Que los smartphones se han convertido en herramientas fundamentales para sobrevivir el día a día del mundo moderno, es algo que no puede negarse. Son nuestras agendas, nuestra ventana al mundo, nuestro reloj, nuestra calculadora y la principal forma que tenemos de conocer y mantener contacto con personas a nuestro alrededor. Pero de ahí a considerarlo como un amigo más, eso si que es algo extraño, sobre todo considerando que, hasta donde sabemos, Siri no es una persona que habita en nuestros celulares.
Pero esa extraña costumbre es lo que justamente encontró la gente de Motorola en un nuevo estudio llamado Phone-Life Balance (Balance de Vida y Teléfono), realizado en conjunto con la consultora Ipsos, quienes encuestaron a 4.418 usuarios de smpartphones, entre 16 y 65 años alrededor de todo el mundo para ver qué tan dependientes del celular realmente somos. Y los resultados, como pueden imaginarse, muestran que de verdad no podemos separarnos de los pequeños espejos negros.
La mitad de los encuestados, por ejemplo, reconoció revisar el celular con más frecuencia de la deseada y admite no poder evitar hacerlo, sabiendo que es algo que no les gusta hacer, pero que es una costumbre.
Un 35% de todos los encuestados dice que dedica demasiado tiempo a su teléfono y cree que sería más feliz si lo usara menos. En el caso de los jóvenes, este número aumenta en un 44%. El estudio también habla de lo que se denomina una dependencia emocional, ya que dos tercios de los usuarios admite sentir pánico al pensar que ha perdido su teléfono (en el caso de los millennials, la cifra aumenta a un 75%).
Ahora, sin duda son los más jóvenes -menores de 30- los que más dependen de sus teléfonos, al punto de considerarlos mucho más que un dispositivo tecnológico. Un 53% de los jóvenes encuestados considera que su smartphone es su mejor amigo y un tercio de ellos dice preferir usar su celular en vez de interactuar con sus seres queridos. De todas formas, un 60% de los participantes dice que considera importante mantener una vida al margen de la que ocurre en el celular y que es necesario encontrar un equilibro en el uso de la tecnología. Algo que sería bastante más fácil si las compañías dejaran de lanzar equipos que cada vez nos entregan más razones para llevarlos en nuestros bolsillos en cada momento y contarles nuestros secretos.