Durante la etapa del escritor y dibujante John Byrne a cargo de las historias de Superman, se concretó una de las instancias más controvertidas en los cómics del hombre de acero.
Action Comics #592, publicado en septiembre de 1987, presentó una historia que gira en torno a Big Barda, la guerrera que se libró de las amarras de Darkseid y que se convirtió en la esposa de Scott Free, más conocido como el héroe del escapismo Mr. Miracle.
Todo comienza con una visita de Barda a una de las partes más peligrosas de Metropolis, el llamado “Suicide Slum”, en donde no solo recibe la oferta de un proxeneta, sino que también es víctima del robo de su bolso en el que porta su arma: la poderosa Mega-Rod.
Aunque el ladrón comete un gran error al cruzarse con la guerrera, en el camino se entromete un extraterrestre horrible llamado Sleez que tiene una vendeta personal en contra de Apokolips.
Haciéndose del control del Mega-Rod, hipnotiza a Barda para controlarla completamente a su antojo, ya que cree que ella sigue siendo una miembro de la guardia de élite de Darkseid, el regente de su planeta natal y quién lo expulsó.
Dos días después, Superman capta la radiación del arma y logra liberar a Barda, aunque Sleez cometió en el camino “indignidades” no detalladas. Obviamente se da a entender que pudo haberla violado.
Aunque Superman logra liberar a Barda, en el proceso la mujer guerrera cree que todo es parte del control mental de Sleez, lo que la lleva a atacar al hombre de acero y permitir que el villano extraterrestre vuelva a tomar el control. Claro, todo puede terminar aún peor.
En el siguiente número, Action Comics #593, Mister Miracle vuelve a su hogar para reunirse con su esposa, pero en su lugar se encuentra Darkseid, quien le explica que uno de sus agentes se hizo del control de una cinta de VHS de una tienda que incluye un “festín audiovisual” que involucra a una material protagonizado por Barda, filmada en las alcantarillas y probablemente digna de muchas equis.
En ese sentido, el rostro de Scott Free refleja el contenido de la acción grabada.
Posteriormente, el número presenta cómo Sleez llega hasta la oficina de su nuevo socio, el responsable de hacer mucho dinero con la venta de las cintas de VHS, para presentarle una mejora en el trato: ahora pueden hacer una nueva película con Superman de protagonista, ya que ahora también lo controla mentalmente.
Tras una burda discusión del poco mercado que hay para los actos “en solitario”, Sleez le recuerda que ya tiene a la co-estrella perfecta: Big Barda.
El número posteriormente muestra cómo Superman y Barda están frente a la cámara, con el director pidiendo “pasión” y “emoción” cruda.
Pero surge un problema, ya que Sleez se da cuenta que una persona en hipnosis no puede ser impulsada a hacer algo que normalmente no haría, por lo que “la fuerte fibra moral” de Superman le permite resistir a su poder.
El extraterrestre se traza así el objetivo de tener un festín corrompiendo a Superman, pero Mister Miracle interviene justo cuando el hombre de acero y Barda se besan. El resto es historia. El día es salvado, Sleez prefiere suicidarse y Scott entiende que recibió la ayuda de Darkseid solo porque este quería asegurarse de que su antiguo peón fuese eliminado.
Y en cuanto a lo que pasó entre Superman y Barda, es algo que prefieren olvidar. De hecho, nunca más volvió a salir a colación.