Game of Thrones: La previa de la gran batalla en Invernalia
El segundo episodio de la última temporada estableció el panorama previo antes del ataque de los muertos en el Norte de Westeros.
Una de las principales fortalezas de lo que están siendo los últimos capítulos de Game of Thrones radica en la forma en que la historia ha confluido para reunir a gran parte de los personajes en un solo punto. Mientras Cersei está resguardada en el sur, probablemente para instalarla como el último gran desafío para definir el futuro de Westeros, los principales personajes que han sobrevivido, llegaron hasta Invernalia para preparar la gran batalla contra los muertos.
El último en hacer su arribo hasta los dominios históricos de los Stark fue Jaime Lannister, por lo que el comienzo del segundo episodio de la nueva temporada comenzó en torno a su juicio frente a las mujeres cuyas vidas cambiaron por sus acciones. Por un lado está Daenerys, la hija del rey al que el Lannister mató, y Sansa, la hija del hombre cuya cabeza fue cortada por orden del hijo de Jaime.
Pero Jaime Lannister, quien tiene la misión de reconocer que Cersei mintió y se hizo de un ejército para arrasar con todos aquellos que sobrevivan al ataque de los muertos, remarca que no está dispuesto a pedir perdón. Lo que hizo, lo concretó por su familia en medio de una guerra. Pero está aquí porque ahora es imperante sobrevivir.
Es ahí en donde el respaldo de Tyrion no sirve, especialmente porque sus consejos como mano de Daenerys resultaron en un fiasco, pero sí surten efecto los dichos de Brianne de Tarth. Su defensa, las palabras que explican las acciones que concretó Jaime en el pasado, en donde su mano fue cortada por evitar que Brianne fuese violada, y mantuvo su palabra dada a la madre de los Stark, bastan y sobran para Sansa. Y como para la batalla contra el Rey de la Noche necesitan a cada hombre, las palabras de Jon terminan por devolverle la espalda al Lannister.
Lo que sigue a continuación es la preparación para la gran batalla de Invernalia, con los diversos sobrevivientes definiendo estrategias para el combate o simplemente disfrutando de las que podrían ser las últimas horas de sus vidas. En ese escenario, las diversas interacciones de los personajes buscan saldar cuentas pendientes o simplemente dar cuenta del momento trascendente que están viviendo todos. De ahí que Arya tenga sexo con Gendry, Theon Greyjoy busca saldar sus deudas con los Stark defendiendo el castillo o Sam entregue la espada de su familia a Sir Jorah.
Pero son otras las acciones que elevan al episodio en su propuesta que busca cerrar tramas pasadas para avanzar hacia el inevitable fin. Por un lado, Sansa y Daenerys concretan una reunión en solitario en las que ponen todas las cartas sobre la mesa, especialmente en lo que concierne a Jon Snow. Pero es el destino del norte, y lo que hará la madre de los dragones una vez que llegue al trono de hierro, lo que marca las distancias entre ambas. De hecho, un simple gesto, en el que Daenerys aleja su mano de Sansa, sirve para establecer los temas que siguen pendientes en el juego de tronos.
Otro punto no menor tiene relación con Brianne, quien es el foco de uno de los momentos más emocionantes del episodio. Aunque el retorno de Tormund sirve para seguir jugando con la atención que le genera la mujer guerrera, es su lugar en la batalla lo que demuestra cómo el mundo ha cambiado en los últimos años de Westeros. No solo Brianne comandará el flanco izquierdo de la pelea, sino que Jaime Lannister la convierte en un caballero, cumpliendo el gran sueño que la guerrera creía que jamás podría concretar ante la falta de un rey. Es por lejos el momento más satisfactorio del capítulo.
El momento más importante del episodio radica en la definición de la estrategia para combatir a los muertos, ya que Jon Snow tiene claro que no ganarán con una pelea directa. De hecho, y como se podía prever, Snow llega a la conclusión de que acabar con el Rey de la Noche es la mejor oportunidad para ganarles a los muertos. Sin él, estarán perdidos. En ahí en donde Bran se convierte en la clave, ya que como el Rey lo marcó y está en su búsqueda, utilizarlo como carnada será la mejor oportunidad para atraerlo.
Lo que sí está claro es que el capítulo deja en claro que la gran batalla, que dominará al próximo episodio de la serie, causará múltiples bajas y las muertes estarán a la orden del día. Por eso son clave las interacciones de los personajes, las definiciones que hacen de cada uno y lo que tienen pendientes. Hay algunos, como Theon, que parecen haber llegado al momento final, pero hay otros que obviamente aún tienen mucho por hacer.
Jon Snow, en ese sentido, es protagonista del que probablemente era el momento más esperado por los fans, una vez que finalmente queda a solas con Daenerys, de quien se escabulle durante todo el episodio tras la gran revelación del capítulo anterior. A solas, y frente a la estatua de Lyanna Stark, revela su verdad como hijo de Rhaenys Targaryen. Pero como era de esperarse, Daenerys no reacciona de la mejor forma al conocer que Jon es el verdadero heredero al trono por el que ella tanto ha batallado. Y su negativa a creer en las palabras del hombre que supuestamente quiere dejan en claro que no soltará su reclamo a la corona así como así. La escena con la mano en Sansa cobra una relevancia aún mayor con esos últimos minutos.
Lo siguiente, y una vez que la cámara se queda con Tyrion para demostrar que la batalla es inminente, es presentarnos a los Caminantes Blancos para establecer que han llegado a las inmediaciones de invernalia y su sonido es el canto de la muerte inminente. El próximo capítulo, según todas promesas, implicará a la mayor batalla de la historia de la serie y por lo que establecieron en este capítulo, lo mejor será prepararse porque es probable que varios de los personajes más queridos caigan ante los muertos.
El próximo capítulo de Game of Thrones, el tercero de la actual temporada, será emitido por HBO el próximo 28 de abril. Ahora solo quedan seis episodios más.
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