En la lucha libre, el término "push" es utilizado para definir la decisión de una compañía para impulsar la carrera de un luchador. Se trata de una jugada en la que le otorgan más importancia en sus historias, generalmente asociándolo a la entrega de un campeonato.
Y en el caso de Bray Wyatt, uno de los mejores personajes de la WWE en la última década, la denominada "nueva cara del miedo" recibió una seguidilla de pushes en los últimos años, pero siempre alejado del título máximo.
La compañía, por una u otra razón, generalmente detenía el impulso que le otorgaban al líder de la Familia Wyatt, una especie de culto sureño redneck, dejando al devorador de mundos a medio camino entre la gloria y el olvido. Ni siquiera su combate contra The Undertaker en Wrestlemania 31 ni su enfrentamiento verbal con The Rock en Wrestlemania 32 fueron bien aprovechados para elevarlo ante el resto de personajes, que no tienen ni la mitad del carisma del hombre de las mil verdades.
Pero el reciente evento Elimination Chamber 2017 finalmente marca el punto de inflexión para un luchador cuya mística, desde su gloriosa entrada al ring, lo ha llevado a ser definido como alguien que podría ser el sucesor del personaje más exitoso de todos los tiempos, The Undertaker. De ese nivel de caracterización estamos hablando.
La ruta al éxito
La ruta de Bray Wyatt además no ha sido fácil. Durante su carrera solo había tenido dos oportunidades de acceder al campeonato. La primera vez fue un combate múltiple en el evento Money In The Bank '14, que no lo tuvo de protagonista, y luego fue su participación en el Royal Rumble '16, que terminó coronando a Triple H. El resto son solo combates en house shows (eventos de exhibición sin relevancia como aquellos que han sido presentados en Chile). Nunca tuvo una oportunidad 1 a 1. Ni en RAW ni en Smackdown. Nunca.
Pero antes del reciente evento, se instaló un fuerte rumor que surgía tras bambalinas: finalmente Bray Wyatt se transformaría en campeón de la WWE. La idea clara era que su historia con Randy Orton, que comenzó con más fuerza en el pasado evento de Survivor Series, decantaría en un combate en Wrestlemania por el título mayor. Era, en definitiva, el premio a la historia más consistente de Smackdown Live! durante los últimos meses.
Dicho rumor terminó validándose con los sucesos de este domingo, en el que Wyatt fue elevado finalmente de categoría. No solo sacó de carrera eliminando al actual campeón, y rostro de la compañía, John Cena. También superó al otro hombre que elevó al título de la WWE durante los últimos meses, AJ Styles.
Con su supremacía sobre los dos últimos poseedores del título máximo, Wyatt entró por una puerta grande para defender el campeonato en la denominada vitrina de los inmortales. Algo que se le había negado constantemente.
El 1 a 1 contra Orton
El enfrentamiento más importante de Smackdown en el próximo Wrestlemania a la larga será el choque entre Bray Wyatt y Randy Orton, quienes durante los últimos meses se convirtieron en sólidos aliados que removieron los propios cimientos de la familia Wyatt.
El primer antecedente se concretó en No Mercy '16, ya que en medio de su rivalidad, ambos luchadores se enfrentaron en el evento principal de ese evento. Pero ante la lesión de Eric Rowan, el colorado aliado del devorador de mundos, Bray Wyatt obtuvo la ventaja ante el regreso de otro de sus compañeros: Luke Harper.
Pese a la naciente rivalidad, ambos Wyatt y Orton sacaron la cara por Smackdown siendo los sobrevivientes en el combate ante los luchadores de RAW en el pasado Survivor Series, lo que luego dio pie a que ambos se unieran, trabajaran en equipo y se coronasen como campeones en parejas. Harper, el aliado más antiguo de Bray, se unió al equipo defendiendo los campeonatos.
Pero la siguiente fase de la naciente rivalidad surgió por los problemas entre Harper y Orton, que terminaron de detonar en el Royal Rumble y que llevaron a que Wyatt decidiese atacar a su colaborador más fiel. Orton, su nuevo aliado, tiene su fianza.
Con el antiguo asesino de leyendas volviendo al foco titular con su victoria en el pasado Royal Rumble, y con Wyatt elevándose a lo más alto con el título, la gran duda es cómo decantara la historia ahora que ambos deberán enfrentarse en el evento más importante de la WWE.
Técnicamente siguen siendo aliados, pero el título los separará.
Por un lado, es claro que Orton no necesita el título, por lo que una victoria de Wyatt en Wrestlemania es más necesaria que nunca para ratificarlo como uno de los principales luchadores de la compañía.
Por otro lado, con solo 29 años, Wyatt aún tiene un gran futuro por delante. Si la WWE quiere garantizar su futuro, y dejar de depender de las apariciones especiales de estrellas del pasado, debe respaldar con todo a uno de sus mejores personajes. Es hora de que la era del devorador de mundos comience con todo.