Más allá del foco base, la propuesta de Destruction All Stars no es del todo novedosa. De partida, hay una larga tradición de videojuegos de carreras en donde el foco es destruir a los rivales. También ya existe el espectáculo deportivo de Rocket League.
Pero la gracia de este nuevo exclusivo de Playstation 5, liberado por los próximos dos meses para los usuarios de Playstation Plus, tiene relación con la mezcla de conceptos que genera.
A grandes rasgos, aquí nos llevan a sumergirnos en el entorno de un nuevo “entretenimiento deportivo” vehicular de alcance global. Básicamente piensen en algo como lo presentado en la película Rollerball, pero legal.
En ese entorno podemos tomar el control de 16 llamativas superestrellas, cada una equipada con la posibilidad de convocar a su vehículo de características especiales. El auto de uno llamado Diablo, por ejemplo, puede activar una llamarada que incinera a cada rival que es alcanzado.
El evento en cuestión pone a los corredores en una arena cerrada, en donde el objetivo básico es impactar a los rivales hasta destruir sus vehículos. Y aunque los humanos a veces pueden ser noqueados en ese proceso, ya que también tienen una barra de energía, generalmente salen disparados de los autos destruidos para seguir en carrera.
A partir de ahí, Destruction All Stars tiene un componente en el que las superestrellas deben recorrer la pista a pie para dar con un nuevo vehículo, ya sea robándoselos a otros jugadores o dando con uno que esté estacionado en una plataforma especial.
Cada personaje pueden pelear con los enemigos que también andan a pie, aunque generalmente la principal tarea es esquivar a cada auto que busca atropellarnos, En ese apartado, los AllStars cuentan con una habilidad especial, que se carga a medida que recogemos cristales en la pista, que permiten volverse invisible o emitir una onda de choque. Cada uno tiene su propia característica.
En todo ese escenario, la propuesta base de este videojuego es llamativa, especialmente porque la potencia gráfica de la Playstation 5 lo hace lucir muy bien. Además, cada sesión dura lo suficiente como para desatar a la destrucción vehicular ronda tras ronda y querer buscar la revancha en una más.
El juego está centrado principalmente en los enfrentamientos multijugador en línea, incluyendo algunas opciones de equipos, pero de todas formas cuenta con un modo arcade offline.
Tanto el arcade como el multijugador están unidas por los tipos de eventos que podemos enfrentar:
- Gridfall: Cada jugador tiene un número limitado de vidas, por lo que básicamente es el modo Battle Royal. El objetivo es noquear a los oponentes para ser, como un Highlander, el último en pie. En este modo, el suelo e la arena va siendo removido paulatinamente, por lo que también hay que manejar con precaución para no caer al incinerador.
- Mayhem: Aquí simplemente todo vale, ya que el objetivo es quedar con el mayor número de puntos al final de la ronda. El puntaje se obtiene chocando y destrozando otros vehículos. A pie también se puede obtener puntaje al esquivar autos o robárselos a otros rivales.
- Carnado: En este apartado hay que reunir engranajes para acumular puntos, los que se obtienen atacando a los rivales. Al reunir una buena cantidad de engranajes, hay que conducir directo a una gran luz al centro de la arena. Pero si nuestro auto es destruido antes de depositarlo, perdemos todos los engranajes.
- Stockpile: Es como Carnado, pero aquí hay trasladar las piezas hasta tres zonas especiales antes de que acabe el tiempo.
Los tres primeros modos son definitivamente los más divertidos, aunque Mayhem y Carnado sacan ventaja. Personalmente quedé con la impresión de que la idea de batalla real de Gridfall no está muy bien desarrollada, ya que una ronda la pude ganar simplemente esquivando y manteniendo a raya a mis rivales. Si la arena se fuese achicando de forma más rápida, probablemente otro gallo cantaría.
De todas formas Destruction All Stars se impulsa esencialmente por toda la mezcla que genera para impulsar a su gameplay. No solo en términos de los modos disponibles, sino que también pone a sus llamativas superestrellas y vehículos al servicio de la jugabilidad. Es fácil hacerse de un personaje favorito, especialmente por sus diseños, pero también cada uno entrega variantes que se sienten en las carreras.
De hecho, los “vehículos de héroe”, que son estos autos especiales de cada jugador, requieren ir juntando una barra para convocarlos y no están a libre disposición. Por eso cada ronda se convierte en una carrera sin freno para acumular la mayor cantidad de ataques o cristales posibles y así acceder a las ventajas que provee cada auto especial.
El juego en cada momento potencia a su factor de repetición, ya que las rondas son bastantes cortas y variadas, pero en este primer acercamiento no se puede evitar notar que falta de contenido, por lo que el juego inevitablemente se siente demasiado acotado. Especialmente por la poca variedad de arenas disponible en cada modo.
Por eso también hay que poner en la balanza que, como toda apuesta que busca instalarse como un servicio, inevitablemente esto entrará en la vorágine de las temporadas. Y eso no le pone el terreno fácil.
No solo existe una gran cantidad de juegos multijugador de esta tendencia, comandados por Fortnite, sino que también nadie tiene el tiempo disponible - aún jugando varias horas al día - para seguir fielmente a tanto videojuego cuyo combustible principal es adueñarse de nuestro tiempo.
Destruction AllStars está divertido y es diferente, pero creo que está varios peldaños más abajo que otras propuestas ya consolidadas en este terreno.
Claro, a futuro llegará más contenido, nuevos modos y quizás hasta nuevos personajes. Inclusive se puede decir que esta primera temporada deja en claro que el juego tiene el potencial para subir varios escalones. Pero por ahora, a falta de un gancho más enviciante, solo está divertido para jugar un par de rondas y no mucho más.
Destruction AllStar es gratuito por los siguientes dos meses para todos los jugadores que posean PS Plus.