La película de Joker presenta una Gotham visualmente muy distinta a lo acostumbrado en los cómics, o las propias películas que previamente se han basado en el mundo de Batman, dando cuenta además de una urbe que se va desquiciando a medida que las acciones de Arthur Fleck, interpretado por Joaquin Phoenix, generan una especie de efecto mariposa del caos.
Pero mientras Gotham es marcada por los problemas sociales, potenciados por la inequidad y el descontento, uno de los hombres más poderosos de la ciudad intenta hacer algo para cambiar las cosas y provocar que lleguen tiempos mejores para su urbe.
El hombre en cuestión es Thomas Wayne, a cargo del actor Brett Cullen, quien con su dinero y campaña a alcalde representa el opuesto extremo al símbolo de los payasos que comienzan a irrumpir en la historia, tanto de forma literal como figurativamente.
Spoilers a continuación.
En un momento de Joker, Thomas Wayne se planta en televisión y da una entrevista que utiliza como plataforma para su campaña a alcalde, pero esta termina generando una disrupción aún mayor.
Ante el asesinato de tres empleados en el metro, Wayne cuestiona a los "payasos" que no hacen nada con sus vidas, expresando sus sentimientos acerca de "los hombres que usan máscaras", insinuando lo que podría haberle dicho a Bruce, si hubiese llegado a ver a su hijo convirtiéndose en Batman.
En ese escenario, Wayne expresa que la gente que usa máscaras es cobarde, lo que sirve como un guiño hacia la mitología que rodea al futuro de Gotham. Y es que para esta versión de Thomas, simplemente no sería posible avalar las acciones de alguien como el hombre murciélago.
La respuesta de una parte de la sociedad a las palabras de Wayne es interpretarlas como un reflejo de todos los problemas que los aquejan. Más aún, los disparos en contra de los yuppies de empresas Wayne se instalan como un primer acto en la guerra de clases que afecta a la ciudad. De ahí que un gran número de personas comienza a protestar con las máscaras y maquillaje de payaso, esparciendo al símbolo mientras se multiplican las protestas.
Más allá de ese catalizador, las palabras de Wayne cargan múltiples capas de ironía considerando lo que eso implica para los cómics que inspiran a esta película. A pesar que la versión cinematográfica plantea que las personas que usan máscaras son payasos de voluntad débil, la historia misma de los Wayne está marcada por una capucha y una capa.
Considerando que la película de Todd Phillips no evade que Bruce a futuro inevitablemente será su propio símbolo, con una máscara y un murciélago en el pecho, el chiste contra lo que plantea esta versión cinematográfica de Thomas Wayne se cuenta solo. Más aún si actualmente los cómics de DC tienen a una versión del personaje utilizando la máscara de Batman.