Por más de 35 años, restos de teléfonos de Garfield terminaban botados en la comunidad costera de Finisterre, en Francia, apareciendo ahí misteriosamente.
El juguete del gato fue muy exitoso en su momento, pero desde entonces, se había convertido en un problema tanto para los locales como para grupos ambientalistas, preocupados por la alta cantidad de plástico en el lugar.
Solo durante 2018, se recolectaron más de 200 piezas.
"Nuestra asociación existe desde hace 18 años, y desde entonces que encontramos pedazos de teléfonos de Garfield prácticamente en cada limpieza", comentó a la agencia AFP Claire Simonin-Le Meur, del grupo activista Ar Viltansoù.
¿Y de dónde venían todos estos curiosos aparatos? Tras la masiva campaña de grupos ambientalistas y la cobertura de los medios, un granjero local llamado René Morvan reveló a France Info que, cuando tenía 19 o 20 años, una fuerte tormenta sacudió la zona.
Tras la tempestad, él y sus hermanos estuvieron explorando cuevas de difícil acceso, a las que solo se puede entrar una vez que la marea esté baja. En una de ellas, a 30 metros de profundidad, se encontraba un gran container roto lleno de teléfonos.
"Tenías que conocer bien el área para saberlo. Encontramos un contenedor medio destruido. Estaba abierto y muchas de las cosas que transportaba ya no estaban, pero había un montón de teléfonos", declaró el granjero.
Morvan no había vuelto a la cueva por años, así que acompañó a un grupo de periodistas y voluntarios del grupo ecológico al lugar. Una vez ahí, encontraron restos del container a medio enterrar, junto con fragmentos de los teléfonos en todas partes.
https://youtu.be/idRETFR4beE
Si bien esto aclara gran parte del misterio, sigue existiendo la duda sobre si fue el único container que sufrió este destino, o en qué barco se encontraba originalmente.