¡El era mi padre!”.

La primera película protagonizada por Ian Holm que vi fue “Greystoke: La Leyenda de Tarzán, un drama con elementos de aventuras basado en la clásica historia de Edgar Rice Burroughs y que TVN transmitió en más de una ocasión a comienzos de los noventas.

Mucho antes de que viera Alien, o que la idea de una adaptación de El Señor de los Anillos se materializara, para mi Ian Holm era el actor que interpretaba a Phillippe d’Arnot, el explorador belga que da con el señor de los simios que nació en la jungla luego de que sus padres, herederos del condado de Greystoke, naufragasen en las costas de África.

D’Arnot, tras dar de casualidad con el perdido John Clayton, interpretado por Christopher Lambert, es protegido por el hombre de la jungla y posteriormente comienza sus interacciones de humanización, enseñándole tanto su lenguaje como el legado de su familia de Inglaterra.

Por eso, una vez que se dio a conocer la noticia de su muerte, inevitablemente de las primeras cosas de las que me acordé sobre su carrera, tras la secuencia de la muerte del androide y aquella que presentó la fuerza de posesión del anillo, fue de aquella escena en la que Phillippe intenta transmitirle que es un ser humano y no un simio.

A más de 35 años del estreno de aquella producción, Greystoke sigue siendo una de las más celebradas adaptaciones de la historia del clásico personaje. Y parte clave de su encanto radica en la interpretación de Holm, quien da vida a un aventurero que no solo se fascina al dar con un ser humano criado entre simios, sino que inevitablemente es el único que termina comprendiendo que este defina a un simio como su padre.

Hay un montón de mejores películas protagonizadas por el actor, y definitivamente otras más populares para la cultura pop, pero siempre recordaré su rol de Greystoke, por que nunca te olvidas de aquellas películas con las que conectaste cuando eras un niño.