El elenco de Aladdin, la película que estará a cargo de Guy Ritchie, lo intentó todo para evitar grandes polémicas. Aún cuando hubo críticas de un sector de los fans del clásico de Disney por la elección de Jasmín, de partida lograron que su elenco principal fuese diverso. Con Will Smith en el medio, y un Aladdin de origen árabe, intentaron evitar críticas de whitewashing.

No obstante, en el camino se dio a conocer que el actor Billy Magnussen interpretará a un príncipe nórdico que será uno de los pretendientes de la princesa de Agrabah. Ese fue el primer punto en discordia.

Pero ahora el proyecto definitivamente está en la mira, ya que se ha dado a conocer que la producción pintó de marrón a extras blancos para que tuviesen una apariencia más acorde con los habitantes del Medio Oriente.

Disney admitió a Deadline que se maquilló a extras en un set en el que existen alrededor de 500 actores que actúan de fondo. Aunque la mayoría tendría un origen apropiado, hay alrededor de 100 extras blancos que tuvieron que mezclarse.

Desde el estudio intentaron bajar el tono de la polémica, aclarando que se utilizaron ese tipo de extras solo para dobles de acción, equipo de efectos especiales o personal entrenado para manejar animales. 

Un portavoz de la compañía recalcó en ese sentido que existe "una gran preocupación para armar uno de los elencos diversos más grandes de la historia. La diversidad en nuestro elenco y extras fue un requerimiento. Solo en un puñado de instancias, en donde se requería habilidades especiales de control y seguridad, se maquilló al equipo para mezclarse".

Aún con esa aclaración, la polémica sigue en torno a cómo se está armando una película destinada a ser todo un éxito en la recaudación.