Primeras impresiones: La sofisticación plegable de los Galaxy Z Fold5 y Z Flip5
Tras su presentación en Seul, tuvimos acceso a utilizar los nuevos equipos de Samsung, siendo el Flip el que más valor entrega en su rediseño mientras que el Fold encarna una versión refinada de su propuesta tradicional.
Quizás el desafío más complejo que han tenido que pasar los teléfonos plegables para aumentar su presencia en el mercado es demostrarle al público precisamente para qué sirven y en que se diferencian de un teléfono tradicional.
De hecho, el que existan dos tipos de modelos plegables: los tipo “libro” que esconden una pantalla grande en un formato pequeño y los “compactos” que nos recuerdan a los antiguos modelos clamshell pero para la generación smartphone, demuestra que el pliegue no es lo más importante del teléfono, sino que el cómo se usa.
De allí la importancia que fue para mí, un día después del anuncio del Galaxy Unpacked de Samsung, poder contar por 24 horas con los equipos para saber efectivamente cual es su gracia y a qué público me imagino usándolo. Por supuesto, 24 horas es un plazo muy corto como para elaborar una reseña, pero lo suficiente como para tratar de entender la filosofía detrás de ambos equipos.
Hablar del Z Fold5 es mucho más fácil ya que entre los dos plegables, es el que menos cambios sustanciales tiene con respecto a versiones anteriores: por fuera sigue teniendo una pantalla de 6,2 pulgadas que aunque se ve delgada, es totalmente funcional como para operar como un smartphone tradicional en las tareas más simples como contestar mensajes, descargar aplicaciones o ver notificaciones. Desplegado, el lienzo se abre y se convierte en un panel de 7,6 pulgadas que es capaz de mostrar juegos y videos con gran nitidez, pero también hacer multitareas, como tener dos aplicaciones abiertas de forma simultánea o ser más preciso en aplicaciones de edición de video, imágenes o dibujos.
En este aspecto, por tiempo solo tuve acceso a algunas demostraciones de como se utiliza este modo, y lo cierto es que la mayoría de ellas viene desde el punto de vista de software. El Flex Mode permite tener información en una mitad de la pantalla (como un video) y otra en la de abajo, que puede ser desde el control de este mismo contenido hasta funciones complementarias como un chat. En un momento decidí jugar Genshin Impact y abrir un navegador web en la mitad de cada pantalla y todo funcionó muy natural y sin bajar el rendimiento del equipo.
Como propuesta, creo que es la que más tiempo requiere para saber si realmente le vas a sacar el jugo, pero se agradece que al ser más delgado y liviano que versiones anteriores, le da algo más de valor agregado. Otra cosa que destacar son las cámaras, ya que posee tres cámaras traseras: una principal, ultra wide y telefoto, que permiten que tenga la versatilidad que a los fans de la fotografía de celular también tengan como operar. Lo que no alcancé a probar fue su compatibilidad con el S-Pen, ya que a diferencia del S23 Ultra no viene incluido y además, es un S-Pen especial, ya que traté de usar el del mío y me impidió usarlo para no dañar la pantalla. Tiene sentido.
Pero si el Fold5 se siente como una mejora incremental con respecto al modelo del año pasado, todo lo contrario me ocurrió con el Flip5, el cual siento que es el teléfono que debe llevarse todas las flores en cuanto a propuesta e innovación de plegables este año.
Y todo por un cambio de menos de 3 pulgadas: hablamos del Flex Window, la pantalla que ahora posee el equipo cuando se encuentra cerrado. Desde sus primeras ediciones, no había mucho que hacer con un Galaxy Flip mientras estaba cerrado. Apenas poder ver algunas notificaciones en una ventana que de a poco se iba agrandando, pero nunca lo suficiente como para ser útil. El Flip entonces era más una declaración de moda que un artículo tecnológico.
Pero la nueva pantalla, de forma cuadrada y que ocupa gran parte del teléfono mientras está cerrado, es un cambio del cielo a la tierra en cuanto mi opinión sobre un dispositivo así.
Ahorauno puede realizar diferentes acciones como revisar notificaciones, ver el calendario, ajustar la música que estás escuchando, personalizar y por supuesto, tomar fotos con las cámaras principales en modo selfie y sin tener que siquiera abrir el equipo. Esto no es un trabajo solo de agrandar la pantalla, sino que se nota que Smasung ajustó lo más que pudo este nuevo pequeño escritorio para operar en base a widgets personalizables que están hechos para esta pantalla pequeña y que permiten liberar la carga que suponía antes tener que abrir y cerrar constantemente el teléfono para operarlo.
Ahora incluso hay un teclado pequeño para responder mensajes -aunque para dedos de adulto puede que no funcionen muy bien- pero al menos en lo que respecta a cosas sencillas, que demanden poca atención como ver notificaciones, la hora o hasta revisar un mapa, puedes operar todo con una fracción del espacio del equipo desplegado.
Y esto hace que el Flip5 sea, además de un teléfono muy a la moda y con aspiraciones de ser un accesorio más que una pieza de tecnología, también un teléfono que no solo es muy competente en cuanto a su velocidad de uso y sus capacidades iguales a las de toda la línea premium de Samsung con el chip Snapdragon 8 Gen 2, sino que además es muy entretenido para usar.
Personalmente fue con el que pasé más tiempo tratando de jugar y hacer cosas creativas. A veces usándolo como trípode, otras para selfies grupales, o simplemente personalizándolo. El mérito de Samsung no es presentar solo una pantalla más grande, sino una que pueda efectivamente usarse, aunque sea con menos funciones.
Pero este cambio no convierte, necesariamente, al Flip5 en la próxima revolución móvil, en el formato que todos deben tener. Hay varias cosas que a mi como usuario me siguen preocupando. Hablo de la batería, que sigue siendo la misma del año pasado -bastante menor a la de teléfonos de su gama- y sus cámaras traseras que si bien funcionan excelente sobre todo para redes sociales, no son tan versátiles al tener solo dos lentes en lugar de los 3 o incluso 4 que suelen llegar a tener equipos.
Y si, es cierto, tampoco es bueno que todos los teléfonos sean todos iguales, que todos tiendan a convertirse en el mismo modelo monolítico del que los plegables necesitan alejarse para justificar su existencia. Pero son las cosas que un usuario que ya está acostumbrado a un estándar quizás no pueda dejar tan fácilmente por muy innovador o cómodo que sea el nuevo formato.
Lo que no puede negarse es que tanto el ZFold 5 como el ZFlip 5 son la culminación en cuanto a diseño de la propuesta que hace años viene empujando Samsung. De ahora en adelante podemos esperar mejoras incrementales o bien cambios completamente radicales, pero tal como fueron concebidos, la sofisticación de la propuesta está en su peak.
Ambos plegables salen a la venta en Chile este 11 de agosto y recomiendo a los interesados y a probarlos para ver si efectivamente los necesitan como su nuevo equipo en sus bolsillos.
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