Aunque no fue un hit al nivel de los lanzamientos de los estrenos centrales de la saga de Star Wars, la película de Han Solo dista de ser un fracaso. Con su lanzamiento gestado en el fin de semana largo del "Memorial Day" en Estados Unidos, la película de Ron Howard logró el mejor estreno para una producción en esa fecha desde el año 2014 (X-Men: Days Of Future Past).

Aún así, si existe una palabra que debiese definirla ante los ojos de los ejecutivos de Disney es pura "decepción". A diferencia de otras producciones, la vara con la que se  le mide está mucho más alta, ya que todas las películas de Star Wars - desde el relanzamiento de la saga con la venta de Lucasfilm - han sido verdaderos batatazos de recaudación. Y eso incluye al primer spinoff, Rogue One, que superó los mil millones de dólares.

En cambio, el hecho de que Han Solo: Una Historia de Star Wars recaudase "solo" $168 millones de dólares a nivel mundial en sus primeros cuatro días, generó un llamado de atención importante para los responsables de la franquicia. Los mismos que esperan solo cosechar éxitos superiores con su estrategia de estrenos anuales.

Según declaraciones efectuadas a THR por parte de Dave Hollis, jefe de distribución de Disney, un tema a considerar en los números de estreno está relacionado con la frecuencia de los estrenos de la saga, ya que entre The Last Jedi y Han Solo hubo cinco meses de diferencia.

Pero al mismo tiempo no se puede olvidar el factor de nebulosa que representa el interés de la audiencia para ir al cine tan seguido. Mal que mal, el estreno de Han Solo fue precedido por Avengers: Infinity War y Deadpool 2 en un período de cinco semanas, lo que para Hollis también puede ser un factor.

Star Wars versus Star Wars

Al considerar que la franquicia tiene un público cautivo, dispuesto a repetirse en cines a una mala película como La Amenaza Fantasma y transformar en un hit una película tan divisiva como The Last Jedi, es mucho más relevante el peso de los problemas de producción de este spinoff.

Las refilmaciones elevaron el costo sobre los $250 millones de dólares, sin considerar los costos de promoción, poniendo cuesta arriba el escenario para las expectativas de la compañía. Al costar más, tenía que recaudar más y por eso en Disney esperaban un lanzamiento de más de $130 millones de dólares solo en Estados Unidos.

Sumen lo que esos problemas implicaron para el costoso marketing, con una promoción que tardó mucho más de lo habitual, y la baja paulatina en la recaudación en el cada vez más importante mercado chino, lo que da como resultado el escenario de las cifras de recaudación finales que son más negras en la comparación con Rogue One. Ni hablar de compararla con el Episodio VII o el VIII.

Quizás lo más relevante es que Han Solo solo recaudó en su estreno un 54% de los números de Rogue One en Estados Unidos, mientras que su perfomance internacional no alcanzó ni la mitad del estreno del primer spinoff, que tuvo que esperar para hincar el diente en el mercado chino.

Lucasfilm no desechará los estrenos anuales de Star Wars, ya que su carpeta de marcas está basada en esa saga, y en Disney han sustentado a esta división como una de las patas más importantes de su grilla de lanzamiento. Pero si algo está demostrando la recepción de un spinoff, es que el gancho para venderlo fue inexistente y eso se tradujo en sus números iniciales más bajos de lo esperados.

De ahí que el gran problema es que esos números son el sinónimo de hit que quieren vender ahora con todo lo que es Star Wars. Y eso es lo que más calará hondo a la hora de las futuras decisiones de los ejecutivos de Lucasfilm y Disney.