La falta de políticas públicas para reducir las emisiones de dióxido de carbono y las pocas ganas de Donald Trump de combatir el cambio climático le están pasando la cuenta a Estados Unidos.
Endadget reveló que analistas de Rhodium Group detectaron que las emisiones de CO2 aumentaron en un 3,4% desde 2017 a 2018, el mayor incremento de este índice desde 2010.
Las razones que se vinculan a esta alarmante alza son un invierno más frío que en años anteriores, lo que llevó a un mayor uso de gas y combustible, además de una economía al alza, que motivó un mayor uso de fábricas, aviones y camiones, entre otros vehículos que emiten CO2.
Debido al boom económico, también ha aumentado el uso de electricidad, y sin energías renovables, la ciudadanía se volcó hacia el gas natural. De hecho, las emisiones relacionadas a este tipo de energía aumentaron en un 1,9%.
A pesar de estas desalentadoras cifras, hay puntos positivos. Las emisiones de combustibles fósiles se lograron mantener más bajas que su momento más alto registrado en 2005. Además, por más que los automovilistas estén cubriendo mayores distancias, el uso de gas se redujo en un 0,1% respecto al año pasado. Al parecer, esto sería porque los autos híbridos y/o eléctricos estarían teniendo una mayor aceptación.