Casi 20 minutos. Eso duró el evento principal de RAW durante esta semana, centrado en el quiebre de un tag team que alcanzó una importante popularidad. Sin embargo, dicho equipo nunca logró ganar un título ni menos ser memorable más allá de su presentación. No consiguieron el oro en NXT, menos estuvieron cerca cuando subieron a las grandes ligas de la WWE.

El equipo de Enzo Amore y Big Cass ya no va más, pero probablemente es lo mejor que podría haberle ocurrido a ambos luchadores. Aunque el equipo logró conectar con la audiencia, sus combates eran muy repetitivos y usualmente no salían del promedio. El equipo de guionistas tampoco confío en darles más protagonismo, pese a que el dueto de Enzo y Cass siempre fue una promesa no cumplida de un equipo dominante.

De hecho, en algún punto se pensó que ganarían el título en parejas en Wrestlemania, cosa que no sucedió ante la sorpresa de los Hardy. Los mismos que eclipsaron a unos Enzo y Cass cuya única ruta era disolverse. A esta altura, ya era inevitable el quiebre.

¿Tuvieron alguna gran pelea?

¿Estuvieron involucrado en alguna buena historia?

¿Destacaban más allá de la presentación inicial que tenían al llegar al ring?

Que las respuestas sean negativas dan cuenta de por qué el quiebre no es tan grande como la WWE quiere vender.

Lo cierto es que la historia del equipo tuvo un desenlace sin sorpresa, en una nueva historia de atacantes misteriosos de obvia resolución, marcando el pasado lunes un nuevo cierre mediocre de un programa de la marca roja de la compañía de Vince McMahon. El mismo que se deleita con un Big Cass que es de siete pies de altura y sabemos que eso no es algo que se pueda enseñar.

El escenario para ambos luchadores probablemente será de contrastes. La WWE dará un empuje a Cass, mientras que Enzo no la tendrá fácil a la hora de encontrar un lugar. Quizás lo suyo será llegar a la categoría de los cruceros, pero su talento en el ring no es tanto y esa propia competencia está generalmente con un foco de tercera línea.

Solo queda esperar que ambos ahora sí funcionen por separado, ya que aunque siempre se dice que los títulos no importan, ni siquiera en términos de historia destacaron Enzo y Cass. La unión de ambos no hizo la fuerza y la WWE nunca apostó por transformarlos en el equipo a vencer. Los separaron antes de que fueran grandes y eso no se puede negar.