El negocio de la nostalgia siempre parece ser el camino más corto para el éxito, pero la verdad es que si se hace de mala manera, el público puede ser aun más cruel ya que se está jugando con sus recuerdos.
Recordemos lo que pasó con la PlayStation Mini, la consola que buscaba emular lo logrado por las reediciones retro de Nintendo, y que a pesar de contar con el respaldo de una de las plataformas más exitosas de la historia, terminó siendo un fracaso rotundo.
¿Por qué? Principalmente porque el catálogo escogido no quedó a la altura del legado propio de la primera consola de Sony. Franquicias como Spyro, Castlevania, Megaman, Tomb Raider y Crash Bandicoot quedaron fuera del corte lleno de juegos de calidad indudable, pero de escasa memoria emotiva.
Y es precisamente la falta de Crash la que dolió a muchos. Quien actuara como la mascota con actitud de PlayStation no estuvo presente ni con su aventura en solitario ni tampoco con el que sería uno de sus juegos más queridos con el pasar de los tiempos: Crash Team Racing.
El CTR podría perfectamente haberse quedado como una de las decenas de copias de Mario Kart que han habido en la historia de los videojuegos, pero CTR era diferente. CTR, era bueno. Tomando elementos tanto de de la saga del fontanero como de Diddy Kong Racing, la propuesta de Naugthy Dog logró ser lo suficientemente única, entretenida y dinámica como para entregarle una razón menos para envidiar a las consolas de Nintendo.
20 años más tarde, el viejo y querido CTR vuelve con una nueva capa de pintura, pero manteniendo intacto lo que lo hizo tan especial en su momento. Crash Team Racing: Nitro Fueled llega mitad como tributo pero también como una forma de reivindicar a uno de los grandes exponentes del género del karting. Y es que esta nueva reimaginación del original de PS One hace un excelente trabajo al ofrecer un necesario upgrade gráfico pero sin sacrificar el desafío ni la dificultad propia de un juego hecho en otra era.
¿Qué trae este remake? Todo lo del original y sobre eso, muchas más opciones para disfrutar el contenido. Está el modo de Aventura, que sigue la misma estructura de mapa central, pistas con desafíos que debes pasar antes de poder derrotar al jefe, sumarlo a tu roster de personajes y continuar en una lista ascendente de pistas y obstáculos cada vez más peliagudos.
Un desafío que al igual que en el juego en el que está basado, puede volverse bastante cruel, bastante rápido. Y es que las condiciones para pasar cada nivel son siempre ajustadas. Por ejemplo, en las carreras es quedar en primer lugar o nada, algo que se vuelve bastante azaroso dependiendo de los items que aparecen o del timing con el que se mueven los obstáculos en el escenario. Pero son carreras tan cortas y con mecánicas de manejo tan entretenidos que rápidamente uno quiere volver a jugar e intentar superar el desafío.
Pero sí, la dificultad de este modo de juego se ha mantenido prácticamente intacta, y esa creo que es la mejor forma de hacerle justicia a un juego que si bien, puede ajustarse para hacerse más fácil, posee una configuración "clásica" que sí, estará un tanto desbalanceada pero convengamos que un CTR fácil no es un CTR.
Aunque claro, es fácil ir en una carrera en la que vienes haciendo todo bien, y cuando está a punto de acabar, ocurren momentos en los que dejas de pensar en los isntantes en los que CTR se convierte en CTM. Como este:
https://twitter.com/DonFilofio/status/1141189046338588673
Pero a pesar de todo, este modo de aventura te mantendrá muy entretenido si eres un jugador solitario, algo de lo que no muchos juegos de karting se preocupan de entregar, ya que suelen ser pensados para vivir esas mismas frustraciones, pero con tu grupo de amigos. Y eso obviamente también existe.
En el modo de Arcade Local puedes jugar libremente cualquiera de las 32 pistas incluídas desde el inicio, ya sea por separado o en las 7 copas que vienen por defecto. También hay modo de batalla, Time Trial y la posibilidad de practicar los desafíos del modo de aventura: Relic Race, CTR Challenge y Crystal Challenge.
Si bien las pistas vienen todas desbloqueadas, los personajes son otra cosa: parte con 8 pero son 25 en total, cada uno con diferentes estadísticas y skins personalizables. La parte de los personajes es quizás la que menos me anima ya que a diferencia de lo que ocurre con Mario Kart, hay que reconocer que el universo de Crash es bastante más acotado y olvidable, salvando al mismo Crash, a Coco y el Dr. Neo Cortex. Por lo menos es lo que me pasó a mi.
Pero es que salvo lo olvidable de sus animales genéricos, lo que hace que CTR compita de codo a codo con Mario Kart -sobre todo en la versión de Switch, que es la que probamos- es su jugabilidad. CTR es rápido, con pistas amplias, pero llenas de curvas y gran diversidad de rutas. La mecánica del turbo sigue siendo la misma y una de las mejores de este tipo de juegos, aunque ahora posee ayudas visuales en los mismos autos para aprender el timing que requiere. Y los items se siguen manteniendo iguales de injustos, teniendo poca relevancia en las carreras, sobre todo cuando juegas con más jugadores. Dicho lo anterior, CTR soporta carreras de hasta 4 jugadores de modo local, y de 8 participantes jugando online.
Y si bien funciona tal como uno podría imaginarlo, es acá cuando nos encontramos con la principal falencia de este remake: su consistencia gráfica.
Antes que todo, una aclaración: esta prueba se hizo con la versión de Nintendo Switch del juego, que es la que menos poderío tiene pero que además, posee como gran comparación directa lo que hizo Nintendo con Mario Kart 8. Y la verdad es que se siente como que el trabajo pudo haber sido algo mejor.
Y no hablamos solo de la reducción de calidad de imagen entre el modo televisor y el portátil, que es evidente, o el downgrade esperable cuando se divide un juego tan intenso gráficamente en cuatro pantallas simultáneas. Hablo de que, aun jugando solo, conectado al televisor y sin otros personajes molestando, Crash Team Racing: Nitro Fueled corre a 30 cuadros por segundo.
Algo que, por lo que tengo entendido, también ocurre en las versiones de PS4 y Xbox One, donde es mucho menos entendible. Sí, es cierto, el original corría a 30 cuadros, pero eso fue hace 20 años. Un juego de carreras de este tipo, donde no hay un mundo abierto, sus gráficas son animadas y sus escenarios acotados, no debería correr a esta velocidad, aun cuando el original lo haya hecho y varios otros lo puedan. En juegos de acción, ya, se puede entender ¿pero en un juego de velocidad? No lo se.
Sobre todo cuando vemos que Mario Kart 8 si corre en 60 cuadros por segundo en un hardware mucho más reducido y con una calidad gráfica bastante llamativa. Lo hizo en la Wii U y lo hace en la Switch. CTR te pide una PS4 Pro o una Xbox One X para gozar de este privilegio que, para ser sinceros, debiese ser ya obligación cuando hablamos de la presentación de un producto de este tipo. Y de nuevo, no pedimos un imposible, solo pedimos ser igual que el resto.
(ACTUALIZACIÓN: Los usuarios de PS4 Pro y Xbox One X tampoco han logrado que el juego se vea a 60 cuadros por segundo, y no se sabe si esto llegará a través de un parche en el futuro, o bien, simplemente quedó trancado bajo esa tasa de cuadros)
Es este aspecto de la presentación, combinado con los grandes tiempos de carga de los niveles, es lo que impide que el juego se corone como el remake perfecto, y quede en una lamentable lista de pendientes. Ojo, el framerate sigue siendo estable a 30, por lo que salvo el exceso de Motion Blur, no hace que jugarlo sea peor, pero si podría ser mejor.
De todas formas, si tienes Xbox One o PS4, CTR Nitro Fueled es sin dudas el mejor juego de karting disponible en estos momentos. Para ls Switch, el cambio, el trono sigue estando de la mano de Mario Kart 8, aunque las experiencias son tan diferentes y si de verdad te gustan los juegos del géneros o quieres sentir la felicidad de volver a N.Sanity Beach en su mejor forma, simplemente no puedes equivocarte en apostar por este festival de los derrapes.