Review | The Boys es una gran adaptación de un cómic que parecía inadaptable
Amazon Prime presentó una serie que eleva a la historia, sin tener que ser un calco. Más aún, lo que dice de los superhéroes franquiciados llega en el momento justo.
El cómic de The Boys, co-creado por el escritor Garth Ennis y el dibujante Darick Robertson, es una historia que abraza lo inmaduro y que es absurdamente exagerada a la hora de abordar un mundo de superhéroes corruptos. Todo esto con una postura juvenil a la que no le importaba nada.
Más aún, cuenta con momentos de verdadero shock, tanto en la violencia como en el ámbito sexual, que le hicieron ganarse con creces su condición de cómic hecho para adultos que no son meros lectores ocasionales. En ese sentido, The Boys debe ser el único cómic de superhéroes que aborda lo que vulgarmente se denomina como el "beso del payaso" y no sé si otro tendrá a un héroe soñando con fornicar a un asteroide. Sí, ese es el tipo de cosas de las que estamos hablando.
Pero al mismo tiempo, la gracia de The Boys, si es que no te quieres tomar todo tan en serio, es que es un cómic con una postura anti-superhéroe que se burla sobre todo lo mainstream. Eso fue lo que motivó a que DC Comics lo cancelara tras solo seis números publicados.
Para que se hagan una idea, en el último ejemplar lanzado bajo el sello Wildstorm, Hughie - el protagonista de la historia - atraviesa a otro superhéroe de un puñetazo, en una violenta composición que deja las tripas sobre el asfalto, solo para que después un conejillo de Indias salga del trasero del héroe caído. Obviamente nadie iba a dar luz verde a que ese tipo de cosas fuesen calcadas en una adaptación audiovisual.
Por eso deben tener en cuenta que hace más de una década se habló de adaptar el cómic a una película, bajo la dirección de Adam McKay, pero los intentos por sacar adelante al proyecto nunca fueron fructíferos debido al tenor de la historia que aquí está en juego. Por eso, para adaptar un cómic como este, sin duda tenía que llegar una plataforma como Amazon Prime, que ya hizo una adaptación adulta con American Gods.
El resultado final de esta serie comandada por Eric Kripke (Supernatural) es una producción que adapta la esencia de la historia, pero no como un calco. Desde su piloto esta serie carga con una postura juvenil, pero una muy distinta a la inmadurez del original. Sí, la serie comienza destruyéndole la vida a Hughie (Jack Quaid) con el asesinato de su novia Robin por parte del veloz A-Train, pero no esperen mucho más.
En ese sentido, si The Boys, el cómic, está marcado por su cinismo hastiado de los superhéroes, la serie está enojada por su mal uso, surgiendo en el momento preciso ante lo que se está haciendo actualmente en el cine y la televisión con este tipo de personajes.
Para todos los que han leído el cómic, esta adaptación de The Boys se instala desde otra cima. Aquí el equipo de Billy Butcher, interpretado por un Karl Urban en su mejor rol, no está completamente armado, ni cuenta con el amparo de la CIA. La adaptación tiene claro que ese entorno funciona mejor en los cómics y por eso da manga ancha para provocar que los superhéroes actúen como los influencers definitivos.
La corporación que está a cargo de estos, no solo gana miles de millones de dólares gracias a merchandising y películas con un tono estilo Zack Snyder, sino que también sacan partido a un concepto franquiciado en donde manejan el cómo, el cuándo y el dónde operan los superhéroes.
Esta versión de The Boys establece a los superhéroes como meros monigotes de las mega-corporaciones y la perversión de estas, por un afán económico, es lo que corrompe a los ideales que se asocian a los superhéroes desde su origen. Obviamente en el camino hay elementos que se identifican a los personajes puntuales, incluyendo el anti-Superman que representa The Homelander, pero los aspectos más esenciales hablan del culto ciego que se rendiría si estos súper seres existiesen.
La capitalización del fanatismo es, por un lado, uno de los ejes que marcan todas las intrigas de la serie, pero también está una mirada socio-política que no evade las críticas al complejo industrial-militar de Estados Unidos. Abordada de una forma más directa que en el cómic, la corporación Vought representan a los grandes villanos, quienes administran a los superhéroes como policías que les garantizan altísimos pagos anuales para proteger las calles y que, dependiendo de su éxito, tienen su propia franquicia cinematográfica para obtener más recursos.
Al mismo tiempo, cada ciudad quiere a los mejores superhéroes, ya que estos son un símbolo cultural que tienen la particularidad de funcionar como un show de luces que mantienen a la gente distraída. La vicepresidenta, interpretada por Elizabeth Shue, entiende que ahí está el valor y no se detendrán ante nada para mantener su dominio económico y cultural.
En todo ese contexto, la narrativa de The Boys interactúa con nosotros como audiencia, haciéndonos confrontar qué es lo que obtenemos de este tipo de historia y cómo es que permitimos que los valores sean tranzados como capital. Los disfuncionales superhéroes de la serie son las celebridades más poderosas del mundo y dicho poder los ha corrompido, pero el mundo está demasiado embobado con ellos como para darse cuenta de que hay héroes en el armario, otros son drogadictos e inclusive el más grande de todos es un sociópata. Nadie se da cuenta de la fábrica de salchichas.
https://www.youtube.com/watch?v=06rueu_fh30
The Boys ya está disponible en Amazon Prime Video.
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