Si hay algo que podemos reconocerle a Fallout 76 es que efectivamente es tal y como me imaginé que sería el mundo después de una crisis nuclear: es feo, es desolador, es peligroso y sobre todo muy pero muy aburrido.
El nuevo juego de la serie sorprendió a los fanáticos cuando fue anunciado durante la E3 de este año no sólo por la sorpresa de tener un nuevo Fallout justo para este año, sino que también porque se trataría de una experiencia 100% online.
Siguiendo la moda de gran cantidad de juegos, Fallout 76 está construido para ser disfrutado con un grupo de amigos. De hecho, necesitas estar conectado a Internet de manera constante para disfrutarlo. Una idea prometedora en un comienzo, pero que rápidamente se desgrana cuando conocemos que fue implementada de las peores maneras posibles.
La premisa de Fallout 76 nos muestra la apertura de la bóveda 76, una de las primeras que logró abrirse tras la crisis nuclear que obligó al mundo a esconderse bajo tierra. Esto ubica al juego como el primer en cuanto a cronología y por lo mismo, temáticamente, el menos interesante en cuanto a historia.
Esto porque en el mundo de Fallout 76, a diferencia de los otros, no existe ningún tipo de sociedad desarrollada. Todo el inmenso mapa de West Virginia está poblado solo por animales, robots, mutantes y muchos pero muchos computadores.
Es a través de estos computadores que podrás conocer la historia del juego a través de audios y textos que tendrás que leer y que es posiblemente la implementación más aburrida posible para un juego que desde siempre ha sido rico en las relaciones sociales que los protagonistas pueden crear con este mundo hostil.
Y sí, todos sabemos que implementar historias inmersivas en juegos en línea es complicado, pero la implementación de los computadores es quizás la forma más floja de haberlo hecho y se siente como un sacrificio más que una oportunidad. Un sacrificio de lo que a mi juicio siempre ha sido la verdadera gracia de jugar Fallout: Descubrir un mundo nuevo y desarrollar a tu personaje inmerso en él.
Pero cuando le quitas la historia, los pueblos, los personajes y las decisiones morales y todo lo conviertes en una actividad más que en una decisión, el juego pierde toda su gracia y el significado que alguna vez tuvo.
Y todo queda muy bien ejemplificado con las bombas atómicas. En Fallout 76, los jugadores pueden encontrar pedazos de códigos nucleares que, al unirse, pueden ser usados para lanzar una bomba nuclear a alguna zona del mapa, preferentemente donde estén tus enemigos y algunos otros jugadores en línea, dejando el caos, alterando el mapa y generando un campo de radiación. Esto termina convirtiéndose en una suerte de guerra nuclear hecha para entretener a los 24 jugadores que pueden estar dentro de cada servidor a la vez.
Un opuesto completo a una de las primeras misiones de Fallout 3, donde conocemos el pueblo de Megaton que fue formado alrededor de una bomba nuclear activa. Una de tus primeras misiones tiene que ver con una opción: activar o desactivar la bomba, causando consecuencias permanentes en tu acción.
El mundo de Fallout 76 es un mundo sin muchas consecuencias, sin mucho que hacer y cuya diversión depende más de tu grupo de amigos que de las actividades y el gameplay que propone el juego. Y para ser sinceros, hasta jugar con barro es entretenido si lo haces con amigos.
Hay varias cosas, eso sí, que el juego hace de manera interesante, como el sistema de supervivencia que te obliga a ir midiendo tu hambre, tu sed y tu radiación junto con tus municiones, por lo que tener compañeros que puedan ayudarte en tener un sorbito de agua purificada sirve mucho.
Y el sistema C.A.M.P., que permite armar tu fortaleza y llevarla a cualquier sitio sirve mucho para preocuparse más de buscar materiales que de pillar sitios específicos para usarlos. Pero más allá de eso, el juego como shooter es mediocre y se siente más como un mod sobrevalorado que una aventura con personalidad, como hasta ahora ha sido la serie.
Lo peor de todo es que tal como pasó con No Man's Sky, a la hora de hablar de productos en línea, uno no puede ser tan categórico, porque los parches, nuevas temporadas y mejoras con el tiempo pueden, efectivamente, cambiar radicalmente la forma de disfrutar un juego de este tipo. Pero en su estado actual, Fallout 76 no merece tu atención ya que hay muchos juegos que hacen lo mismo y lo hacen mejor.