La pandemia del COVID.19 ha afectado duramente a la industria cinematográfica. Debido a su condición de reunión social, las medidas de distanciamiento y la prevención de la ciudadanía dieron pie a que la recaudación mundial se fuese a pique. Poco después, las salas de cine en el mundo comenzaron a cerrar.
En China, los cierres comenzaron mucho antes, en una medida que inclusive se extendió en algunos casos por 60 días. Y por eso ahora, con el número de casos de coronavirus en declive en ese país, algunos recintos cinematográficos comenzaron a abrir sus puertas desde el fin de semana pasado.
El negocio, sin embargo, entregó un panorama desolador.
Asistencia casi cero
Un reporte de Variety indica que más de 500 cines abrieron sus puertas en China, lo que da cuenta de solo un 5% de los cines del país.
En ese contexto, las cifras indican que, en promedio, las salas solo recibieron a 1 persona por función De ahí que, en conjunto, solo recaudaron $10 mil dólares, lo que ni siquiera representa la recaudación de un cine en un día normal.
Un cuarto de los locales reabiertos están ubicados en Sinkiang, una ciudad ubicada al noroeste de China y que no fue tan afectada por el COVID-19. Además, la recaudación de los recintos de esa ciudad representó el 80% del total.
Otras cifras indican que el primer cine en ser reabierto, el Xinjiang Golden Palm Cinema, no logró congregar a más de 100 personas al día, recaudando no más de $280 dólares. Pero también hay que destacar que sus horarios no son normales, ya que sus salas están abiertas por alrededor de seis horas y no existen mayores estrenos en exhibición.
Eso se explica que el distribuidor principal del país, el China Film Corp, concretó una iniciativa de "servicio público" en el que los cines se quedan con el 100% de las ganancias a partir de una selección de películas que incluyen a hits del pasado como las cuatro entregas de The Avengers, Avatar, Inception e Interstellar.
Pero ni eso terminó convocando gente al cine, lo que de seguro será todo un desafío para la industria.