Nahuel y el libro mágico, la nueva película animada chilena que quiere desafiar al público infantil con su historia inspirada en la mitología chilota
Conversamos con Germán Acuña y Pato Escala, el director y el productor de esta cinta que llegará a los cines el próximo 20 de enero.
Ya han pasado más de diez años desde que Germán Acuña comenzó a tramar la idea de Nahuel y el libro mágico en el contexto de un viaje familiar a Chiloé, pero tras un paso por varios festivales internacionales (incluyendo a Annecy 2020), la primera película realizada por el estudio Carburadores finalmente llegará al cine durante este mes de enero.
En ese contexto en Mouse tuvimos la oportunidad de conversar con Acuña y el productor Pato Escala respecto a la propuesta y la realización de Nahuel y el libro mágico.
Inicialmente Acuña contó que la premisa de Nahuel y el libro mágico comenzó a gestarse en un viaje a Chiloé en hace más de una década.
“Nahuel surge de un viaje familiar a Chiloé en 2011″, dijo el director. “Yo me fui de vacaciones con mi familia y estando allá, (al) observar un poco toda la dimensión no solamente digamos arquitectónica, la gente, la comida tradicional, sino que también un poco humana, aparece la idea de hacer una historia ambientada e inspirada en Chiloé. Entonces, después en el 2012, comienzan las primeras versiones de guión y empieza el camino para buscar financiamiento, para ya en 2015 comenzar la producción”.
Pero aunque ese podría parecer un camino bastante largo para llegar a la pantalla grande, Acuña dejó claro que no es algo inusual para las cintas animadas.
“Ha sido un cambio largo porque bueno, las producciones en general de películas de animación son largas”, comentó Acuña. “Uno siempre ve cuando salen nomás, pero incluso hasta en Pixar se demoran varios años en ir refinando las historias y hacer todos los procesos de producción. Pero sí, los largometrajes de animación son proyectos largos en general”.
Y ese proceso para refinar detalles fue clave para llegar a la versión de Nahuel y el libro mágico que podrán conocer durante los próximos días, ya que Acuña reveló que inicialmente la película incluía a muchos más personajes de la mitología chilota.
“El primer guión de Nahuel tenía muchos más personajes mitológicos porque yo creo que había una especie de ansiedad o ganas o entusiasmo por tratar de poner todo este universo de mitología chilota dentro de la historia”, indicó el cineasta. “Y obviamente después en el proceso en que (...) comenzamos a pulir el guión nos dimos cuenta que habían algunos personajes que estaban presentes más por las ganas de que estuvieran, de poder verlos en pantalla, que realmente para poder servir a la historia”.
“Entonces creo que es un proceso natural que va limpiando y va quedando lo esencial, por lo tanto los personajes que quedaron eran los que realmente eran esenciales para la historia”, sentenció Acuña.
Pero aún así el director consiguió conservar a personajes como el Chon Chon y el Trauco que aparecen a lo largo de la trama y ocasionalmente potencial la atmósfera un poco tenebrosa que puede tener la película pese a su bella animación.
En ese sentido, Acuña reconoció que la idea de poner un poquito de “elementos oscuros” sobre la mesa fue a propósito.
“Efectivamente Nahuel es una película que tiene ciertos elementos como oscuros porque estamos relatando o estamos retratando el mundo de los brujos, el mundo de los brujos chilotes que en realidad, si uno empieza a leer los textos que hay alrededor, ese mundo que describen es muchísimo más oscuro de lo que nosotros tomamos. Incluso llega a ser macabro en ciertas cosas”, respondió Acuña al ser consultado por esos tintes en el tono de la película. “Pero siempre sentimos que queríamos que Nahuel fuese una película que de una forma desafiara un poquito al público más infantil”.
“Siempre al público infantil se lo trata de forma muy como todo con algodón, como que muchas veces se subestima la capacidad de mirar, de observar ciertas cosas, de exponerse a cierto contenido. Y, desde nuestro punto de vista sentíamos que esta era una especie de, por supuesto para cierta edad, esta no es una película para un niño de tres años, pero para un niño de siete u ocho años si sentimos que puede ser una película un poquito desafiante de experimentar, como lo fue quizás para nosotros ver ‘Dumbo’. Cosas que tenían cierto nivel de crudeza, pero que uno atesora porque son historias que te marcaron y que efectivamente tu sentiste que creciste un poquito al terminar de ver esa película. Entonces con ‘Nahuel’, efectivamente hay un poco de eso, hay un poco de que el público infantil pueda ver..no sé si lo definiría como terror, pero sí tiene algunos elementos oscuros”, sentenció.
Aunque debido a su inspiración en la mitología chilota Nahuel y el libro mágico tiene esos mencionados “elementos oscuros”, la película aún así cuenta un diseño de personajes y escenarios muy agradable y que probablemente para muchas personas evocará al Studio Ghibli. No obstante, aunque en entrevistas previas Acuña reconoció su aprecio por la compañía tras Mi vecino Totoro, ahora el director señaló que aquellas similitudes no solo tienen que ver con una inspiración, sino que también tienen relación con el estilo que se eligió para la cinta.
“Efectivamente creo que hay una influencia de Studio Ghibli, eso es indudable. Tanto para mí como para el equipo es como un súper referente”, explicó Acuña. “Pero yo creo que también hay una similitud porque hay un tema técnico, nosotros decidimos trabajar la animación de la película con una animación mucho más cercana al anime que una animación limitada, es decir que son menos dibujos.(...) Por lo general las películas Disney son un dibujo por un cuadro y tienen cierta fluidez y tienen cierta visión del movimiento y visión de la puesta en escena que es un poco diferente, que quizás es más teatral, coreográfica y estilizada”.
“El camino del cine animado japonés quizás es más sintético, tiene que ver más con resumir el movimiento, con resumir. Es más sútil. Y creo también que para el tipo de historia que estábamos contando estilísticamente ese camino servía mejor que el camino ‘Disney’ o más occidental”, agregó. “Entonces hay una decisión estratégica por temas de presupuesto, pero también va de la mano con una propuesta estética que está en función de la historia”.
Nahuel y el libro mágico fue producida por Carburadores, Red Brasil y Punkrobot, la misma compañía que estuvo involucrada en la realización de Historia de un oso, el corto dirigido por Gabriel Osorio y que ganó un Premio Oscar en 2016. Pero la participación del productor Pato Escala en esta nueva cinta no aplanó por completo el camino.
De hecho, Acuña reconoció que los principales desafíos de la película no solo implicaron conseguir financiamiento, sino que también había una importante tarea en el apartado técnico.
“Un largometraje, en general, se hace con un equipo muy grande sobre todo en el caso de la animación 2D. (En) Nahuel deben haber trabajado cerca de 300 personas entre animadores en Chile, Perú, Argentina, España, Filipinas y Colombia”, dijo Acuña. “Entonces, (había que) coordinar todo ese flujo de producción y mantener el nivel técnico y artístico de la animación con un equipo principal aquí en Chile que era muy joven y talentoso, pero que igual era muy joven. Entonces hay un tema de experiencia, de ritmo y de dinámica que se fue construyendo un poco junto con la producción”.
No obstante, aunque Nahuel forjó su propio camino y Punkrobot recién se sumó a la producción en 2015, Escala siente que el reconocimiento de Historia de un Oso igual ayudó a que se mire de mejor manera a la animación local.
“Es una pregunta súper difícil porque yo creo que como nosotros hacemos animación y nos encanta la animación y amamos la animación, nosotros sentimos que la animación es lo que dio paso a todo el resto, al cine de ficción, osea lo primero que hubo de animación eran las pinturas rupestres donde tenías secuencias que contaban historias y después de esos salen los proyectos de ficción, los documentales, las teleseries”, indicó Escala al ser consultado respecto a cómo a veces se tiende a mirar en menos a las producciones animadas. “Después de eso sale todo el lenguaje cinematográfico”.
“Entonces para nosotros la animación es la piedra angular de todo el cine. Lo voy a decir así porque así lo siento. Entonces efectivamente sí creo que (Historia de un Oso) nos sirvió mucho a nosotros como país darnos cuenta que la animación que se hacía en Chile era de una calidad internacional (...)”, añadió. “Creo yo que cada proyecto se defiende por sí mismo, por su propia calidad, por su propia estética (y) por su propia narrativa. (Pero) sí, sentimos que Historia de un Oso sirvió para posicionar no solo la animación chilena, sino que la animación latinoamericana como una región creativa con historias diferentes a las que se venían contando de una industria más hollywoodense o asiática o europea”.
Nahuel y el libro mágico se estrenará este 20 de enero en cines y su director sostiene que esa es “la mejor forma de ver la película”.
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