Cada comienzo de año, Mark Zuckerberg, el fundador y CEO de Facebook, asume un desafío personal para cumplir durante todo el año. Las promesas han pasado desde sólo comer la carne que el mismo ha cazado hasta visitar cada uno de los 50 estados de Estados Unidos.
Pero este año, Zuckerberg asumió como desafío personal muy particular: volver a enfocarse en Facebook y resolver todos los problemas que aquejan a la red, desde el abuso y el odio, hasta formas de erradicar el mal uso del servicio.
Coincidencia o no, esta promesa llegó justo el año en el que Facebook enfrenta su principal crisis comunicacional de su historia, una que le hizo perder más de 30 mil millones de dólares de valoración en la bolsa y que ha roto el lazo de confianza que había entre Facebook y sus usuarios. La crisis hace relación al reconocimiento por parte de una compañía llamada Cambridge Analytica de utilizar datos personales obtenidos a través de Facebook, usando sólo una simple aplicación de cuestionarios para poder acceder a millones de datos privados de personas, los que luego fueron usados para crear perfiles de personas para hacer campañas políticas hiper especializadas.
El principal problema de este conflicto es que técnicamente nunca hubo robo de información, sino que simplemente usaron los datos que podían obtener como compañía a través de los permisos de Facebook, incluyendo, en esa época, datos sobre los amigos y contactos de quienes usaban sus apps, sin su conocimiento. Que luego Cambridge Analytica haya roto los contratos y hecho mal uso de estos datos es otra historia, porque lo importante acá es darse cuenta que parece que Facebook está acumulando tanta información sobre nosotros que ya no lo puede controlar.
Y es precisamente por esto que Mark Zuckerberg decidió hacer uso de su cuenta personal en el sitio para emitir su visión y su versión acerca del conflicto.
En un extenso relato, Zuckerberg cuenta, desde su punto de vista, todo lo que pasó y cómo la empresa ha ido arreglando con el tiempo estas evidentes fallas en cuanto al acceso que terceras compañías tienen sobre nuestros datos personales. Explicó que en 2014, por ejemplo, cambiaron los términos de uso para impedir la aparición de aplicaciones abusivas y que desde l 2015 ya conocían el trabajo que estaba haciendo Cambridege Analytica.
Incluso, Zuckerberg aparece como víctima al explicar que la compañía les mintió al decir que habían borrado todos los datos a los que habían accedido de mala manera. Luego prometió que hará auditorías y que seguirá trabajando asegurar que el servicio se mantenga seguro durante el tiempo y de paso, recuperar la confianza del público.
Un discurso lleno de explicaciones, de promesas y de intenciones, pero sin una palabra de disculpa. Ningún perdón. Ningún nos equivocamos.
Y es que tal vez eso sea realmente lo que piensan desde Facebook, que el problema no es que una compañía tenga tanto acceso a nuestros datos, sino que lo haya hecho por un conducto irregular. Quizás a quien Zuckerberg quiera darle disculpas es a las compañías que ven como una empresa accedió a los mismos o incluso más privilegios que los que ellos tuvieron que hacer pagándole a Facebook.
Mark Zuckerberg tiene que entender que para muchos esto puede ser una crisis política, de marketing o sobre uso de datos privados para fines no autorizados. Pero para el común de las personas, lo que está pasando con Facebook es una crisis de confianza, y ninguna de estas crisis se soluciona sin que se reconozcan los errores. Y si bien un "lo siento" no arregla nada por si solo, es al menos un buen comienzo. Uno que Facebook todavía no está dispuesto a dar.
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