La oscura historia que enloda a la Batalla Real de la Fabulosa Moolah

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El anuncio del nuevo evento que se disputará en Wrestlemania volvió a sacar a luz el lado más perverso de una de las celebridades icónicas de la WWE.


Con bombos y platillos, y como una nueva adición a la cada vez creciente Revolución de las Luchadoras, la WWE anunció este día lunes la realización dela primera Batalla Real En Memoria de la Fabulosa Moolah, un evento que tomará lugar en la próxima edición de Wrestlemania y que es, en la práctica, una versión femenina de uno de los rellenos más pomposos que trae la vitrina de los inmortales: La Batalla Real de Andre El Gigante.

Un anuncio que ya está siendo sumamente criticado por el mundo de los conocedores de la lucha libre, no sólo por la evidente falta de creatividad por parte de las personas detrás de WWE, sino que por lo que realmente significa hacerle un tributo a esta luchadora.

Cuestionamientos que para nada se refieren al trabajo que Mary Lillian Ellison tuvo dentro del ring durante sus años activos -fue la primera mujer campeona de WWE, título que mantuvo por más de 20 años y que luego la llevaron a convertirla en la mujer más vieja con el cinturón de la empresa- sino que a lo que luego fuimos conociendo sobre sus actitudes y sobre todo negocios fuera del ring.

Moolah no solo fue pionera en su calidad de luchadora, sino que también por haber creado una de las primeras y más fructíferas escuelas de lucha libre hechas sólo para mujeres. Fundada a finales de la década de los 50, el Moolah Compound prometía ser un sitio de empoderamiento femenino en una disciplina dominada por hombres. Pero no sería más que una fachada para que Moolah comenzara a comenter grandes delitos y estafas, que van desde la explotación laboral hasta la trata de blancas.

La escuela de Moolah, como lo relatan ex luchadoras, era lo más parecido a una secta o una suerte de monasterio, donde Moolah actuaba como una autoridad omnipotente. Todas las luchadoras estaban obligadas a vivir ahí y someterse a un estricto régimen de vida donde hasta sus finanzas pasaban por las manos de la luchadora. Moolah se quedaba con un 30% de todo lo que se le pagaba a una luchadora por actuar, pero por si fuera poco, de ese dinero restante se le descontaban los gastos de transporte, alimentación, arriendo y uso de las instalaciones. A las estudiantes no se les permitía tener cuentas bancarias personales, por lo que la poca remuneración que se les entregaba tenía que ser solo en efectivo.

Si todo esto ya era lo suficientemente turbio, otras acusaciones y testimonios hablan de que La Fabulosa utilizaba a parte de su elenco en labores de prostitución, actuando como la proxeneta de muchas, las que a veces tenían que acceder por obligación a las peticiones de su jefa. Obviamente bajo las mismas malas condiciones de pago. De hecho, esto obligó a Moolah a dar un giro en las peleas que ofrecía, dejando de lado la técnica de las luchas y optando por quedarse con luchadoras que se vieran bien, deseables y por ende, terminaran siendo usadas como prostitutas tras bambalinas.

Obviamente Moolah nunca fue condenada por estas conductas en parte por la protección que se ganó con el pasar de los años, sobre todo de la familia McMahon, quienes también tenían sus secretos que ocultar. Así es como, junto con Mae Young, fueron elevadas a la categoría de diosas de la lucha, lo que hizo que Mae Young fuera homenajeada con el Mae Young Classic y que La Fabulosa Moolah, quien logra nuevamente un homenaje a pesar de haber convertido la vida de decenas de mujeres en un infierno y ser, en realidad, todo lo opuesto a los valores de la revolución que actualmente ha empoderado a las superestrellas femeninas de la compañía.

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