Mientras los fanáticos de Star Wars se encuentran divididos por el tono y el aporte a la serie que han tenido los episodios 7 y 8, el consenso en general es que Rogue One, la cinta que cuenta la historia sobre cómo se robaron los planos de la Estrella de la Muerte es considerado como uno de los grandes filmes de toda la saga.
Algo que quizás no habría pasado de no haber sido por el intenso proceso de refilmaciones de las que estuvo a cargo el director y guionista Tony Gilroy, quien hasta ahora nunca se había referido a qué realmente tuvo que refilmar mientras estuvo a cargo del proyecto.
Pero en una entrevista en el podcast A Moment With Brian Koppelman, finalmente entregó los primeros detalles conocidos de primera fuente de este proceso, el cual al parecer fue más grande de lo pensado.
Si bien al principio se mostró un poco reacio a hablar del tema, finalmente soltó varios detalles del proceso, partiendo por señalar que su aparición en los créditos como guionista de la película dice mucho sobre el control que tuvo sobre la historia. "A mi me llamaron después de que el corte del director estuviera listo. Aun así, tengo créditos de guionista y creo que fueron fácilmente ganados". Sin decirlo de manera directa, Gilroy sugiere que sus cambios hechos a la cinta van más allá de algunas escenas, sino que tuvo que cambiar el tono y la estructura de la cinta.
"Si miras a Rogue y ves toda la dificultad con Rogue, toda su confusión, y todo el desorden, al final cuando llegas ahí te das cuenta que era muy fácil de resolver", cuenta el director, quien explica que tuvo que hacer más claras las motivaciones que tenían todas estas personas para "ir a morir", considerando que era una película sobre sacrificios. Y de nuevo, dando a entender que en el corte original, los personajes no mostraban la motivación para ir a la que probablemente sería la última misión de sus vidas.
Lo más interesante de todo esto, es que Gilroy dice que lo que hizo que pudiera resolver fácilmente los problemas de Rogue One porque no es un fan de Star Wars, y que no sentía ninguna reverencia por los personajes ni la historia. "Simplemente no tenía miedo. Y todo estaba tan hundido en un pantano, estaban en un problema tan terrible que lo único que podía hacer era mejorar".
De hecho, para Gilroy Rogue One funciona no porque sea una película de Star Wars, sino que para el, es una película de la Batalla de Inglaterra.
Así que quizás esta sea la solución para todo: sacar a los fanáticos de Star Wars de los proyectos y poner a gente que nunca le hayan importado los personajes. Porque todos sabemos que los fanáticos lo arruinan todo.