Dragon Balll Z es sin duda una de las franquicias de anime más conocidas en el mundo, y por ello es que constantemente está llegando nuevo contenido, ya sean películas, especiales o videojuegos. A pesar de esto, estar basado en uno de los anime más populares que existen no garantiza el éxito.
Es así, como tras el lanzamiento de Dragon Ball FighterZ, fue anunciado Dragon Ball Z: Kakarot un Action/RPG que revive los diferentes combates e historia que formaron parte de Dragon Ball Z.
Durante las últimas semanas hemos estado probando este juego que va desde el arco de la llegada de los Saiyajin hasta la de Buu, y que busca atrapar a todos aquellos que crecieron viendo la serie.
El juego comienza con la llegada de Raditz a la Tierra, y a medida que se desarrolla sigue la misma línea que el anime, pero omitiendo algunos elementos y profundizando en otros. Es así, como nos perdemos por completo el recorrido de Gokú por el camino de la serpiente, pero tenemos la oportunidad de saber más del Androide Número 16.
Esto sin duda le suma unos puntos positivos al juego, ya que se vuelve un gran complemento del anime, y permite que aquellos que crecieron viendo la serie tengan un poco más de información del mundo creado por Akira Toriyama, con elementos que incluso no alcanzó a plasmar en el manga.
A medida que avanza la historia y se van desarrollando las diferente sagas, es que tendremos la oportunidad de revivir algunos de los momentos más recordados del anime. Podremos disfrutar de escenas como el Kame Hame Ha de Gohan contra Cell con el espíritu de Gokú a sus espaldas, o el diálogo de Gokú al derrotar a Majin Buu, todo con los gráficos del juego, que aunque no es perfecto, si luce bastante bien en las cinemáticas.
Quizás uno de los mayores pecados de este juego, es que busca confiar completamente en la nostalgia para cautivar a los jugadores, dejando otros aspectos un tanto de lado, y no tan pulidos. Esto se retrata desde el comienzo del juego, y con esto no nos referimos a cuando comenzamos a jugar, sino que desde el momento en que iniciamos el título y comienza a sonar CHA-LA HEAD-CHA-LA, acompañada de imágenes del juego.
Junto con la historia, Dragon Ball Z: Kakarot cuenta con una serie de misiones secundarias, algunas de las cuales complementan lo que sabemos del mundo de Dragon Ball y otras son simplemente no aportan mucho y sirven para rellenar. De todas formas, estas son bastante limitadas y no cuesta mucho realizarlas mientras juegas la historia principal.
Quizás el mayor problema con las misiones secundarias, y también con algunas de las misiones de la historia principal es la poca variedad, existiendo principalmente de dos tipos, recolectar determinados elementos o acabar con un grupo de enemigos. Esto hace que el juego se vuelva un tanto repetitivo en su desarrollo.
Y si las misiones secundarias no son muy difíciles, lo mismo ocurre con gran parte del juego, que de difícil no tiene mucho y que se puede finalizar sin mayores problemas. En este sentido la jugabilidad no ayuda mucho, ya que con unos controles bastante básicos no cuesta mucho ganar cada combate, y con contadas excepciones en ciertos enfrentamientos todos son muy similares.
Es así, como el juego es salvado en gran medida por la nostalgia, es decir si Dragon Ball Z, no hubiera tenido el impacto que tuvo, y de la misma forma no generara tantos recuerdos, el juego llamaría mucho menos la atención, pero la posibilidad de recorrer este mundo con libertad y descubrir lugares que aparecen en la serie sin duda le da un plus extra.
Un ejemplo de esto es que recorriendo el mundo encontré la casa donde vivía el abuelo Gohan, a pesar de no formar parte de una misión que estaba realizando. De esta forma, quizás el mayor atractivo de este juego es la posibilidad de revivir la historia de Dragon Ball Z, los combates, diálogos y escenas más icónicas de la saga.
Como ya mencionaba, la jugabilidad de Dragon Ball Z: Kakarot, no es la más pulida del mundo, tenemos un botón para atacar, otro para movernos rápido y acercarnos a nuestros rivales, y otro para poder realizar las diferentes técnicas que tengamos equipadas. Además hay un botón para transformarse en combate. Todo esto hace que una vez que conozcamos los controles sea muy intuitivo el combate, pero a la vez que todos prácticamente iguales, y es que entre un combate y otro, finalmente se vuelve a ocupar la misma estrategia, y no parece haber mayor variación.
Quizás lo más atractivo de la jugabilidad se da fuera de combate, donde se nos permite volar con libertad para explorar los diferentes lugares. Si a esto además sumamos el que podemos viajar tanto sobre vehículos como volando, recolectar esferas para luego subir las habilidades de nuestro personajes, o reunir las Esferas del Dragón para pedir un deseo, son algunos de los elementos más atractivos del juego.
En cuanto a los gráficos, sin duda la evaluación es dispersa, ya que aunque cuenta con algunos elementos destacables, en otros casos, es bastante simplista, sobretodo en cuanto a los enemigos genéricos, los edificios en las ciudades, personas y vehículos. Sin embargo todos los personajes relevantes para la trama, cuentan con un buen diseño, y tenemos la oportunidad de convertirnos en combate con pequeñas cinemáticas que sin duda se aprecian.
De igual forma, las diferentes cinemáticas que componen el juego, se realizan con el motor gráfico ingame, sin videos estilo anime, como es habitual en algunos juegos de esta clase. Esto tiene dos lados, por un lado, en ningún caso se rompe el estilo visual del juego, pero por el lado negativo, aumenta considerablemente los tiempos de carga, los cuales en ocasiones se vuelven ridículos.
Y decimos que los tiempos de carga son ridículos no porque tarden mucho, sino por la cantidad de veces que el juego carga, en ocasiones sólo para ver una escena que no dura más de 30 segundos.
Dragon Ball Z: Kakarot, plantea un juego de mundo abierto dividido en diferentes zonas, donde a medida que vamos avanzando en la historia cada vez tenemos más zonas para explorar. De esta forma, el juego carga cada vez que cambiamos de zona, lo cual es bastante lógico, ya que cada una de estas tiene sus propios elementos característicos.
El problema es que en ocasiones al realizar una misión nos trasladamos de una a otra, estando tan sólo unos instantes y luego teniendo que regresar a la zona anterior volviendo a ver la pantallas de carga. Quizás lo peor ocurre es con las escenas, por ejemplo en una de las misiones, ayudamos a Bulma, y tras esto hay una cinemática en la casa de Gokú, por lo que el juego carga para mostrarla dado que está en otra zona, esta dura alrededor de 30 segundos, y tras eso volvemos a dónde Bulma, por lo que el juego vuelve a cargar.
En ocasiones esto se vuelve tan molesto que de verdad desmotiva a seguir, pero desde CyberConnect2 han estado trabajando en disminuir los tiempos de carga del juego, por lo que es esperable que cada vez vaya mejorando.
Finalmente, Dragon Ball Z: Kakarot es un gran juego, pensado en todos los que disfrutaron de la serie, y en quienes quieren revivir las historias de Gokú y el resto de los Guerreros Z una vez más. Aunque el juego a ratos se siente un tanto repetitivo no llega a aburrir, ya que la historia de todas formas avanza a buen ritmo, y siempre tienes otros elementos para hacer, como entrenar a tus personajes, reunir las Esferas del Dragón o hacer misiones secundarias.