En un mundo que parece ser cada vez más móvil, a veces olvidamos que en cuanto a usabilidad, los reyes de la tecnología siguen siendo los computadores. Mientras nuestros celulares inteligentes son excelentes para comunicarnos, igual necesitamos contar con un buen notebook para estudiar, trabajar, crear contenido y hasta para jugar las obras más complejas.

Y marearse dentro de una oferta de computadores cada vez más creciente es algo normal, ya que ninguno ha sido creado de la misma manera y para los mismos usos. Es por eso que queremos ayudarte en este proceso para definir cuales son las características que un buen computador para usar en el día a día y otro para jugar en nuestros ratos libres, deben tener y así asegurar que nuestra compra durará la mayor cantidad de tiempo posible.

Comodidad y durabilidad: Las claves del estudio

Lo primero que hay que tener en cuenta, más que las capacidades que necesitaremos del equipo, es el uso que le daremos durante todo el día. Si estamos pensando en computadores para el colegiopor ejemplo, tenemos que pensar que debe ser un computador que tiene que llevarse en una mochila, ya sea para el mismo recinto o para otras casas, y que también debe tener una buena batería capaz de mantenerse viva durante la jornada.

Lograr esto suele ser complicado, ya que las baterías suelen engrosar los equipos, haciendo que estos pesen demasiado como para ser cargados en una mochila. Pero es necesario encontrar el punto ideal. Por ejemplo, cualquier equipo que pese más de un kilo y medio, ya se nos comenzará a notar dentro de la mochila. Por supuesto, mientras menos sea el peso, mejor en este apartado, pero piensa en esa cifra como el tope. Fíjate además en el cargador del equipo: hoy varios modelos ya usan cargadores tipo USB-C, los que además son compatibles con varios teléfonos celulares, por lo que es más fácil andar acarreando un solo equipo.

Ahora bien, un computador puede ser delgado y además tener mucha autonomía mientras su procesador sea especial para eso. Hay que preferir procesadores de bajo consumo de energía, ya que sacrifican poder por más horas de duración en tareas sencillas como navegar por internet, ver videos o escribir. La serie i3 o i5 de Intel, por ejemplo, son ideales. Por supuesto, eso significa que no nos servirán para jugar, o al menos no lo harán de la manera más óptima. Otro factor que le da más vida a tu equipo es la pantalla: elige computadores con resoluciones HD, salvo que los trabajos que tengas que hacer requieran el uso de edición de fotos o video, ya que ahí el Full HD se hace necesario.

¿El almacenamiento? Para un uso de creación de documentos, debería bastar con 256 GB, más lo que podamos almacenar en la nube. Es muy recomendado que sea un disco de Estado Sólido -SSD- para que la carga del equipo sea más rápida y el gasto energético, menor.

Finalmente piensa también en los tamaños: 13 o 15 pulgadas serán suficientes, por supuesto, dependiendo de que tan grande sea la mochila que lleves y los tipos de trabajos. Con 13 pulgadas debería bastar, sobre todo considerando que los espacios para moverse son algo más estrechos, y los de 15 solo debes pensarlos si, además, los quieres para ver películas o hacer uso intensivo de sus capacidad visuales.

La potencia para jugar

Si lo que queremos es un espacio para poder disfrutar de lo último en videojuegos y entretenimiendo digital, los requerimientos que debe tener un buen computador gamer son prácticamente el opuesto de lo que tiene un equipo para el día a día, aunque también necesita sus detalles.

En un computador gamer olvídate del peso y la comodidad: la gran mayoría está hecho para ser más bien estáticos y tener traslados esporádicos, por lo que sí, van a pesar y mucho. Tampoco son equipos que van a durar, el rendimiento de un PC gamer puede ser fácilmente de 2 a 3 horas de autonomía como máximo, y eso está bien, ya que su composición no debe estar hecha para durar sino que para estar conectado y sacarle el mayor jugo posible a la máquina.

Pensemos en el procesador por ejemplo: no nos basta con que sea de última generación sino que además, debe ser de alto consumo. ¿Cómo es esto? Un procesador puede tener la misma capacidad, pero poseer más o menos consumo eléctrico, lo que se traduce en más o menos rendimiento. Un ejemplo: Intel identifica sus procesadores a través de diferentes letras como la U o la H. La serie U es de bajo consumo, pensada para Ultrabooks, y la H es para más performance, por eso son High End. Entre ellos, hay diferencias de hasta 30 watts de potencia, por lo que si queremos jugar bien, hay que partir por la serie H.

Pero también importa mucho la serie que sea: En Intel, por ejemplo, lo ideal es que sea un procesador i7 o i9 -un i5 puede cumplir pero no para los juegos más recientes- y sus equivalentes en AMD serían los Ryzen 5 y Ryzen 7.

Lo mismo con la tarjeta de video. Si bien son integradas, hay unidades gráficas pensadas para móviles también tiene su diferencia: hay tarjeas hechas para móviles, como la MX de nVidia que cumple con lo mínimo, de nuevo, para mejorar el tiempo de vida. Hay que fijarse siempre que sea de la serie GT, ya que ahí el poder de la tarjeta gráfica se libera totalmente.

¿Almacenamiento? Lo más posible, aun cuando no los podamos pillar en discos de estado sólido, esto principalmente por el tamaño de las instalaciones. Recuerden que un juego sencillo como Fortnite usa 70 GB de espacio, por lo que lo mínimo si vamos a jugar mucho es contar  1TB de memoria. Si se puede, también optar por opciones híbridas, con una unidad más pequeña en estado sólido para el sistema operativo y un disco duro tradicional para el almacenamiento de archivos.