Desde la primera edición de la Evolution Championship Series en el año 2002, un juego siempre había estado presente en todas las ediciones del torneo de juegos de pelea más importante del globo: la saga Marvel vs. Capcom.
En aquella edición realizada hace 16 años, Justin Wong y su equipo de Storm, Sentinel y Cyclops, se coronaba como el primer rey indiscutido del entonces extremadamente popular Marvel vs. Capcom 2. El estilo frenético del juego, la popularidad de sus personajes y por sobre todo el hype que generaba en los espectadores de cada encuentro, convirtieron a la saga en un infaltable en todas las ediciones que siguieron.
"When's Mahvel?" se convirtió prácticamente en un meme, y la locura por Marvel vs. Capcom 2 solo pudo ser reemplazada por su secuela: Marvel vs. Capcom 3 en el año 2011. La escena de un juego que se sentía desgastado volvía a revitalizarse con nuevas combinaciones y rostros como Filipino Champ, Chris G y KaneBlueriver, el jugador nacional que se coronó campeón de Ultimate Marvel vs. Capcom 3, el mismo año en que Gonzalo ZeRo Barrios hacía lo mismo con Super Smash Bros. 4.
A estas alturas, Marvel vs. Capcom se había convertido en un intocable dentro de la cita mundial, aun cuando con los años la cifra de jugadores inscritos iba disminuyendo tras el abandono de Capcom a la comunidad y a la realización de parches de balanceo. Pero la compañía tenía guardado un as bajo la manga, el lanzamiento de Marvel vs. Capcom Infinite, un nuevo juego de la saga que buscaba revivir la chispa que se estaba apagando.
Un juego que rápidamente comenzó a oler mal para la comunidad de jugadores: estéticamente se trataba de un juego mediocre, las mecánicas de juego se habían simplificado y el juego se había convertido en un producto más de marketing para el MCU de Disney, lo que significó remover a todos los personajes que no participan en las películas de Marvel Studios, incluyendo a los X-Men y villanos como Dr. Doom.
El juego fue a todas luces un fracaso: de las 2 millones de copias que Capcom había proyectado como mínimo, sólo lograron 1 millón, lo que también se vio reflejado en la baja participación de torneos sobre el juego. La chispa de Marvel, por primera vez en 16 años, se había apagado.
Y es precisamente por eso que Marvel vs Capcom Infinite se coronó como el gran ausente de la lista de 8 juegos que estarán presentes en la edición 2018 de la EVO, revelada ayer por el equipo organizador.
Los juegos que estarán este año son Tekken 7, Super Smash Bros. Melee, Super Smash Bros. 4, Guilty Gear Xrd REV2, Injustice 2, Blazblue Cross Tag Battle, Street Fighter V Arcade Edition y Dragon Ball Fighter Z, siendo este último el juego que quizás tiene el mayor potencial de convertirse en el relevo para los fanáticos de Marvel, por su estilo de juego similar y por el nivel de hype que causan sus peleas.
La lista completa no estuvo exenta de polémica, sobre todo por al inclusión de juego como Melee, que podrían haber sido reemplazados por títulos más nuevos, o el caso inverso, el de Blazblue Cross Tag Battle, el que será lanzado recién en mayo, por lo que los competidores tendrán poco más de un mes para practicar con los personajes, por lo que la escena competitiva no estará del todo madura. Pero lo cierto es que, incluso con estas anomalías en la lista, Marvel vs. Capcom no llegó a estar incluido y lo peor de todo esto es que en realidad nadie lo va a extrañar. Porque así de insípida ha sido la experiencia con Infinite.