Cuando las películas basadas en personajes de cómics recién comenzaban a gozar de la popularidad que ostentan hoy, Nicolas Cage protagonizó dos producciones centradas en Ghost Rider.
En 2007 el actor debutó como Johnny Blaze en Ghost Rider: El Vengador Fantasma, película que logró cosechar $228 millones de dólares en la taquilla mundial, una cifra que pese a ser baja para los estándares de hoy le permitió presentar su secuela, Ghost Rider: Espíritu de Venganza en 2011. Pero dicha película solo consiguió una recaudación de $132 millones de dólares, poniendo fin a la carrera de Cage como el motorista.
A varios años del estreno de las películas, Cage habló con Yahoo! Entertainment respecto a su tiempo como Ghost Rider, y recalcó que lo que en su minuto fue considerada una discreta recepción en materia de recaudación habría cambiado radicalmente en el panorama actual.
Cage argumenta que sus películas de Ghost Rider serían sumamente exitosas hoy en día si hubiesen contado con la categoría R que en los últimos años le permitió a Deadpool y Logan cosechar un amplio éxito tanto entre la crítica como los fans.
"Si Ghost Rider se hubiera hecho en formato categoría R, de la forma en que tuvieron las agallas para hacer Deadpool, y lo hicieran nuevamente hoy en día, estoy bastante seguro de que sería enormemente exitosa", dijo Cage. "Habiendo dicho eso, todavía creo que las películas fueron un éxito. La gente no mira a los puntos de venta secundarios, como DVD, transmisión y demás. Comienzas a ver la genialidad de la secuela cuando miras lo que Mark Neveldine y Brian Taylor hicieron (en Espíritu de Venganza), donde por $50 millones obtuvieron de regreso $250 millones".
Ambas películas de Ghost Rider protagonizadas por el actor fueron clasificadas para menores de 13 años en Estados Unidos, y mundialmente obtuvieron una clasificación similar que apuntaba al publico infantil acompañado de sus padres. Algo que Cage identificó como un obstáculo para la historia.
"El problema es que es muy difícil llevar a una familia con niños a ver una película, que convirtieron en una película PG-13, sobre un superhéroe que, por cierto, también le vendió su alma a Satanás", añadió Cage. "No es el concepto o vehículo más comercial. Pero sin duda es el más interesante y el más estimulante. Creo que si vuelves a mirar las películas hoy envejecen bien".
Esta no es la primera vez que el actor aborda sus arrepentimientos respecto la clasificación de su Ghost Rider. En una entrevista previa con el sitio JoBlo, Cage había señalado que "Ghost Rider fue diseñado para ser un superhéroe aterrador con una clasificación R y al límite, lo que simplemente no habría funcionado en aquel entonces".
Desde el éxito de Deadpool en 2016 la opción de llevar supehéroes y anti-héroes a la pantalla grande con una categoría R ha rondado a los estudios. Pero la táctica hasta ahora solo se ha replicado con Logan y Deadpool 2, mientras que películas como Venom, llamadas a seguir esta línea, han optado por permanecer aptas para todo público.