Majin Buu demostró su verdadero poder en Dragon Ball Super

Esto incluye spoilers del capítulo 79 de Dragon Ball Super.

Es una tradición en la saga de Dragon Ball. Cada vez que un rival es derrotado, los guerreros de La Tierra lo terminan superando tanto en poder, que dichos enemigos nunca más son tratados con el mismo respeto. Pasó con Freezer, luego con Cell y también hasta el propio Majin Buu. La excepción fue la reciente historia de resurrección de Freezer, aunque el nuevo nivel Dios supersaiyayin fue demasiado para el antiguo gran rival de Gokú y compañía.

Pero en lo que respecta a Majin Buu, que abandonó sus malos sentimientos para convertirse en un bonachón e inocente aliado al cuidado de Mister Satán, ahora Dragon Ball Super permitió dar rienda suelta al gordo y rosado personaje, para dejar en claro por qué fue el enemigo definitivo durante la última saga de Dragon Ball Z.

Como parte de las luchas de exhibición antes del Torneo de Fuerza que pone en riesgo a todo el universo, Majin Buu se enfrenta contra uno de los miembros del "trío los peligros" del Universo 6. Aunque el comienzo del combate es totalmente desigual, una vez que Mister Satán es golpeado por el daño colateral del combate, Majin Buu se decide a dejarse de juegos para atacar con todo su poder.

¿Resultado? Los peleadores del universo 6 no estaban preparados para ver a un luchador que puede regenerarse y resistir inclusive un forado en el estomago.

Ni siquiera el hecho de los combatientes del universo 9 tengan a su disposición unas extrañas bayas que aumentan su poder de pelea sirve para hacer frente al hecho de que Majin Buu tiene un poder superior a lo esperado.

De este modo, el universo 7, al que pertenecen nuestros héroes, se llevan la victoria una vez que el Rey de Todo queda satisfecho con la exhibición y Basil, el rival con apariencia canina, no puede resistir más y literalmente hace cortocircuito con su poder.

El próximo en entrar a escena será Gohan, quien aparentemente también demostrará finalmente que ha estado mejorando su nivel de pelea, a pesar de dejarse estar por sus responsabilidades familiares.