Parece que tal y como sucedió con la estrategia de Warner Bros y HBO Max, Paramount también estaría enfrentando problemas por su decisión de estrenar a A Quiet Place 2 en el streaming Paramount+ 45 días después de su debut en cines.

De acuerdo a Bloomberg, el estudio particularmente estaría enfrascado en un conflicto con Emily Blunt y John Krasinski. Todo debido a las regalías que se verían perjudicadas ante la pronta llegada de A Quiet Place 2 al servicio de streaming.

Concretamente, la actriz que ha protagonizado ambas películas de A Quiet Place y el actor que volverá a asumir el papel de director para la secuela, habrían sellado contratos que contemplaban compensaciones en base al rendimiento de taquilla de la película.

Pero como A Quiet Place 2 no se estrenará en circunstancias normales y ahora llegará mucho antes de lo acostumbrado a un servicio de streaming, Blunt y Krasinski estarían interesados en sellar un nuevo acuerdo con Paramount para solventar de alguna manera las ganancias que perderían debido a este cambio en la estrategia de estreno.

Considerando que el coronavirus ha provocado que varios estudios modifiquen sus planes para los lanzamientos, las compensaciones a directores y actores por las mencionadas cláusulas de rendimiento de taquilla de las películas no son algo nuevo. Recuerden que, por ejemplo, Warner Bros le habría pagado $10 millones de dólares a Gal Gadot y Patty Jenkins por el debut de Wonder Woman 1984 en HBO Max.

No obstante, aunque Warner Bros ha tenido que negociar con sus figuras después de su polémico anuncio para los estrenos simultáneos en HBO Max y los cines, desde Bloomberg dicen que Paramount no estaría dispuesto a ceder con Blunt y Krasinski.

“Los representantes de la pareja, junto con otros productores que tienen interés en la actuación de taquilla de la película, incluido el cineasta Michael Bay, han pedido una compensación a Paramount”, señala el reporte de Bloomberg. “Según la persona, y las discusiones continúan. Pero el estudio los ha rechazado hasta ahora”.

Así, aunque por ahora no está claro cómo se resolverá esta situación, tengan en cuenta que un conflicto así podría dañar las relaciones entre el estudio y los actores, afectando no solo al desarrollo de otras potenciales entregas de A Quiet Place, sino que también a otros proyectos.