inmortalidad y la evolución de la civilización china", añadió.
Los investigadores desconocen si este líquido era meramente ritual o estaba ubicado en la tumba con otros fines. Pero, como el noble sigue muerto, podemos asumir que ciertamente no funciona si la intención era que él lo bebiera.