Recordando a la leyenda urbana del fantasma de “Tres Hombres y un Bebé”

La película, que generó revuelo a comienzos de los noventas debido a un bulo fantasmagórico, es parte de la oferta del servicio de streaming Disney Plus.


En 1987, ni el suspenso de “Los Intocables”, ni la acción de “Un Policía Suelto en Hollywood 2″, ni la seducción de “Atracción Fatal” fueron las películas más vistas en Estados Unidos. No, al tope de las listas estuvo una comedia dirigida por Leonard Nimoy: Three Men and a Baby, una producción conocida en Latinoamérica como “Tres Hombres y un Bebé” o “Tres Hombres Y Un Biberón”.

La producción, co-protagonizada por Tom Selleck, Steve Guttenberg y Ted Danson, era un remake de una comedia francesa que planteaba cómo tres tipos solteros de la noche a la mañana se encuentran con una tarea para la que no están preparados: cuidar a una bebé que fue abandonada en la puerta de su departamento compartido en Nueva York.

Pero aunque la comedia producida por Touchstone Pictures, una antigua división de Walt Disney Pictures, perfectamente podría haber pasado desapercibida, una leyenda urbana comenzó a establecerse en base a uno de los elementos que aparecen en pantalla.

A mitad de su historia, y en una escena centrada en Jack (Ted Danson) y su madre, interpretada por Celeste Holm, por breves momentos aparece detrás de las cortinas un objeto que aparentemente se asemeja a un rifle.

Algunos segundos después, y cuando la cámara los sigue mientras sostienen al bebé al centro de la historia, una figura humana aparece entre medio de las cortinas.

Nadie se percató del suceso durante el estreno, tampoco en los años posteriores, pero a comienzos de la década de los noventas, justo después del estreno de la secuela (”Tres hombres y una pequeña dama”), comenzó a viralizarse una información en una época pre-Internet: la figura en cuestión supuestamente era un fantasma.

Vida y muerte de una noticia falsa

Vista la película en una antigua televisión de 14 pulgadas de mala resolución, simplemente las teorías comenzaron a explotar de forma irrisoria.

De hecho, la información dio la vuelta al mundo. Acá en Chile, la información apareció en los noticiarios de la televisión abierta. Los periódicos también le dedicaron páginas y la película tuvo una segunda vida en VHS.

Cada vez que daban “Tres Hombres y un Bebé” en televisión abierta, no pocas personas se quedaban pegados en pantalla a la espera de la secuencia del millón, con un único objetivo: ver al espectro que supuestamente aparecía. El misterio simplemente se impulsaba aún más en las conversaciones de recreo en los colegios.

En todo ese escenario, comenzó a circular una teoría. Una verdadera leyenda urbana con la que Salfate se habría deleitado.

Supuestamente el fantasma en cuestión era un niño de nueve años que se había suicidado con un rifle en el lugar que sirvió de locación. La guinda de la torta apuntaba a que los realizadores no habían tenido problemas para filmar ahí, ya que la apesadumbrada familia había abandonado el lugar. Muy triste.

De hecho, el tiempo y la disponibilidad de la película en mejores formatos dejó en claro que todo eso nunca pasó.

Vamos al grano: la figura en cuestión solo es un recorte de cartón del propio Jack, ya que en la película el personaje es un actor que protagonizó un comercial de comida para perros.

Vista en un televisor 4K en la plataforma de Disney Plus, que tiene a la película en una presentación en alta definición, queda claro que este bulo jamás habría tenido el mismo impacto en la actualidad. (Pueden ver la escena a la marca de los 1:01:48 en la película).

Algunos detalles adicionales para ir cerrando: La escena en donde la figura de cartón tenía más protagonismo fue dejada fuera de la versión final de la película, sin embargo aparece de forma mucho más clara en una escena posterior de la película.

Es ahí en donde queda claro que había un Ted Danson de cartón en el set.

Por otro lado, es imposible que un niño se haya suicidado en el departamento, ya que todas las escenas de interiores de la película fueron filmadas en un set de la ciudad de Toronto.

Sí, la realidad generalmente es más aburrida que las teorías paranormales.

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