En medio de las misiones Apolo, la NASA decidió pensar a futuro y almacenar algunas de las muestras recogidas en la exploración lunar para que futuros equipos investigadores pudiesen estudiarlas con mejores equipos y nueva tecnología. Ahora, en pleno 2019, ese momento por fin ha llegado.

Según informa la propia agencia espacial, bajo su programa Apollo Next Generation Sample Analysis program (ANGSA) recibió prepuestas para estudiar estos materiales, y finalmente seleccionó nueve de esos proyectos para analizar las muestras selladas recogidas por las misiones Apolo.

Los materiales lunares que serán objeto de estos estudios fueron recolectados durante Apolo 15, la cuarta misión lunar que comenzó el 21 de julio de 1971; y Apolo 17, la sexta misión a la Luna que partió el 7 de diciembre de 1972.

Si bien, la mayoría de las muestras han permanecido cerradas por casi 48 años, algunas fueron abiertas y después de ser procesadas preliminarmente fueron re-selladas y guardadas en un almacenamiento frío.

Uno de los equipos investigadores será dirigido por Jamie Elsila y enfocará su estudio en la "abundancia de compuestos volátiles que pueden ser precursores de los aminoácidos que se han detectado previamente en muestras lunares".

En ese sentido, la misión del estudio será  "comprender si los compuestos orgánicos se conservan mejor en las regiones sombreadas de la Luna y si su abundancia varía según la profundidad, lo que puede ayudar a los científicos a comprender mejor la química lunar". 

"Esta es una oportunidad única y emocionante para usar muestras de la Luna que han sido preservadas por casi 50 años para estudiar preguntas que los científicos de ese tiempo se podrían haber preguntado, pero no tenían las herramientas para responder", dijo Elsila. "Es un privilegio acceder a estas muestras especiales y esperamos contribuir no solo a aumentar nuestro conocimiento de la química lunar, sino que también a mejorar nuestra comprensión  de cómo preservar mejor muestras recogidas por la NASA en futuras misiones".

El segundo equipo en trabajar con estas muestras será liderado por Natalie Curran y Barbara Cohen, quienes llevarán a cabo una investigación complementaria a la de Elsila empleando gases nobles para investigar la historia geológica de las muestras. Todo considerando que "la abundancia de gases nobles refleja el tiempo que una muestra ha residido en la superficie lunar, al estar expuesta a los efectos dañinos de los rayos cósmicos, que pueden afectar al material orgánico".

Además, este proyecto también  "utilizará las proporciones de gases nobles para investigar eventos geológicos (como impactos y deslizamientos de tierra) que fueron importantes para dar forma a la superficie de la cual se recolectaron las muestras selladas".

"Tener la oportunidad de trabajar en estas muestras es como participar en una misión completamente nueva a la Luna", señaló Curran. "Aunque estas son muestras de Apolo, nunca se han abierto, y no sabemos qué sorpresas nos esperan. Estoy emocionada de participar en la era de exploración de la Luna de nuestra generación".

Entre los objetivos del programa ANGSA se encuentra realizar investigaciones que contribuyan a mejorar las misiones lunares de los próximas décadas. En ese sentido, se espera que estos proyectos determinen qué métodos de almacenamiento funcionaron, por ejemplo, para conservar las muestras en las mejores condiciones posibles.