Primero lo primero. Ant-Man and the Wasp sí tiene una conexión con los sucesos de Avengers: Infinity War, y el chasquido de dedos de Thanos, pero no es algo que se conecta con el corazón de la historia. Tengan claro que tendrán que esperar para ver qué es lo que tienen preparado en ese ámbito.
Sepan además que esa decisión tiene una función: hacer que esta secuela se valga por si misma, instalándose como una película familiar, en todo el sentido de la palabra. Es decir, esta nueva propuesta del universo de Marvel Studios se distingue de la línea central de su universo cohesionado, ya que no tiene otra misión más que darle una nueva aventura a sus personajes principales, utilizando códigos y tocando teclas que ya han visto en más de una ocasión en un montón de otras películas. Lo nuevo está reducido aquí a un par de conceptos y mucha pseudo ciencia.
De hecho, comparada con la primera entrega, Ant Man and the Wasp es muy pequeña y no tiene la gracia de funcionar como una apuesta de un género en particular. Si la anterior fue una "heist movie", que no es otra cosa más que una película de robos con múltiples vicisitudes en el camino, esta nueva producción es simplemente una propuesta que en realidad funciona más con las claves de una apuesta para todo público en la que hay que reunir a la familia. Piensen en "Querida encogí a los niños", pero con menos "chispeza".
Quizás esa situación provoca que, considerando el avance del universo Marvel, la película se instale como una apuesta tan pequeña como sus héroes titulares, dando una primera impresión de ser una propuesta intrascendente que no aporta nada en el gran panorama. Sin embargo, vista desde esa óptica, tampoco es necesario que todas las películas sean piezas clave.
Basta recordar malas secuelas como Iron Man 2 que han dejado en claro que hay mucho espacio para el error cuando se intentan poner todos los huevos en la misma canasta. Generalmente basta con que tengan clara la película sobre lo que quieren hacer, para que sus realizadores justifiquen una producción. Y ese es el caso de Ant-Man and the Wasp.
En términos de la historia, la nueva película se enfoca en una consecuencia directa de la primera Ant-Man. Como Scott Lang (Paul Rudd) entró y volvió al Reino Cuántico, Hank Pym (Michael Douglas) y su hija, Hope Van Dyne (Evangeline Lilly), creen posible dar con la locación de Janet Van Dyne (Michelle Pfeiffer), perdida desde hace décadas tras una misión fallida. En el camino surgen dos amenazas: por un lado está Ghost, una villana con su propia agenda que quiere robar una tecnología en particular desarrollada por Hank, y también está un mafioso traficante de armas que también quiere su pedazo de la torta.
En el camino, Lang debe lidiar con un arresto domiciliario que está cerca de concluir, tras las acciones que llevó a cabo en Alemania durante Capitán América: Guerra Civil, además de mantener una compañía de seguridad junto a sus amigos que está a mal traer, considerar sus responsabilidades como padre, cuidar su comportamiento para no caer ante el rastreo 24/7 que le hace el FBI y lidiar con la forma en que arruinó su relación con los Pym, especialmente con Hope, luego de que aceptó ayudar a Steve Rogers.
Eso es la película. Una gran aventura familiar en la que deben intentar dar con la locación de Janet mientras dos amenazas, que no son precisamente las más atractivas del mundo, ponen en riesgo la posibilidad de recuperarla desde el Reino Cuántico. Si esperan algo más. saldrán bastante decepcionados.
A grandes rasgos esta es una película para jugar con todo el concepto que involucra a Ant-Man, aunque la gran novedad es The Wasp. Finalmente Hope Van Dyne entra en acción con su propio traje, que no solo le permite volar, sino que también tiene un dispositivo para achicar y agrandar objetos a placer, mientras despliega sus habilidades de artes marciales que contrastan con la acción tosca que emplea Scott Lang. Cuando ambos héroes trabajan en equipo, y tienen el apoyo de los personajes de Michael Douglas y Michael Peña,es cuando Ant-Man and the Wasp mejor funciona.
La propuesta de Ant-Man and the Wasp probablemente pasará al olvido en comparación a los capítulos más relevantes de este universo cohesionado, pero aún así existen algunos elementos que de seguro impulsarán su especulación. En la primera escena post-crédito, por ejemplo, se mencionan algunas características del Reino Cuántico que, quizás, serán más relevantes una vez que Ant-Man deba sumarse nuevamente a Los Vengadores para el capítulo final de la historia contra Thanos.
Más allá de eso, lo que funcionan aquí son las relaciones entre los personajes, ya que varias de las mejores secuencias de acción lamentablemente fueron reveladas en los tráilers. Claro que aún con eso, tampoco hay mucho espacio para levantar el puño en el cielo y reclamar más sobre lo que proponen. Lo que hacen aquí es un ejercicio que exagera todas las características de la primera entrega, con el mejor ejemplo siendo los flashbacks de Luis o el estilo de humor bobalicón que explotan.
Marvel Studios después de The Avengers encontró la fórmula que le abrió las puertas del éxito. Con Ant-Man and the Wasp no rompen esquemas más allá de abocarse a contar una historia particularmente pequeña, lejos del canon central de la historia de su universo cinematográfico de superhéroes, que aunque sea una aventura olvidable, tampoco representa un paso atrás.
Por mucho que, tras salir del cine, sea fácil entrar en la dinámica del "si te he visto, no me acuerdo", aquí al menos intentan no seguir los lastres del apego excesivo a la continuidad. Eso es más que suficiente. Para esperar algo un poco más diferente a lo habitual, probablemente habrá que esperar a Capitana Marvel. Y es que así están las cosas, porque la maquinita sigue rondando en estas producciones seriadas episódicas en donde no todos los capítulos tienen que ser los más importantes. Algunos pueden solventarse en el relleno y esta película demuestra que a Marvel Studios también le basta pasar con lo justo.
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