¿Investigadores paranormales o mentirosos? Un repaso por la historia y los casos de Ed y Lorraine Warren

Ed y Lorraine Warren

Probablemente son parte de los investigadores paranormales más famosos del mundo, inspiraron lucrativas películas, y ganaron dinero con charlas y libros. Pero lejos de los fantasmas y demonios, el legado de este dúo está marcado por dudas y cuestionamientos que rodean a sus famosos casos.


Si vieron alguna de las películas de la saga El Conjuro seguramente recuerdan a Ed y Lorraine Warren, los investigadores paranormales que en el cine son interpretados por Patrick Wilson y Vera Farmiga.

Como recordarán, las películas de la franquicia El Conjuro están inspiradas en los casos “reales” que Ed y Lorraine Warren abordaron durante sus años como investigadores paranormales. Pero, más allá de que estas cintas se toman obvias licencias creativas para hacernos saltar de nuestros asientos con apariciones inesperadas de Annabelle y compañía, el material de origen que inspiró a sus propuestas no sería mucho más verídico que lo relatado en un libro cualquiera o una novela de Stephen King.

No, no estamos diciendo que Ed y Lorraine Warren no son reales. Obviamente ambos son personas que existieron y lamentablemente fallecieron hace algún tiempo. Sin embargo, pese a la fama que han adquirido sus historias de la mano de una lucrativa franquicia cinematográfica, es preciso recordar que los casos que impulsaron su reconocimiento no están tan respaldados como ellos sostienen y ciertamente despiertan el escepticismo necesario para dormir bien después de ver una de esas película de terror.

¿Quiénes son los Warrens?

Para entender por qué las investigaciones paranormales de los Warrens son tan dudosas como la falsa reciente desaparición de Anabelle, es preciso remontarnos a la biografía de esta pareja.

De acuerdo a la propia historia del dúo retratada en su sitio web oficial, Ed Warren nació el 7 de septiembre de 1926 en la ciudad de Bridgeport en Connecticut, Estados Unidos.

Esta biografía plantea que, supuestamente y como buena historia de origen, cuando Ed era niño vivió en una casa embrujada. Algo que su padre trató de desestimar con explicaciones lógicas que nunca habrían sido justificadas del todo a juicio de Warren y en última instancia habrían propiciado el inicio de su carrera ligada al mundo paranormal.

“Ed veía fantasmas, escuchaba pasos, choques y golpes frecuentes en las paredes de la casa. Esto lo asustó, pero también le hizo querer aprender más sobre los tipos de fenómenos que había encontrado”, señala el sitio web de los Warrens.

Eventualmente, a los 17 años, Ed Warren se incorporó a la Marina de Estados Unidos y luego de servir por un tiempo en un barco de la Marina Mercante volvió a Connecticut y conoció a quién sería su futura esposa.

Ed y Lorraine Warren

Lorraine Warren nació el 31 de enero de 1927 en la ciudad de Bridgeport en Connecticut, Estados Unidos, como Lorraine Rita Moran.

Durante su niñez y juventud estudió en una prestigiosa escuela privada y, según precisa The New York Times, la propia Lorraine contó que comenzó a tener experiencias de clarividencia cuando era niña.

Lorraine conoció a Ed cuando tenía 16 años y ambos eventualmente se casaron en 1945.

Así, luego de que Ed Warren volvió definitivamente de la Segunda Guerra Mundial, la pareja comenzó su carrera como investigadores paranormales.

Warren había aprendido pintura durante su tiempo en la Marina y aunque sus aptitudes artísticas dan espacio para el debate, el dúo usó los retratos de Ed para comenzar a explorar casas embrujadas. Todo bajo el argumento de que ella era una clarividente y él un demonólogo.

Pintura Ed Warren
Pintura hecha por Ed Warren (vía Traveling Museum Of The Paranormal & Occult)

De ahí en más los Warrens se involucraron en una serie de casos que hoy en día son famosos, fundaron una organización enfocada en los eventos paranormales llamada New England Society for Psychic Research (NESPR), crearon libros con sus historias e incluso hicieron un museo dedicado a resaltar su trabajo.

Pero pese a que la trayectoria del dúo puede parecer destacada y simple, su historia está rodeada de dudas y no son pocos los que han tachado a los Warrens como un fraude.

Tengan en cuenta que pese a que el sitio de la NESPR sostiene que “los casos en los que los Warren han trabajado implican algunas de las actividades paranormales más extremas jamás documentadas”, los documentos detrás de esos casos principalmente son relatos, testimonios de personas que no han podido ser corroborados por terceros, y en la mayoría de las investigaciones los Warrens no poseen evidencia fotográfica o documentos irrefutables que apoyen sus historias.

Los métodos de los Warrens

Antes de dar el salto a lo que nos convoca y revisar algunos de los casos más famosos de los Warrens, tenemos que dar un último paso para comprender el trabajo de estos investigadores y remontarnos a su forma de indagar.

Como señalamos anteriormente, Ed Warren dice que es un demonólogo y Lorraine Warren se presenta como una clarividente. Todo mientras ambos profesaban la religión católica romana, un antecedente clave para entender su postura respecto a los exorcismos y en general a su trabajo.

Después de todo, en una entrevista con la edición irlandesa del Independent en 2013, la propia Lorraine Warren contó que la religión que compartía con Ed estaba al centro de su trabajo.

De acuerdo al periódico, Lorraine dijo que creía que la falta de religión era lo que a menudo abría la puerta para que fuerzas malévolas entraran en un hogar o una persona.

“Cuando no hay religión, es absolutamente aterrador”, dijo Lorraine Warren. “Esa es tu protección. Dios es tu protección. No importa cuál sea tu religión”.

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Pese a que esa frase parece digna de una enseñanza religiosa, las creencias de los Warrens no son algo puntual o anecdótico. Además de que en una entrevista Lorraine comentó que creía que su clarividencia era posible porque dios lo quería, Ed le habría dicho a Steven Novella de la New England Skeptical Society (NESS) que su organización, la New England Society for Psychic Research, era un “instituto teológico” y sus investigaciones estaban asociadas con convicciones religiosas.

Ahora, en cuanto a los métodos de los Warrens, en la misma entrevista que realizó con Independent, Lorraine Warren contó cómo era una típica investigación paranormal para ella y Ed.

“Ed se sentaba con la familia y hablaba, y yo pedía permiso para caminar por su casa”, relató Lorraine.

“La forma en que obtenía lo que necesitaba era sentarme en sus camas. Esa es la forma más fácil, sentarme en el borde de la cama. Sabes, cuando te acuestas por la noche, cómo todas estas cosas pasan por tu mente, eso está todo registrado. Piensas en estas cosas, lo que has experimentado, te vas a la cama y se reproduce de nuevo para ti. El momento entre la vigilia y el sueño”, añadió.

Lorraine Warren decía que esta práctica tenía un costo emocional para ella, pero igual la realizaba.

¿Ficción o realidad? Un vistazo a los casos de los Warrens

Si se quieren parar desde una vereda completamente escéptica es fácil decir que nada de esto es verdadero y que ni los fantasmas ni nada paranormal existe. Pero el objetivo de lo que haremos a continuación no es entrar en ese debate y aquí pretendemos evidenciar lo que se ha presentado para respaldar o desacreditar algunos de los casos más famosos de los Warrens.

Ed y Lorraine Warren dicen que investigaron más de 10 mil hechos paranormales a lo largo de su carrera, por lo que obviamente a continuación solo veremos algunos de los casos más famosos.

  • Amityville

En su propio sitio web los Warrens señalan que este “es por lejos su caso más famoso” y como pueden imaginar por ende también es uno de los más cuestionados.

Para no entrar en detalles demasiado extensos las bases de esta historia son simples: el 13 de noviembre de 1974 un joven de 23 años llamado Ronald DeFeo asesinó a sus padres y sus cuatro hermanos menores al interior de la residencia familiar ubicada en el número 112 de la calle Ocean Avenue de la localidad Amityville en Nueva York, Estados Unidos.

Un año después, en diciembre de 1975, George y Kathy Lutz compraron la cada ubicada en Amityville y se mudaron allí junto a sus tres hijos.

Los Lutz estaban al tanto del crimen que había ocurrido en la residencia, pero se instalaron en la casa de todas formas y al cabo de un tiempo comenzaron a asegurar que sucedían cosas extrañas al interior de la residencia.

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De acuerdo a ABC, los Lutz llevaron a la casa a un sacerdote llamado Ray Pecoraro, quien se habría sentido mal al visitar el hogar y habría escuchado una voz que lo expulsaba. Pero eso no es lo único que George Lutz dice que pasó ahí y asegura que su familia sintió voces extrañas que los echaban e incluso dice que “su esposa se transformó físicamente en una anciana, con el rostro, cabello y arrugas de una mujer de 90 años”.

“Había ... olores en la casa que iban y venían”, señaló Lutz a ABC en 2006. “Hubo sonidos. La puerta principal se cerraba de golpe en medio de la noche ... No pude calentarme en la casa durante muchos días”.

Eventualmente, después de experimentar lo que describen como una serie de hechos paranormales, los Lutz dejaron la casa y los Warren entraron en acción una vez que los relatos de lo que pasó en la residencia de Amityville comenzaron a multiplicarse.

De acuerdo al sitio de los Warrens, los investigadores fueron 2 de las 9 personas que investigaron la casa y llegaron a ese lugar por primera vez junto a Laura Didio, presentadora de noticias de Channel 5; un profesor de la Universidad de Duke, y el presidente de la Sociedad Estadounidense de Investigación Psíquica. Todo en el marco de lo que posteriormente fue catalogado como una “pijamada psíquica”.

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“Ese primer día fue espantoso. Lorraine recibió sin parar mensajes clarividentes y clariaudiales sobre los fenómenos que habían ocurrido”, dice el relato de los investigadores.

“Ansioso por ver por sí mismo si el fenómeno era real o no, Ed, que normalmente experimenta pequeños sentimientos de clarividencia, entró en el sótano. El sótano es típicamente donde los espíritus malignos pasan sus días y, por lo tanto, Ed sintió que ese sería el mejor lugar para comenzar”, añade el texto. “A pesar de su inmunidad habitual de presenciar fenómenos, Ed vio sombras junto con miles de puntos de luz. Estas sombras intentaron empujarlo al suelo. Ed utilizó la resistencia religiosa y ordenó a los espíritus malignos que se fueran. Inmediatamente tuvo la sensación de que algo intentaba levantarlo del suelo, y entonces supo que esta era realmente una casa del mal”.

“Aunque sabía que se trataba de un caso grave, no tenía idea de lo grave que era realmente. Nunca se había visto tan gravemente afectado en ningún caso antes o después del caso de Amityville Horror”, concluye

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Todo eso suena muy intrigante, no por nada el caso de Amityville inspiró un popular libro de Jay Anson y lucrativas películas de terror. Pero la investigación de los Warrens y el caso en general está rodeado de dudas y cuestionamientos.

Durante su incursión en la casa, los Warrens y sus acompañantes tomaron fotos time-lapse de un sector de la vivienda. Dichas fotografías no mostraron nada inusual a excepción de una que, en entrevista con ABC, Didio describe como “el rostro de lo que parecía ser un niño pequeño, asomándose desde uno de los dormitorios”.

Por otra parte, el relato de los Lutz que está a la base de este caso también ha sido cuestionado. De acuerdo a William Weber, el abogado de DeFeo, los sucesos de Amityville fueron inventados por él, Jay Anson, quien escribió el famoso libro; y la familia Lutz. Todo en un entorno “con muchas botellas de vino” y donde los Lutz pretendían ganar dinero.

Además, pese a que DeFeo aprovechó esta historia y alegó que había escuchado voces la noche de los asesinatos, luego de que el jurado rechazara esa defensa y lo condenara a seis cadenas perpetuas, contó que lo de las voces era una mentira y solo estaba tratando de conseguir una sentencia rebajada bajo el argumento de problemas mentales.

  • Annabelle

Otro caso famoso de los Warrens es la historia de Annabelle. Lo que supuestamente sucedió con la muñeca es abordado en el libro The Demonologist, que fue escrito por Gerald Brittle como la presunta historia verdadera de Ed, Lorraine y sus investigaciones.

Por supuesto, esta historia también es muy famosa por las películas de la muñeca, pero como el objetivo no es hablar de esas apuestas es necesario recordar cuál es la historia de Annabelle según los Warrens.

En su sitio web, Ed y Lorraine Warren aseguran que la historia de Annabelle ocurrió en la década de 1970 y ambos se involucraron en el caso luego de que “un clérigo de tono sombrío le contó a Ed Warren sobre dos jóvenes enfermeras que se habían comunicado con lo que pensaban que era un espíritu humano”.

A grandes rasgos una enfermera de 28 años había recibido a una muñeca Raggedy Ann como regalo de cumpleaños por parte de su madre. La enfermera simplemente dejó la muñeca bajo su cama, pero pronto comenzó a notar que ocurrían cosas extrañas con ella y, por ejemplo, cambiaba de ubicación.

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Eventualmente la enfermera y su compañera que vivía junto a ella supuestamente empezaron a presenciar cosas escalofriantes, como extraños mensajes de ayuda. Todo mientras la muñeca constantemente cambiaba de lugar e incluso habría tratado de ahorcar a un hombre adentro de la casa de las enfermeras.

Según el relato de los Warrens, las amigas habrían tratado de explicar esto con la presencia de intrusos y otros argumentos más racionales, pero eventualmente decidieron incursionar en lo paranormal y contactaron a una medium para que se involucrara en el asunto.

En ese contexto, las enfermeras se habrían enterado que la muñeca supuestamente había sido poseída por una niña de 7 años llamada Annabelle Higgins, quien había muerto en esa casa, y tras conocer su historia accedieron a que habitara en la muñeca.

Pero los Warrens dieron otro veredicto: Annabelle Higgins nunca existió y mientras decían la muñeca efectivamente era manejada por un espíritu, según ellos, el objetivo de esa entidad era poseer a uno de los habitantes de la casa.

El relato de los Warrens tiene cierta lógica en su mundo, pero el problema es que no existen pruebas que respalden lo que afirman.

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Sí, la muñeca Raggedy Ann está en el Museo Oculto de de Ed y Lorraine Warren e incluso desde el medio local New Haven Register destacan que la historia de un motociclista que ignoró la amenaza de Annabelle y murió tras dejar ese recinto es parte de las historias del tour. No obstante, los supuestos hechos detrás del caso de la muñeca no están respaldados por otro tipo de documentos y todo se torna más sospechoso con un antecedente que tal vez han escuchado.

En 1963, varios años antes de que los Warrens investigaran las supuestas acciones de Annabelle, The Twilight Zone emitió un capítulo llamado “Living Doll”.

En ese episodio, una niña recibe a una muñeca que cobra vida y amenaza a toda familia. Esa muñeca fue regalada a la niña por mamá quien se llamaba nada más ni nada menos que Anabelle.

  • El “Hombre Lobo”

Este caso, que fue abordado en el libro Werewolf: A True Story of Demonic Possession, probablemente es uno de los más particulares en el historial de los investigadores paranormales.

Al igual que en la historia de Annabelle la principal evidencia aquí es la palabra de los Warrens y sus asociados, e incluso en esta oportunidad ni siquiera hay un objeto que se pueda atribuir a la supuesta investigación.

De acuerdo a la página de los Warrens, este caso se centra en un hombre llamado Bill Ramsey, cuya historia conocieron mediante un programa de televisión y eventualmente contactaron mediante la policía de Londres.

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Pero ¿qué le pasaba a Ramsey? Al más puro estilo de una historia de ficción, Ed y Lorraine Warren dicen que estaba poseído por el espíritu que causa la licantropía. Eso habría hecho que produjera raros sonidos y tuviera extrañas actitudes desde los 9 años y eventualmente también habría propiciado incidentes como los golpes que le propinó a un policía.

Bill Ramsey obviamente no se transformaba en lobo como Taylor Lautner en las películas de Crepúsculo, pero los Warrens estaban convencidos de que estaba poseído y lo llevaron desde Londres a Estados Unidos para que el obispo Robert McKenna le realizara un exorcismo y lo liberara de la fuerza maligna.

¿El resultado? Se supone que el problema de Ramsey se solucionó y la única prueba que quedó de que alguna vez que un “hombre lobo” son los relatos relacionados a los Warrens y una borrosa foto en la página de la NESPR.

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  • La Familia Perron

Quizás este caso no es tan conocido con ese nombre, pero probablemente lo recordarán como la base de la película El Conjuro del 2013.

La historia propuesta por los Warrens y que inspiró aquella cinta dice que Roger y Carolyn Perron se mudaron junto a sus hijas a una casa en la localidad de Harrisville en Rhode Island, Estados Unidos. Dicha casa previamente habría sido habitada por Bathsheba Thayer y sus hijos.

Varios de los hijos de Thayer habrían muerto cuando aún eran pequeños, ella habría sido culpada por esos hechos y se habría ahorcado en el patio de la casa.

Cuando la familia Perron llegó a vivir a la casa, supuestamente comenzó a sentir las presencia de fantasmas “amistosos” y también de un espíritu con intenciones más oscuras que sería el de Thayer, quien habría sido una satanista.

Así comenzaron los supuestos hechos paranormales que motivaron a los Perron a contactar a los Warren en 1974 y, como la presencia de los investigadores paranormales no solucionó las cosas con los presuntos fantasmas, eventualmente la familia optó por dejar la casa al cabo de 10 años.

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Pero esa narración terrorífica aparentemente tendría poco y nada de veracidad. Pese a que algunos integrantes de la familia Perron y Lorraine Warren dijeron que lo que habían vivido era verdad, poco después del estreno de la película y en el marco de una demanda contra Warner Bros, la nueva propietaria de la casa, Norma Sutcliffe, aseguró que todo era una farsa mediante un video donde detalló que Bathsheba Sherma no era una bruja y todo eso sería solo una invención.

Sutcliffe reiteró su argumento en un artículo de Providence Journal donde señaló que “no hubo asesinatos, ni suicidios. No hay razón para que exista un fantasma en esta casa” e instó a los fanáticos de El Conjuro a dejar de visitar su casa porque lo relatado “no es real”.

Los dichos de Sutcliffe fueron apoyados por el periodista Kent Spottswood, quien dijo que Bathsheba Sherman no era ni satanista ni bruja ni tampoco se ahorcó. De acuerdo a Spottswood, Sherman nació en 1812 y murió en 1885 de “parálisis” y “era una mujer perfectamente normal”.

Por otra parte, Andrea Perron, la mayor de cinco hijas de la familia Perron que ha publicado varios libros sobre la supuesta experiencia de su familia, le dijo a Providence Journal que lo relativo a Bathsheba fue un invento de los Warren y apuntó a otro posible fantasma como el responsable de terror. Sin embargo, los antecedentes de Spottswood también descartan esa opción.

  • White Lady

Com hemos planteado, el problema con las investigaciones paranormales de los Warrens es que más allá de sus relatos y las palabras de los involucrados no hay material que terceros puedan revisar para comprobar estos hechos.

Pero en el caso de The White Lady eso cambia y el trabajo de Ed y Lorraine Warren tampoco queda bien parado.

De acuerdo a la leyenda se supone que en un cementerio ubicado cerca de Stepney Road en Easton, Connecticut, hay un fantasma apodado como The White Lady (La Dama Blanca).

El sitio de la NESPR dice que “se describe a The White Lady con el pelo largo y oscuro, y vistiendo lo que parece un camisón y un gorro blancos. The White Lady generalmente se ve en la carretera a lo largo de la Ruta 59. Las personas que conducen a lo largo del cementerio han informado haber visto a The White Lady a lo largo del borde o viajando por el cementerio”.

“Esto incluye a los policías que patrullan el área. Uno de esos incidentes en 1993 involucró a un bombero fuera de servicio que cuando viajaba a casa golpeó a la supuesta mujer, dejando una gran abolladura en la parte delantera de su automóvil. Cuando salió del coche para ver cómo estaba, no encontraron a nadie. Se han realizado múltiples llamadas a la policía en medio de la noche. Sin embargo, la policía llega con las manos vacías cada vez”, añade.

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Pero Ed Warren habría hecho lo imposible y habría captado un video de la Dama Blanca por primera vez en septiembre de 1990.

“La única luz era una farola que estaba a 50 yardas de donde estaba sentado”, recordó Ed. “Escuché a una mujer llorar y miré hacia afuera y vi cientos de luces fantasmas flotando alrededor y formando la figura de una mujer. No pude distinguir los rasgos faciales, pero pude ver que tenía el pelo largo y oscuro y estaba vestida de blanco”.

El problema es que este video no es público y entre las pocas personas que lo han visto Steven Novella de la New England Skeptical Society acusa que no sería un material creíble.

“La otra evidencia que poseen los Warren es el video. Su pieza de resistencia es el video de Ed del famoso cementerio White Lady of Union, en Easton Connecticut. Solo hemos podido ver esta cinta en la casa de los Warren porque Ed se negó a dárnosla para que la analizáramos, un tema común en nuestra investigación”, señaló Novella en un artículo sobre los Warrens.

“La cinta muestra una aparente figura humana blanca moviéndose detrás de algunas lápidas. Sin embargo, al igual que los videos de ovnis, Bigfoot y el monstruo del lago Ness, la figura está a esa distancia y resolución perfectas para que se pueda ver una forma provocativa, pero sin detalles que ayuden a una identificación definitiva”, añadió. “Ed Warren no ha investigado el video con ningún rigor científico y se niega a permitir que otros lo hagan”.

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Por otra parte, la veracidad de los registros de The White Lady también es puesta en duda por el testimonio de Judith Penney.

En 2013 la mujer que en ese entonces tenía cerca de 70 años acusó que mantuvo una “relación” con Ed Warren cuando ella tenía 15 años y él rondaba los 30. Penney dice que ella incluso habría sido detenida por su problemático vínculo con Warren y que Lorraine estaba al tanto de esta situación.

En ese contexto, aparte de acusar que Ed a veces era abusivo con Lorraine, Penney le dijo a THR que ayudó a Ed a mantener su reputación como investigador paranormal y particularmente lo ayudó a filmar un video de The White Lady.

“Penney afirma que Ed quería hacer un video que mostrara cómo se vería la dama blanca si la vieran, por lo que tomó una página del libro de jugadas de Halloween de cada estudiante de primaria y se puso una sábana blanca para la filmación”, dice el reporte.

  • El Diablo me obligó a hacerlo

Este caso, que pronto dará pie a la película más reciente del universo de El Conjuro, involucró a los Warrens directamente en un juicio.

El 16 de febrero de 1981, Arne Cheyenne Johnson de 19 años apuñaló a su casero, Alan Bono, de 40 años. Según detalla un artículo de People, Johnson quiso defender sus acciones en el juicio de asesinato señalando que no era culpable porque habría sido poseído: Todo era culpa del diablo.

De acuerdo a la NESPR, Johnson y su defensa basaron ese argumento en que “un año antes, el hermano de 11 años de la prometida de Johnson, quien también estaba en la escena del asesinato de Bono, fue tratado por posesión demoníaca por varios sacerdotes y Ed y Lorraine Warren. Johnson estuvo involucrado en el exorcismo y afirmó haber sido afectado por ello”.

En conversación con People, Lorraine Warren dijo que durante su encuentro con David, el hermano de la prometida de Johnson, “mientras Ed entrevistaba al niño, vi una forma negra y brumosa junto a él, lo que me dijo que estábamos lidiando con algo de naturaleza negativa. Pronto, el niño se estaba quejando de que unas manos invisibles lo estaban asfixiando y tenía marcas rojas. Dijo que tenía la sensación de ser golpeado”.

Todo mientras Ed aseguró que sabían “que había 43 demonios en el niño”.

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Pero esos argumentos no sirvieron en el juicio y finalmente Johnson fue encarcelado por el crimen.

Varios años después de esa resolución, en 2007, este caso volvió a reflotar cuando Carl Glatzel, el hermano mayor de David, demandó a Lorraine Warren y Gerald Brittle, autor del libro The Devil in Connecticut, por daños no especificados.

Carl Glatzel, quien publicó su propio libro del caso, argumentó que los Warrens y Brittle “inventaron una historia falsa sobre demonios en un intento de hacerse ricos y famosos a expensas de ellos”. Todo además de acusar que su familia fue manipulada por los Warrens.

“Los Warren le dijeron a mi familia en numerosas ocasiones que seríamos millonarios y que el libro ayudaría a sacar al novio de mi hermana, Arne, de la cárcel. Desde el primer día supe que era una mentira, pero cuando era niño, no había nada que pudiera hacer al respecto”, señaló Glatzel.

Warrens

Como pueden ver hay más razones para no creer en los casos de los Warrens que para confiar en que estos relatos son reales. Y pese a que hay elementos como fotografías que acompañan cierto relatos, el llamado es a tomar esos antecedentes con cautela.

“La gran mayoría de las pruebas físicas de los Warrens son fotografías. Tienen cientos de fotos de fantasmas, tomadas por ellos y por quienes trabajan para ellos (..). Pero la cantidad no sustituye a la calidad,” señala Steven Novella en su artículo sobre los Warren. “La mayor parte de estas fotos son simplemente gotas de luz sobre un trozo de película. Hay docenas de formas de plasmar esos artefactos de luz en la película, pero la mayoría encaja en una de estas tres categorías: flashback, defracción de luz o cables de cámara”.

Por otra parte cabe señalar que, más allá de la resolución final de todo, en 2017 Gerald Brittle, el autor de The Demonologist, uno de los libros más famosos de los Warrens, también los acusó de ser fraudes.

Después de años defendiendo que lo que se planteaba en ese texto era verdad, por conflictos con los derechos de las películas, eventualmente los abogados de Brittle acusaron que Warner Bros no podía calificar a El Conjuro como una película basada en “hechos históricos” porque los Warren mintieron sobre lo que sucedió en sus historias.

“Las afirmaciones de Lorraine y Ed Warren sobre lo que sucedió en el expediente de su caso Perron, en el que los acusados admiten libre y públicamente que se basó su película El Conjuro, no concuerda en absoluto con los hechos históricos reales”, señaló Patrick C. Henry II, abogado de Brittle (vía THR) . “Este es un patrón de engaño que es parte de un plan que los Warren han perpetuado durante años ... No hay hechos históricos de una bruja que haya existido en la granja de Perron, una bruja ahorcándose, posesión, adoración satánica o sacrificio de niños”.

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Los Warrens no cobraban por sus investigaciones, pero su negocio estaba en la publicación de libros, la realización de charlas y más recientemente en las películas.

En ese sentido, The New York Times recoge que los cuestionamientos a las investigaciones de los Warrens también dieron pie a críticas en el ámbito universitario y The Viking News of Westchester Community College publicó una editorial en 2012 que apuntaba contra el uso de fondos de actividades estudiantiles para pagar una charla de Lorraine Warren.

“Warren, junto con su difunto esposo, Ed, son fraudes audaces y descarados, que sacan provecho de la superstición completamente sin mérito que es demasiado común en la sociedad moderna”, decía The Viking News of Westchester Community College.

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Ed Warren falleció en 2006 y Lorraine Warren murió en 2019, por lo que ellos ya no están para defender o refutar la veracidad de sus investigaciones paranormales y el legado de su trabajo es manejado por su yerno, Tony Spera.

Pero como Hollywood probablemente seguirá sacando películas inspiradas en sus relatos y es innegable que a muchos les divierte verlas con un balde de pop-corn en la mano, solo queda asumir que esto tiene poco de verdad como alguna vez aseguraron los tráilers de El Conjuro y que es probable Annabelle nunca estuvo ni nunca estará en condiciones de escapar para aterrorizarnos.

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