El 28 de agosto de 2005 en la ciudad de Grand Rapids, Minnesota, se produjo un hecho insólito. Desde el museo en honor a Judy Garland desparecieron misteriosamente los zapatos de rubí que la actriz utilizó cunado interpretó a Dorothy en El Mago de Oz de 1939.
Por años la desaparición de uno del icónico calzado usado por Garland durante la filmación de la película parecía el crimen perfecto. En la vitrina que había sido quebrada para robar los zapatos del museo no habían huellas dactilares, ni tampoco habían imágenes de cámaras de seguridad que permitieran dar con los responsables.
Así, los zapatos desparecieron sin dejar rastros de su paradero, impulsando múltiples rumores en torno a su robo.
Algunos rumores apuntaban a que alguien del propio museo, codicioso por el gran valor de los zapatos, los había robado. Otros señalaban que Michael Shaw, el coleccionista que había prestado los zapatos al museo, habría hecho desparecer el calzado para cobrar un seguro. Y por último, otra teoría, decía que todo era producto de la broma de un grupo de adolescentes, quienes aterrorizados por su acción finalmente habrían arrojado los zapatos a un lago.
De parte del museo negaron los dos primeros rumores, asegurando que su personal no sería capaz de algo así y desestimado las supuestas intenciones de Shaw. Sin embargo, la tercera hipótesis no fue descartada y en 2015 un grupo de buzos investigó infructuosamente las profundidades del lago Tioga Mine Pit en busca de los zapatos.
En esa instancia parecía que los famosos zapatos de rubí jamás volverían a las vitrinas del museo, más aún cuando una recompensa de $1 millón de dólares por pistas de su paradero solo había propiciado información falsa o errónea. Y así fue por tres años más, hasta que este martes el FBI por fin dio cuenta del hallazgo de los zapatos de Dorothy.
La entidad no dio detalles sobre el paradero de los zapatos, ni sobre los eventuales responsables de su desaparición. Pero lo cierto es que los zapatos, tan codiciados por la bruja y los coleccionistas, que estiman su valor entre $2 y $3 millones de dólares, finalmente fueron ubicados.
En ese sentido, aún no está claro que pasará con los zapatos porque tras su desaparición en 2005 Shaw, además de recibir una indemnización por $800 mil dólares, se convirtió en el dueño legal del famoso calzado.
De todas manera este no el único par de los famosos zapatos utilizados en la filmación de El Mago de Oz que aun ronda por ahí. Según indica CNN en 1970 Kent Warner, un diseñador de vestuario, encontró un número indeterminado de estos zapatos en una guardarropía. Warner decidió conservar la mayoría de los zapatos y vender algunos en subasta de MGM Studios, donde Shaw habría adquirido el par que fue robado.
Por otra parte, en 1998, un coleccionista adquirió otro par del mágico calzado que anteriormente pertenecía a una profesora. Mientras que desde 1979 otro par de los zapatos de rubí es exhibido en el Museo Smithsoniano.
El último par que se conoce será exhibido en Academy Museum of Motion Pictures que abrirá sus puertas este año, gracias a una incitativa de Leonardo DiCaprio.