Keira Knightley ha actuado en decenas de películas a lo largo de su carrera, pero quizás uno de sus papales más famosos es y seguirá siendo Elizabeth Swann en la franquicia de Los Piratas del Caribe. Después de todo, la actriz figuró en cuatro entregas de la saga de piratas de Disney.

Pero aunque Elizabeth Swann es uno de los roles más famosos de Knightley, sus recuerdos del rol no serían los mejores.

En una reciente entrevista con Harper’s Bazaar UK, Knightley contó que se sintió atrapada por el tipo de personaje que era Elizabeth Swann y eso afectó negativamente su vida y carrera.

Knightley comenzó explicando que debido a que comenzó a actuar cuando aún era una niña, su paso a la adultez en el ojo público no fue sencillo.

“Tuve una gran entrada en la vida adulta, un aterrizaje extremo debido a la experiencia de la fama a una edad muy temprana”, contó Knightley. “Hay un lugar específico donde las mujeres deben sentarse, en público, y nunca me sentí cómoda con eso. Fue una gran sacudida”.

Harper’s Bazaar explica que los papeles que interpretaba Knightley no calzaban con lo que la actriz describe como su “experiencia vivida” como mujer, pero aún así ella explica que “estaba siendo juzgada por lo que estaba proyectando”.

Con esos papeles Knightley apuntaría en particular al rol de Elizabeth Swann que interpretó por primera vez en Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra.

“Ella era el objeto de la lujuria de todos”, dijo Knightley. “No es que no tuviera mucha lucha en ella. Pero fue interesante pasar de ser realmente una chica poco femenina a ser proyectada como todo lo contrario. Me sentí muy restringida. Me sentí muy atrapada. Así que los papeles posteriores trataron de tratar de salir de eso”.

Pese a que Knightley participó de películas como Orgullo y Prejuicio y Love Actually, tras su primera incursión en Los Piratas del Caribe, la actriz calificó al período entre 2003 y 2008 como “una ventana de cinco años muy complicada” ¿La razón? La actriz dijo que se sentía atrapada y “bastante impotente” para darle el rumbo que quería a su carrera.

“No tenía idea de cómo articularlo. Se sentía como si estuviera enjaulada en algo que no entendía”, sentenció. “Fui increíblemente dura conmigo misma. Nunca era lo suficientemente buena. Estaba absolutamente decidida. Era muy ambiciosa. Estaba muy motivada. Siempre estaba tratando de mejorar y mejorar, lo cual es una forma agotadora de vivir la vida. Agotadora”.

Knightley explicó que vivir de esa manera no fue bueno para ella y en última instancia tuvo que pausar su carrera tras ser diagnosticada con Trastorno de estrés postraumático. Así, aunque hace años la actriz retomó su trabajo e incluso consiguió una nominación al Oscar por The Imitation Game, sus recuerdos de esa época claramente no son los mejores.