Gary Starkweather, ingeniero e inventor que diseñó la primera impresora láser, volviendo la imprenta más accesible para todos, falleció a los 81 años a causa de leucemia.
Starkweather trabajaba como un ingeniero en las oficinas de Xerox Corporation (empresa que años después sacaría a la venta la fotocopiadora) en Rochester, Nueva York, en 1964, cuando comenzó a trabajar en una máquina que pudiera transmitir información entre dos copiadoras, para que una persona pudiera escanear un documento en un lugar y mandar una copia a otra persona que este en otra parte.
Decidió que esto se podría hacer mejor con la precisión de un láser, otra información reciente, que puede usar luz amplifica para transferir imágenes al papel. Después tuvo una mejor idea: en vez enviar granosas imágenes de un lugar a otro, sería mejor usar el láser para imprimir imágenes más definidas directamente desde una computadora.
Pero como su idea no coincidía con el mercado de la compañía, las copiadoras, su jefe la odió. En un punto amenazaron a Starkweather de que si no paraba de trabajar en ese proyecto, todo su equipo sería despedido.
Así que no tardó mucho en mudarse a California cuando la compañía abrió un nuevo laboratorio al norte de ese estado. Ahí un grupo de visionaros lo ayudó en desarrollar lo que se convertiría en una revolución tecnológica para la imprenta.
En el Centro de Investigación de Palo Alto, Starkweather construyó la primera impresora láser en 1971, en menos de nueve meses. Para la década de los 90's, era un indispensable en oficinas de todo el mundo. Para los 2000 ya se encontraba en varios hogares.
El legado de Starkweather ha perdurado durante casi 50 años, y a pesar de que el papel impreso va cada vez más a la baja, la tecnología láser está lejos de ser obsoleta.