Considerando que a estas alturas la película original de Los Cazafantasmas es todo un clásico cuesta imaginarse un panorama donde la cinta dirigida por Ivan Reitman se presentara como una apuesta incierta o un riesgo. Pero precisamente eso es lo que sucedió en 1984 y así lo recordó el propio director.
Según recoge CinemaBlend, Ivan Reitman participó de la presentación de Ghostbusters: Afterlife en la CinemaCon 2021 y antes de mostrar por primera vez a la película dirigida por su hijo, Jason Reitman, el director contó cómo fue la primera función de la primera entrega de Los Cazafantasmas.
“Recuerdo la primera vez que mostramos Los Cazafantasmas. Realmente fue para una audiencia preliminar en Burbank en 1984. Era febrero. Y la película acababa de finalizar, literalmente, habíamos terminado de filmar tres o cuatro semanas antes. No era un corte tosco, era un corte bastante bueno, pero no tenía efectos especiales. Entonces, ¿se imaginan ver Los Cazafantasmas sin efectos visuales?”, señaló el director.
Claramente Los Cazafantasmas es una película donde los efectos especiales son un factor clave. Sin embargo, incluso desde el primer minuto Reitman confiaba en que la calidad de la cinta no solo estaba en las criaturas y armas, sino que también pasaba en buena parte por su historia y las actuaciones de figuras como Sigourney Weaver, Bill Murray, Dan Aykroyd, Harold Ramis y Ernie Hudson.
“Pensamos que lo importante era que la historia iba a funcionar y, con suerte, el humor iba a funcionar”, agregó el director sobre la primera función de la película. “Cuando filmamos esos paquetes de protones, no salía nada de ellos. Cuando Dana abría el refrigerador, ni siquiera teníamos esa toma, todo lo que teníamos era ‘falta de escena’. La audiencia se quejó, pero lo estaban pasando bien. Slimer era solo una luz encendida y el Hombre de Malvavisco (Stay Puft Marshmallow Man) era lo que más me asustaba de lo que estábamos haciendo. No tenía idea de si la audiencia aceptaría algo tan ridículo como eso”.
Reitman explicó que el personaje que eventualmente se convirtió en un ícono de Los Cazafantasmas había sido uno de los elementos que más lo preocupaba de la película, pero todo eso cambió tras aquella función.
“No teníamos al Hombre de Malvavisco en esa (versión final). Teníamos a un chico disfrazado con una especie de cabeza de espuma de poliestireno. En esa primera toma en la película del Hombre de Malvavisco pasando por estos edificios de Tribeca, todo lo que se podía ver era la cabeza moviéndose y era todo lo que teníamos. ¡La audiencia se volvió loca! Me hizo sentir muy bien saber que nos saldríamos con la nuestra”, sentenció el director.
Los Cazafantasmas obviamente se convirtió en todo un éxito y después de conquistar a un montón de personas durante los ‘80 ahora la franquicia busca regresar de la mano de Ghostbusters: Afterlife, una cinta que aparentemente apunta a la nostalgia y después de varios retrasos planea llegar a los cines en noviembre.