A fines de agosto los científicos de la Estación Espacial Internacional detectaron una fuga de presión al interior de la nave. El origen de esta fuga fue rastreado hasta a un orificio de 2 milímetros en al interior de la cápsula de Soyuz, que se encuentra atracada en la Estación Espacial Internacional.

Pese a que luego de ser detectada la perforación esta rápidamente fue llenada con epoxy y desde la NASA afirmaron que los astronautas nunca estuvieron en peligro, el pasado 12 de diciembre, los astronautas rusos Sergei Prokopyev y Oleg Kononenko tuvieron que asegurarse que todo estaba en orden e inspeccionar el orificio en un complejo paseo espacial que implicó quitar una parte del escudo meteoroide de la cápsula.

El trabajo de Prokopyev y Kononenko para revisar la falla fue "sin precedentes", por lo que durante su regreso a la Tierra Prokopyev no perdió la oportunidad de hablar sobre lo vivido durante esa misión.

Según recoge AP, Prokopyev "dijo en una conferencia de prensa que el orificio comenzó desde el interior de la cápsula". Dando a entender que la perforación sería obra de alguien.

Esa teoría sobre el origen del orificio ya había sido tanteada por  las autoridades rusas, quienes tras la revelación de las primeras imágenes de la perforación insinuaron que esta podría tener su origen en un "deterioro deliberado".

Dichas declaraciones no cayeron bien entre algunos organismos como la NASA, propiciando las disculpas de Yury Borisov, viceprimer ministro de Rusia para la industria de la defensa y el espacio, quien negó que las instituciones de ese país quisieran "comprometer la reputación de nuestros cosmonautas o de los astronautas estadounidenses".

En ese panorama, pese a que Prokopyev tiene sus teorías sobre el origen de la falla, el astronauta aseguró que el misterio sobre cuándo se realizó esta perforación ahora "depende de los órganos de investigación determinar cuándo se hizo ese agujero".

Aunque la investigaciones a las que apunta Prokopyev podrían tardar meses para esclarecer el origen de la perforación Pablo De León, profesor de actividades extravehiculares y diseño de trajes espaciales en el Departamento de Estudios Espaciales de la Universidad de Dakota del Norte dijo al sitio Gizmodo que a "la microgravedad habría hecho extremadamente difícil perforar un agujero en el espacio".