Puestas las cartas sobre la mesa, la adaptación live-action de Cowboy Bebop, que será presentada este mes por Netflix, probablemente puede ser listada en el pequeño grupo de las adaptaciones de anime que son apropiadas.
Tanto visual como temáticamente, su propuesta adapta en líneas generales lo que debería concretar una serie que reinterpreta a la obra del estudio Sunrise dirigida por Shinichirō Watanabe. Está bien en lo que generalmente hace.
Pero “estar bien” o “ser apropiada” dista de lo esperado para algo que se nutra de Cowboy Bebop.
El original representa una vara demasiado alta como para que sus fans se conformen con algo que solo cumple. Lo que esperan, a pesar de que aquello sea prácticamente irrepetible, es que una adaptación sea también una propuesta que rompa moldes. Esto, por ende, no está a esa altura.
Parte de aquello se debe a que tampoco era tan fácil de volver a atrapar al rayo en la botella. Tal como el anime, esta serie se centra en la travesía de Spike Spiegel (Jon Cho) y Jet Black (Mustafar Shakir) mientras intentan ganar dinero atrapando criminales a bordo de su nave, la Bebop.
En el camino se les unirá la carismática Fayer Valentine (Daniella Pineda), serán acechados por sus respectivos pasados (Que en el caso de Jet Black ha sido muy modificado) e inevitablemente quedarán en el camino de un peligroso sindicato criminal. Está prácticamente todo lo que tiene que estar en una primera temporada, incluida la desazón del desamor, pero también en su desarrollo se siente la ausencia de algo.
Ese algo es una chispa, tanto de narrativa como de visualidad, tono y riesgo. Un algo que justamente representaba el principal desafío de la serie, pero que al mismo tiempo tampoco era tan fácil de replicar en un entorno live-action. Pero aunque muchos de esos elementos son aspectos propios de la animación, lo más relevante de destacar es que esto no está al nivel de algo como la adaptación de Speed Racer. Es decir, no abraza al anime para impulsarlo con sus propios códigos en el live-action.
Quizás por eso la mejor recomendación es concretar un llamado para ajustar las expectativas. Claramente esta no es una adaptación desabrida como lo hecho con Death Note, ni menos un desastre de las proporciones de Dragonball: Evolution, pero solo cumple sin destellos. No esperen visos de genialidad ni menos las secuencias de explosión espacial titilante.
Ante ese escenario, hay que destacar que es posible que un segmento del público no sienta el peso de la mochila que arrastra esta adaptación de Cowboy Bebop. Es posible destacar lo hecho por su elenco, que actúa y no se queda como mera réplica de cosplay sin capacidad actoral, al trabajo de la música o la forma en que adaptan varios de los personajes secundarios que estos cazarrecompensas espaciales deben atrapar. Inclusive se puede valorar que hagan funcionar al estilo de historias antológicas que caracterizaban a cada episodio de la aventura en anime.
Pero también es cierto que el presupuesto no está a la altura de las más exigentes expectativas, por lo que esta serie igual peca de varias ausencias estilístico-visuales. La más grande sin duda es que aquí no se cuente con la vorágine de las batallas espaciales que sacaban el jugo a los diseños de las nave en el anime.
Tampoco es menor que hay decisiones creativas cuestionables sobre algunos personajes secundarios o que existan cambios cuyos resultados no funcionan tan bien como los giros del anime, pero aquellas discusiones estarán centradas en los fans y no en el público general que más le interesa a Netflix. De todas formas, los peros sirven para destacar algunas de las flaquezas de una serie que no puede evadir las comparaciones.
Para cerrar quizás me baste destacar que, por decisión estratégica propia, decidí ver primero el live-action antes que el anime. Eso me permitió tener un acercamiento sin mayores prejuicios hacia la propuesta de la serie de Netflix. Pero, al revisar el original, cada episodio del anime dinamitaban mi apreciación de la adaptación.
Es decir, ver el anime justo antes del live-action, inclusive para repetírsela y tenerla fresca en la memoria, no es una jugada recomendable. Evítenlo. De otra forma, la sombra del original será aún más ineludible.
Cowboy Bebop estrenará sus primeros 10 episodios este viernes 19 de noviembre.