Review | Asus ROG Ally, una potente consola portátil que brilla aún con sus peros

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Aunque su funcionamiento bajo Windows 11 se siente rústico, el gran punto de discusión es uno solo: el consumo de batería. Pero, por otro lado, a su favor tiene una presentación fluida de videojuegos de última generación que logran lucir de forma espectacular.


Concretar dispositivos móviles de alto rendimiento que den acceso a los juegos de última generación. Ese es el impulso que diversas compañías han seguido adelante en los últimos años, buscando llenar el vacío que quedó con el éxito que cosechó Nintendo con su consola híbrida,

Y es que la Switch, al ser uno de los equipos más exitosos de todos los tiempos, carece de una potencia de hardware suficiente como para soportar videojuegos más demandantes.

En ese ámbito, la compañía Asus salió al ataque con una propuesta sumamente ambiciosa que busca sacar ventaja a su competencia con una característica no menor: la posibilidad de acceder desde tus manos a múltiples plataformas, incluyendo servicios como el Game Pass de Microsoft o alternativas tan populares como la tienda Steam y la Epic Games Store.

Por eso, tomar control de la Asus ROG Ally implica acceder a las bibliotecas de videojuegos para PC más grandes de todas, entregando una portabilidad móvil a videojuegos que no fueron creados para ello. ¿Quieres jugar Death Stranding echado en el sillón o sentado en el trono? Pues eso es lo que puedes hacer al acceder a esta potente consola.

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Funcionando bajo Windows 11, a partir de un procesador AMD Zen 4, la consola también permite ser conectada a una televisión a través de un dock, pero aquí es mejor centrarse en la posibilidad que tiene de funcionar como un computador de escritorio portátil, por lo que las posibilidades son tantas como se les ocurran. Pueden correr y stremear casi todo lo que se les ocurra, siempre teniendo en cuenta el espacio de almacenamiento disponible.

En ese sentido, al ser esta la primera versión, sin duda que existen elementos rústicos en la capa Armoury Crate SE creada por Asus para operar sobre Windows. Más aún, ese propio sistema operativo se siente fuera de lugar al extenderse en un entorno portátil. Toda aquella experiencia es puesta a prueba constantemente y, repito, en el fondo está la sensación rústica que deja su operación.

La navegación, al utilizar plataformas ya existentes que no han sido adecuadas para este entorno portátil, no opera de la forma más amigable. Ya sea al pasar de un servicio a otro o, más aún, en la propia navegación entre los juegos, la consola no siempre responde de la mejor forma. Es decir, como no existe aún una personalización propia de Rog Ally para cada librería de juegos, básicamente estarán navegando por un entorno de escritorio en menús pensados para ser operados con un mouse. Y a pesar de que tiene posibilidades de pantalla táctil para navegar, o transformar a un gatillo en un mouse, no es como llegar y jugar en un dos por tres.

En todo caso, la configuración propia de la consola se adecúa a lo que quiera realizar cualquier usuario. No solo podemos definir a placer los aspectos térmicos del funcionamiento, dando o restando potencia a la visualización en el camino, sino que también a definir elementos como la tasa de refresco, resolución de la pantalla o cuadros por segundos. Obviamente las opciones más demandantes implican un costo: la batería se va en un santiamén.

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Y es que esa es la principal traba de esta consola, ya que al ser un equipo poderoso, y videojuegos como el propio Death Stranding o el Forza Horizon 5 son muy demandantes, la batería se consume demasiado rápido si le dan toda la potencia. Solo por dar un ejemplo, desde el momento que accedí al videojuego de Kojima Productions hasta el momento en que me surgió el aviso de que la batería estaba agotándose, recién estaba desplazándome en la primera misión. Menos de una hora de juego y cinemáticas.

Obviamente existen ajustes para bajar la potencia y hacer extender la batería, pero habitualmente me vi en la necesidad de mirar dónde estaba el cargador y conectar la máquina a la energía, lo que de por si es una barrera no menor cuando hablamos de consolas pensadas en primer lugar para operar de forma portátil. Todo lo anterior debo remarcarlo inclusive con la posibilidad de carga rápida con la que cuenta este equipo o que la personalización de opciones no representa una mejora tan sustantiva después de todo. No van a ganar 1 hora más de juego así como así en un juego más potente.

Con todo lo anterior en cuenta, muchos de los problemas están relacionados con la batería, ya que la pantalla de la consola está tan bien realizada, que uno como jugador instintivamente se decanta por elegir la configuración más potente para sacarle partido a la presentación de los videojuegos. Obviamente hay títulos que operan mejor bajando un poco la demanda, y Star Wars Jedi: Fallen Order se presenta muy fluidamente a 30fps continuos ajustando las opciones, pero en general el tema del rendimiento de poder y su relación con el uso de batería es el gran pero de esta consola.

Lo bueno es que al final ese tema no es un deal breaker, ya que otros aspectos de la ROG Ally, como el diseño ergonómico para su uso portátil y la propia manipulación del equipo, se sienten bien resueltos e inclusive pueden representar un paso adelante respecto a otras máquinas portátiles. Aunque todos los videojuegos que probé no están pensados para operar en un entorno portátil, el diseño del mando y su propia operación no implicaron una mayor barrera. Y los botones ABXY, gatillos y todos los aspectos para controlar el juego no representan una merma.

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Lo que queda a la larga es una máquina potente que da un salto gigantesco por la posibilidad de acceder de forma portátil a videojuegos con gráficos de última generación, pero que da un paso atrás por lo rústico de su entorno en Windows 11 y retrocede otros tres pasos por todo lo que tiene que ver con la batería.

Pero puestos en la balanza, son más los puntos a favor los que tiene esta propuesta, que realmente hace sentir su condición de sistema premium. Repito, solo tienen que tener en claro que aún estamos en los albores de este tipo de dispositivos y hay aspectos rústicos.

La Asus ROG Ally ya se encuentra a la venta y puede ser adquirida en el sitio oficial por $789.990 pesos chilenos.

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