La Unión Europea ocultó un estudio que reducía el impacto de la piratería
Si bien la mitad de los adultos encuestados hizo alguna descarga o streaming ilegal, las ventas no se redujeron significativamente y a veces aumentaron.
Hace tres años, la Unión Europea encargó a la consultora Ecorys realizar un estudio sobre los efectos de la piratería en las industrias creativas como el cine, la TV, la música y los videojuegos.
Pero no se trataba de cualquier estudio, sino que de uno de los más grandes y serios que se ha hecho hasta la fecha. El análisis tuvo un costo de 400 mil dólares y pretendía ser la base bajo la cual se levantaría la legislación para proteger los derechos de autor en el viejo continente y probablemente en el resto del mundo.
Sin embargo, a pesar de la envergadura del proyecto, los resultados de este nunca se publicaron, a pesar de que Ecorys entregó sus informe final en el 2015, tras haber hecho más de 30 mil entrevistas y una análisis lleno de datos de industria a través de todos los países de la UE.
Y ahora sabemos por qué: el estudio nunca vio la luz pública porque, al revés de lo que pensaban las autoridades que pidieron hacerlo, las conclusiones mostraron que los efectos de la piratería de contenido son mucho más reducidos de lo que se pensaba.
La publicación se realizó gracias a la petición de Julia Reda, parlamentaria europea y miembro de Partido Pirata, quien invocó al acta de Libertad de Información para liberar los datos del estudio que hasta ahora se mantenía guardado en algún cajón del Parlamento.
La conclusión general del estudio es que, si bien el 51% de los adultos y el 72% de los jóvenes ha descargado o hecho un streaming ilegal de contenido, no existe ninguna evidencia estadística que implique una relación entre piratería y disminución de ventas. Es decir, si bien puede haber algún efecto en disminución de ventas, esto no es estadísticamente relevante y puede valerse a otros factores, como los precios, la distribución o la calidad misma de los contenidos.
Las únicas obras que se ven realmente afectadas por la piratería son los estrenos recientes, los que cuentan con un desplazamiento de un 40%, es decir, que por cada 10 películas vistas de manera ilegal, se ven cuatro menos de manera legal.
La explicación que da el estudio tiene que ver netamente con los precios a los que se ofrecen los productos de estreno, ya que se estima que las entradas para ver películas o la suscripción al cable para ver series en estreno están un 80% por sobre lo que los usuarios de piratería están dispuestos a pagar, y una vez bajan esa barrera, la mayoría efectivamente los compra.
De hecho, en el caso de los libros y los videojuegos, la piratería tiene un efecto positivo, ya que los usuarios utilizan la descarga previa como una suerte de testeo para ver si se interesan en comprar, y están dispuestos a pagar el precio completo si es que el juego les termina gustando.
Si bien este estudio solo puede validarse frente al mercado europeo, demuestra que si bien la piratería es un problema, nunca puede considerarse como el único factor ante la caída en las ventas de un producto, y que si mantuvieron el estudio oculto por todos estos años, es porque ellos también lo saben.
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