El peor hábito que tienen los usuarios latinoamericanos en línea

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Dmitry Bestuzhev, especialista de Kaspersky, abordó los errores habituales y las cosas que se pasan por alto en el día a día de la vida digital.


En el marco de la novena Cumbre Latinoamericana de Ciberseguridad realizada la semana pasada en Argentina, y organizada por Kaspersky, uno de los puntos más relevantes tuvo relación con el escenario que deben confrontar los usuarios ante las ciberamenazas y las propias faltas que dan pie a que se conviertan en víctimas.

En ese sentido, el director del equipo de investigación y análisis para América Latina de Kaspersky, Dmitry Bestuzhev, profundizó respecto a cuáles son los malos hábitos más recurrentes que tienen los usuarios en línea y las consecuencias que esto tiene no solo para la privacidad, sino que también para la seguridad de sus datos y dispositivos.

Claro, en el escenario actual, marcado por el uso de smartphones en modo 24/7 y un uso de equipos de escritorio cada vez más a la baja ante las opciones móviles, las reglas han cambiado y la idea de utilizar un antivirus y lo que se requiere para concretar una instalación ha cambiado. Especialmente considerando que las tiendas de aplicaciones están más a la mano que nunca.

Y es ahí, en un terreno en el que ya no existe la necesidad de conseguir un CD o un montón de disquetes, que Bestuzhev profundizó al respecto.

─ ¿Cuál es el peor hábito que tienen los usuarios en general actualmente? 

Sin duda es aceptar cualquier cosa que aparece en la pantalla, tan solo porque le aparece, y sentirse como estresado dándole sí, sí, sí, sí, ¡a todo!.

Esto es lo que ayuda a la instalación de muchas aplicaciones maliciosas que no deberían estar ahí.

─ Pero ese es como un problema que ha estado siempre, en general nadie lee los términos de servicio o los permisos que piden las aplicaciones

Claro y creo que esto también está asociado al exceso de confianza. A medida que uno debe ser más y más experimentado, con los celulares o los computadores, cae en esto. Como si para instalar algo solo necesitas presionar: "siguiente, siguiente, siguiente". Y claro, una actitud así lleva a que uno instale más y más virus.

─ Gran parte de las brechas se dan, volviendo un poco al principio, porque precisamente la gente acepta cualquier cosa. ¿Qué se puede hacer ante el bajo nivel de educación digital en Latinoamérica?

Bueno, la única forma es contrarrestarlo con más educación. Enseñándoles, a través de las publicaciones, de videos o hasta podcast, lo mejor y más cercano, algo que sirva para cada usuario de cada zona de Latinoamérica, con tal de que aprendan algo más, algo nuevo, de que sepan cómo funcionan los ataques.

─ ¿Por qué crees que no hay correlación entre la importancia que le da la gente a la privacidad de sus redes sociales con la seguridad de sus datos que se requiere en Internet? Uno da por hecho que el computador necesita antivirus, pero eso no pasa en los dispositivos móviles.

Sí, la privacidad es un hecho que para muchos usuarios es un tema muy confuso, ellos piensan que la privacidad básicamente es cuando mi celular está conmigo y nadie lo ve. Pero obviamente los datos que nosotros manejamos, cuando se envían o se reciben, por quién los recibe, tiene un valor sumamente superior.

Al no poner claro, en la mente del usuario, qué es la privacidad, están dispuestos a aceptar cualquier cosa con tal de tener una cuenta en una red social. Con tal de poder enviar o recibir mensajes. Con tal de hacer cualquier cosa.

Y ahí existe también otra paradoja muy interesante, que es cuando uno recibe un correo electrónico, puede notar que hay malware o algo malo para ti. Pero cuando reciben un mensaje de texto, dan por hecho que no pasa nada. ¿Pero en qué se diferencian? Técnicamente en nada. Es lo mismo, salvo que llega en tiempo real. Existe una gran brecha de percepción, de peligros entre estos dos, simplemente porque así lo piensa la gente.

─ ¿Y qué precauciones debería tener la gente en la vida digital, en el día a día? La tecnología actualmente está con nosotros casi desde que despertamos, especialmente ante el auge de los smartphones

Es un conjunto de cosas que los usuarios se deberían plantear. Tengo una nueva versión, ¿debo actualizar el teléfono? ¿Doy click en cualquier cosa cuando aparece una ventana emergente? ¿Le doy acceso a todos los permisos que me pide una aplicación?¿O verifico cada uno? ¿Leo los contratos de uso de licencias? ¿Me interesa por algo más allá de si me roban o no el celular?

La palabra actualización para algunos ya es como algo de confianza. Pero las preguntas son: ¿De qué fuente proviene? ¿Quién es el desarrollador de la actualización? ¿Debo actualizarla de forma explícita fuera de la aplicación oficial?

─ En un escenario en el que las empresas quieren recolectar nuestros datos, y eso es algo que usan los atacantes, ¿qué puede hacer la gente ante esta recolección masiva del día a día?

Todo el resultado para el usuario va a ser de permitir o no. De tener o no una cuenta. Por ejemplo, ser parte de una red social o no.

─ Es decir, quedarse fuera de Facebook o Instagram.

Exacto, es así de claro. Y es una decisión completamente personal.

─ Y para terminar, ¿Qué hacer con otras cosas del día a día? Como el hecho de simplemente navegar

En cuanto a los navegadores y las visitas de los sitios web en general, se pueden configurar para que la información que solicitan al navegador, sea filtrada y no entregada a los dueños de los sitios web. Siempre hay que configurar el navegador e impedir que el sitio, tan solo por pedirlos, reciba tus datos.

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