Murió Mario Segale, el hombre que dio nombre a la mascota de Nintendo
A los 84 años de edad, falleció el empresario que le arrendó una oficina a Nintendo e inmortalizó su nombre para siempre.
Corrían los años 80 y Nintendo hacía su arribo a Estados Unidos gracias a la llegada de su primer gran éxito internacional: un videojuego llamado Donkey Kong.
El título, protagonizado por un personaje llamado Jumpman fue el arcade que sirvió para comenzar al internacionalización de una compañía japonesa que hasta ahora solo generaba éxito en su tierra.
Para establecerse en Estados Unidos, decidieron arrendar una oficina en el estado de Washington, las que estaban a cargo de un entonces joven empresario: Mario Segale. De origen italiano, Segale no sabía que su relación con esta nueva compañía del oriente serviría de inspiración para nombrar al personaje más popular de la historia de los videojuegos: Super Mario.
La historia dice que la compañía aun no tenía el dinero suficiente como para mantener una oficina lejos de Japón, por lo que se atrasó en el pago del arriendo, lo que motivó una visita sorpresa de Segale, quien fue a hablar directamente con el entonces presidente de Nintendo of America, Minoru Arakawa. La conversación fue bastante compleja, pero finalmente se llegó a un acuerdo de palabra entre ambas partes. Nintendo se comprometió a pagar su deuda en un nuevo plazo y como gesto de agradecimiento a la bondad del dueño, decidieron nombrar a su personaje estrella su honor. Así es como Jumpman pasó a llamarse Mario.
Esta historia ha sido aceptada como la original durante mucho tiempo, a pesar de que el propio Sagale la negó en varias entrevistas ya que según el, se trataba de una historia que lo hacía ver mal como hombre de negocios.
Lamentablemente, Mario Sagale falleció esta semana a la edad de los 84 años, pero su obituario confirmó el hecho, dando así por cerrado el misterio sobre la historia del verdadero Mario.
Segale, además, siempre fue un hombre reservado, por lo que nos imaginamos que una vez que vio el alcance mundial que tuvo Mario, prefirió mantenerse lo más alejado posible de su historia, aun cuando en 1993, en una entrevista con el Seattle Times, respondió medio en broma y medio en serio que "aun estaba esperando sus cheques de royalty".
Y es que aun cuando en toda su vida nunca haya sido un personaje activo en la industria de los videojuegos, su legado -aun cuando haya sido anecdótico- nunca será olvidado, sobre todo cuando pensamos en como habría sido el mundo si el bigotón más famoso de la industria se hubiese seguido llamando Jumpman.
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