Las divisiones, dualidades o, como suele decirse “distintas sensibilidades” de la derecha chilena han convivido dentro de Renovación Nacional casi desde sus albores, en 1987. Conservadores y liberales de derecha han protagonizado sonadas polémicas y muchas batallas. Pero se espera que las elecciones que este sábado definirán la nueva directiva del partido sean las más reñidas de su historia.
Y su resultado podría tener repercusiones en la agenda inmediata de todo el sector.
Por un lado está la lista “Un gran RN” encabezada por Mario Desbordes, también precandidato presidencial en las primarias del 18 de julio, que enfrenta críticas justamente por intentar cumplir ambos roles. Al frente, la lista “Recuperemos RN”, presidida por el senador Francisco Chahuán, que aspira justamente a “recuperar” el partido para el sector más conservador o de “derecha dura”. Este último cuenta con el respaldo de figuras históricas de la colectividad como el influyente ex senador Carlos Larraín y el canciller Andrés Allamand, quienes desde hace tiempo vienen criticando a Desbordes por abandonar las banderas de la derecha al acercarse a posiciones más de centro o derechamente más liberales.
Por su lado, Desbordes ha asumido una apuesta de todo o nada: con un respaldo que en las encuestas luce escuálido camino a las primarias del sector, una derrota en su propio partido dejaría su candidatura en mal pie. Además, se especula que ese escenario abriría el camino para que más parlamentarios de RN se unan a los personeros que ya han expresado su apoyo por otro candidato para las primarias de julio: el ex ministro Sebastián Sichel.
Acusado por sus críticos de usar el partido para llevar a cabo un proyecto personalista que arriesga la fractura de la colectividad, Desbordes se juega su papel, y el de la “derecha social” por la que aboga, en la agenda inmediata de la centroderecha.
42 mil militantes están convocados a votar de modo presencial en todo el país, y las proyecciones apuntan a una participación de entre 8 y 10 mil personas. De lado y lado anticipan un resultado estrecho.
También desde ambos bandos han acusado una “guerra sucia” sin precedentes, y el tono de las declaraciones camino a esta elección anticipa una convivencia conflictiva aun después de este fin de semana.