High Score y su amor por los videojuegos es el documental de Netflix que tienen que ver inmediatamente
Esta notable nueva serie que ya se estrenó presenta un apasionado recorrido con historias desconocidas de los pioneros, las competencias del ayer y la revolución de todos los avances del mundo gamer.
Un grupo de estudiantes de ingeniería que compra máquinas de arcade para ganar monedas en su universidad, pero que terminan obteniendo aún más dinero luego de que empiezan a modificar a videojuegos como ‘Missile Command’ y ‘Pac-Man'. Los “Consejeros de Videojuegos” que Nintendo contrató para ayudar a resolver por teléfono las dudas de los jugadores en una época de 8-bits en la que no existían ni revistas ni tutoriales de Youtube. O el plan de cinco puntos un ejecutivo estadounidense de Sega para confrontar al imperio de Nintendo.
Ese es el tipo de historias que son parte de High Score, el nuevo documental de Netflix que ya está disponible en la plataforma de streaming y que a lo largo de seis episodios se convierte en una experiencia exquisita que nos lleva de lleno al origen de los videojuegos, centrándose en algunas de las más destacadas historias de la era dorada de las consolas primigenias y el éxito de los salones de arcades. Su gracia, claro está, también está en el hecho que algunas de esas historias son desconocidas para la mayoría.
La serie no se queda solo en ese rescate, ya que a pesar de contar con las voces de algunos pioneros que no son siempre recordados, su propuesta también indaga en otras aristas, como es el caso de aquellos jugadores que entraron a la industria para realizar cambios, como ocurrió con la inclusión de jugadores afroamericanos en el videojuego Madden, o la saga del abogado John Kirby para defender a Nintendo ante la acción legal de Universal Studios por el supuesto plagio a King Kong.
En el camino de su relato también hay mucha innovación, como la revolución que provocó Doom, y también el retrato del ingenio que existió para saltar las barreras tecnológicas y generar el proceso de avances que nos entregaron videojuegos cada vez más llamativos a partir de la década de los ochentas. Es en ese tipo de aspectos en donde esta serie documental realmente brilla.
También están las historias de aquellos gamers que se convirtieron en los precursores de los eSports. Ahí se hace presente Rebecca Heineman, la notable ganadora del primer torneo de videojuegos, el cuál estuvo centrado en Space Invaders.
O la de Jeff Hansen, campeón mundial de Nintendo en 1990, quien tuvo que superar un desafío conformado por videojuegos como el primer Super Mario o Tetris, recibiendo el apoyo de su familia para viajar a otras ciudades para competir. Y ni hablar de la carismática historia tras el MTV Sega: Rock the Rock, que demostró cómo buscaron añadir lo “cool” a los videojuegos durante la gran guerra noventera de las consolas.
Es en ese tipo de elementos en donde radica el éxito de este documental, ya que además de estar narrado de una forma muy amena, de la mano de Charles Martinet, la voz de Mario, esta serie también se da el tiempo para profundizar en el aspecto humano, tanto de aquellos que impulsaron a los videojuegos, como de quienes los siguen disfrutando al día de hoy.
Por ejemplo, como los videojuegos de peleas fueron parte fundamental de mis experiencias como gamer en mi adolescencia, una vez que la serie llega a retratar el auge de Street Fighter y Mortal Kombat, la sonrisa no me la sacaba nadie al estar viendo este documental.
Si suman el hecho de que está marcado por divertidas animaciones, el aporte de las declaraciones de los pioneros y las llamativas anécdotas que sacan a la luz, como el aspecto fumador de Miyamoto, High Score se vuelve una experiencia cautivante a lo largo de sus seis episodios, pues no solo se queda en la superficie, como ha pasado con otros documentales de videojuegos, ya que profundiza en múltiples aspectos, tanto sobre la propia industria, como toda la pasión que genera.
Quizás por eso creo que también será llamativa para todas las nuevas generaciones acostumbradas a los gráficos de última generación, ya que High Score saca el tapete a aquellos viejos juegos del ayer que se convirtieron en las piedras en donde todo se sustenta en la actualidad.
Y claro, nunca está demás volver a los clásicos, ya que este documental también tiene la particularidad de impulsarte a algo no menor: que te den ganas de desempolvar a aquellos juegos que no tocas hace décadas. De ahí mi recomendación es una sola: véanlo. Ahora. Ya.
High Score ya está disponible en Netflix.
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