“La última pregunta se formuló por primera vez, medio en broma, el 21 de mayo de 2061, en momentos en que la humanidad (también por primera vez) se bañó en luz. La pregunta llegó como resultado de una apuesta por cinco dólares hecha entre dos hombres que bebían cerveza”.
Isaac Asimov, La Última Pregunta
Con esas palabras comienza “La Última Pregunta”, considerado por no pocas personas como el mejor cuento del célebre artista de ciencia ficción Isaac Asimov y que al mismo tiempo es una lectura siempre recomendable, quizás más ahora en el contexto de distancia social que encierra nuestros mundos más que nunca.
A su vez, este breve cuento de alcances siderales, que saca a colación constantemente la pregunta que salió primero a colación por esta apuesta entre los hombres que bebían cerveza, también era el favorito del autor de obras como la saga de la Fundación, ‘Yo, robot’ y ‘El Hombre Bicentenario’, entre cientos de otros escritos.
“¿Por qué es mi favorito? Por un lado, tuve la idea de una vez y no tuve que jugar con ella. Lo escribí al rojo vivo y apenas tuve que cambiar una palabra. Este tipo de cosas atrae cualquier historia a cualquier escritor", dijo Asimov respecto a su popular cuento. Al mismo tiempo, recalcó que dicha historia cuenta con el “efecto más extraño” entre sus lectores.
"Con frecuencia, alguien escribe para preguntarme si puedo darles el nombre de una historia, que ‘piensan’ que podría haber escrito, para así decirles dónde encontrarla. No recuerdan el título, pero cuando describen la historia es invariablemente ‘La última pregunta’”, agregó el autor.
Más allá de la genialidad del final, que está entre los mejores de cualquier obra de ficción, su condición de clásico imperecedero, es innegable.
Más allá de que fue escrita mucho antes de la creación del actual conjunto descentralizado de redes de comunicación interconectadas que definimos como Internet o la evolución portátil de la tecnología de las computadoras, por lo que el concepto de procesamiento para Asimov estaba ligada intrínsecamente con el tamaño de Multivac y sus sucesoras, la historia de La Última Pregunta no solo tiene una fuerza narrativa potente, sino que también aborda diversos elementos invariables de nuestra cultura y sociedad.
La historia gira en torno a esta supercomputadora que recibe una pregunta por parte de dos borrachos, en un escenario que aborda la centralización de la informática a mediados del siglo pasado, anticipando un mecanismo global de manejo. De hecho, más de alguien se preguntará si Google puede ser considerada como una Multivac.
Pero en sus párrafos, en donde a lo largo de los siglos dos personas, y la relación comunicativa de ambos, sacan a colación la misma interrogante, se gesta un ciclo que parece no tener fin. Uno en el que es abordado temas como la rápida expansión de la humanidad y el progreso tecnológico de las máquinas con chips en base a su relación simbiótica.
Aunque su historia se desarrolla en alrededor de siete páginas, o más dependiendo de la edición, Asimov profundiza en conceptos como lo fugaz de la vida humana en el contexto del espacio-tiempo, las barreras de las respuestas científicas y la entropía, en el contexto del consumo de toda energía que garantiza el fin de los tiempos.
Pero además la obra involucra conceptos como la recurrencia de las interrogantes que han afectado al ser humano o la naturaleza cíclica de algunas acciones, que es un mantra que han tomado otras obras de ciencia ficción como aquella maestra reinvención de Battlestar Galactica. “Todo esto ha sucedido antes y va a suceder nuevamente” decían en la pregunta clave de aquella serie y su respuesta está ligada directamente a lo que resuelve Asimov.
Eso se debe a que la respuesta a la “Última Pregunta” tiene directa relación con la vida, la muerte, el origen, el final y el ciclo en el que los humanos han buscando las respuestas por diversas rutas, ya sea a través de la religión, la filosofía o la propia ciencia. Y, más aún, las preguntas claves pueden surgir alrededor de una cerveza.
Publicado por primera vez en la revista Science Fiction Quarterly, en su número de noviembre de 1956, el cuento ha sido parte de diversas obras compilatorias, como es el caso de “Cuentos Completos 1”.
Si el audiolibro arriba no es lo suyo, pueden encontrar el cuento con una simple búsqueda en Google o comprar en papel la edición del sello Nova. La misma que cuenta con una introducción en la que Asimov define a esta Última Pregunta como su predilecta.