Hubo un tiempo, hace algunos años atrás, en que los lentes de Google eran el futuro. El proyecto Glass buscaba crear la misma funcionalidad de un teléfono inteligente pero proyectado a tus ojos. Con ellos podías contestar llamadas, revisar el clima, ver mapas, información de cualquier tipo e incluso grabar lo que estabas viendo en primera persona. El 2013 se lanzó el primer prototipo de estos lentes, llamados Explorer Edition, a un precio bastante elevado: 1.500 dólares.
A pesar de no haberse convertido en un producto masivo, los lentes de Google comenzaron a tener problemas. Restoranes y cines comenzaron a prohibirlos, tanto para resguardar la privacidad de los comensales como para evitar grabaciones ilegales de películas, mientras que la poca vida útil del equipo, en contraste con los celulares que cada vez se volvían más y más poderosos, hicieron que el producto perdiera el interés del público.
En el año 2015, Google anunciaba que dejaría de producir el prototipo, tras lo cual se pensaba que el proyecto había muerto y su tecnología comenzaría a ser reutilizada en otros sistemas, como los celulares Pixel.
Pero dos años y medio desde aquella decisión, los Google Glass están de vuelta y no necesariamente en forma de fichas, sino que esta vez de un producto pensado para el mercado empresarial.
La nueva versión de los lentes de Google se llaman Google Glass Enterprise Edition y vienen con grandes mejoras con respecto al modelo anterior: un procesador mucho más poderoso, una cámara que aumenta de 5 a 8 Megapixeles, la posibilidad de adaptarlo a cualquier tipo de marco de lentes, una luz que avisa cuando los lentes están grabando y una batería que aumenta de 5 a 8 horas máximo su tiempo de vida.
El precio de estos nuevos lentes dependerá de la compañía que los esté pidiendo, ya que, tal como aparece en el sitio oficial del proyecto, estos son hechos a la medida y con software hecho específicamente para ayudar a las empresas que los vayan a usar, las que hasta ahora van desde compañías de transporte que pueden identificar los contenidos de una caja escaneando un código con su mirada hasta médicos que pueden acceder a la ficha de su paciente directamente a los ojos.
Al parecer el futuro se volvió a poner interesante, aunque nuevamente llegará solo para algunos.