Desde antes de su estreno, y con la presentación de sus tráilers, quedó bastante claro que la propuesta de Loki incluiría elementos reconocibles de un montón de series y películas de ciencia ficción. Ahí estaría algo de Doctor Who, también de Quantum Leap e inclusive de propuestas como Brazil. Su gran gancho sería meter todo dentro de una licuadora pop para luego generar un embutido para el universo de Marvel Studios.

Con lo anterior en cuenta, la propuesta de esta nueva serie a grandes rasgos resulta bastante bien en ese esquema, lo que no debería sorprender considerando que su creador, Michael Waldron, tuvo experiencia en series como Community y Rick and Morty. Mal que mal, ambas toman lo que ya está hecho para crear su cosa propia y única.

Por otro lado, otra característica de la serie radicaba en una duda: ¿Cómo abordarían al propio personaje interpretado por Tom Hiddleston? Como aquí utilizarían a una “variante” creada por Avengers: Endgame, y removida de su línea temporal en la época de la primera película de Los Vengadores, este no sería el mismo Loki que despedimos hace varias películas. El Dios de la Mentira aquí se encontraría en un punto en el que no experimentó los sucesos de Thor: The Dark World, Thor: Ragnarok ni menos su muerte en Avengers: Infinity War, por lo que en el papel la serie sería una vuelta a fojas cero.

Pero aquí responden al respecto desde su primer episodio haciendo que este Loki tenga no solo que autoevaluarse, para entender las acciones que lo llevan a ser como es, sino que también experimente, cortesía de un dispositivo narrativo preciso, a su futuro destino a manos de Thanos. Y es la mancuerna de esos elementos - su revisión del personaje y el revisionismo de su historia en el MCU - lo que eleva a esta serie varios escalones por sobre lo visto en la producción inmediatamente anterior de este estudio.

De hecho, puesta frente a frente a The Falcon and the Winter Soldier, Loki se siente fresca y dinámica en la comparación. Más importante aún, aquí si le sacan el jugo desde el comienzo a su personaje titular y eso solo eleva a Tom Hiddleston como uno de los pocos villanos de Marvel Studios que realmente han valido la pena hasta el momento.

Una llamativa organización burocrática

Como una serie de la factoría de Kevin Feige no puede centrarse en un villano, la gran gracia de Loki es tomar al personaje en un estado bastante primigenio y rápidamente impulsarlo a un terreno antiheroico en el que no solo pueda ser comprendido, sino que también tenga la pasta para ser mucho más.

Clave para eso es el rol de la TVA, la Autoridad del Tiempo que se preocupa de evitar - según explica una atractiva secuencia animada retro - que líneas alternativas sean creadas indiscriminadamente, lo que garantizaría una guerra que podría provocar la destrucción de todo el multiverso. Quizás por eso todo lo que implica a la TVA es por lejos lo más llamativo de la serie, inclusive por sobre el propio Loki, ya que es lo más diferente de todo lo visto hasta ahora en el MCU.

A grandes rasgos, esta organización es un ente burocrático - lleno de trabajadores creados por seres casi omnipresentes - que resguarda los cómos y porqués. No solo están los agentes de mayor acción, que sin problemas capturan a Loki y lo encierran para preparar su “reseteo”, ya que también están los tipos que ven el papeleo más nimio, los que dictaminan las penas de aquellos que quiebran la línea del tiempo y los supervisores que trabajan para encargarse de las más peligrosas variantes (Básicamente, los criminales espacio-temporales que actúan en contra de lo que supuestamente debe suceder).

Aunque su rol es bastante acotado en el primer episodio, la elección de Owen Wilson para interpretar a Mobius M. Mobius, el agente a cargo de investigar a esos peligrosos criminales, es bastante certera y permite entender sin mayores problemas a todo el concepto a través de la TVA. Pero su rol también es importante para elevar al propio Loki de Tom Hiddleston, ya que en un solo episodio deja en claro por qué esta variante del Dios de la Mentira vale la pena para ser seleccionada como un agente que ayude a detener a la gran amenaza que revelan al final del primer episodio.

¿Un Loki para avanzar por una línea que no es genérica?

Desde los sucesos vistos en Avengers: Endgame, la serie de Loki comienza con un pequeño recuento que presenta cómo el villano se hace del Teseracto, escapa de su cautiverio y crea una línea temporal paralela. Pero su acción es rápidamente contenida, ya que el asgardiano es atrapado por la TVA.

Con un breve y escueto juicio en el camino, esta producción nos bombardea de conceptos para entender a esta organización espacio-temporal. Y en el camino también abre las compuertas para que Loki entienda que no tiene escape y termine aceptando trabajar con esta policía del tiempo. En esa base, la colaboración entre Wilson e Hiddleston impulsa a que todo ese viaje no quede cojeando, dejando en claro que esta no es la serie que podría haberse anticipado.

Es decir, obviamente tiene elementos previsibles, como todo lo que involucra a la narrativa del MCU, pero Loki no es la serie que muchos podrían haber esperado. Su historia no tiene relación con la necesidad de evitar que Loki cree una nueva línea temporal (Eso se deshace en un santiamén), sino que es sobre cómo Loki debe crecer - a sabiendas de su destino y de que hay un poder superior al suyo - para iniciar sus locas aventuras espacio-temporales que permitirán salvar al multiverso. Por eso las proyecciones de lo que esta serie podría ser son bastante interesantes.

El primer capítulo tantea que se visitarán épocas distantes para remediar los problemas, y el personaje de Owen Wilson hace una pequeña visita a la Edad Media para dejar en claro cómo está operando una amenaza que al comienzo está literalmente en las sombras, y que Loki tendrá que actuar porque prácticamente es el único que puede dar con el peligro.

En ese sentido, si los capítulos posteriores son de aventuras más individuales, sin tanto menjunje de que “esto es importante para la historia mayor del MCU”, y es mucho más cercano a la idea del “monstruo de la semana”, a la que le sacaron tanto partido series como Los Archivos X o Buffy, Loki tiene mucho potencial.

Y ojalá así sea, ya que es preferible que esta serie se valga por si misma. en vez de ser solo un episodio más del universo cohesionado que generalmente está entregando lo previsiblemente genérico. Es decir, ojalá que los señores de Marvel Studios dejen que este Loki haga lo suyo. Que tome lo que ya existe - en otras series y películas - para crear su propia cosa. Al menos, el primer episodio al menos da esperanza para que eso no sea solo una ilusión.

Loki se estrena cada miércoles en Disney+.