Como toda franquicia anual, no siempre se esperan cambios sustanciales en los juegos de FIFA presentados por EA Sports. Quizás alguna modificación por aquí y otra por allá, en presentaciones que a veces se instalan como meras actualizaciones glorificadas.
Ese no es el caso de FIFA 18. Lo más notorio radica en el hecho de que existen mejoras visibles respecto a la edición anterior, que tuvo como principal tarea implementar el nuevo motor gráfico Frostbite y las posibilidades que entregaba cosméticamente a la hora de capturar a los jugadores reales.
La misión de esta edición era clara y lo concretan, tomando la base del anterior y mejorando todo lo hecho, manteniendo la línea que define a este juego como la experiencia de fútbol virtual más dinámico.
En FIFA 18 no solo hay una mejora en el posicionamiento defensivo de los jugadores, con las barridas no siendo tan automáticas como antaño, sino que también en la forma de tratar las jugadas ofensivas, ya que el juego se siente mucho más pulido en los pases, centros por las bandas y la forma de concretar goles.
Donde hay un avance más importante es en lo que se refiere al posicionamiento para los regates, probablemente el elemento más diferenciador de este videojuego de fútbol, ya que en esta edición se concretan con precisión y también se requiere claridad respecto a la distancia con el rival. De ahí que pueden llegar a ser parte de la propia táctica dentro del juego y no solo un mero "lujo".
Manteniendo el pulido trabajo de diseño que caracteriza a la saga de FIFA y que lo convierte en el juego de fútbol "más bonito", que es algo que surge desde su trabajo en los menús a aquellas gráficas implementadas en pantalla durante los partidos, también existen mejoras que agilizan la dinámica de los partidos.
En ese apartado, una de las mejoras más notorias es la posibilidad de realizar rápidas sustituciones, sin tener que entrar al menú y perder más tiempo del necesario para cambiar a uno de los 11 jugadores que están en el juego.
Ese elemento se logra gracias a la implementación de cambios automáticos, en dónde se sugieren rápidamente que jugadores deben reemplazar al que esté más cansado o uno que esté resentido físicamente. También nos entregan la posibilidad de planificar las sustituciones, algo que surte efecto especialmente a la hora de estar subiendo las habilidades de juveniles que no rinden durante todo un encuentro. Todo esto obviamente ayuda a que el flujo del juego no se interrumpa tanto, pues estábamos acostumbrados a perder tiempo en los menús.
Aún así, no existen mejoras en lo que respecta a algunos problemas que siempre han existido. Ya sea con los pases, como apuntar el balón a un jugador y que le llegue a otro dando pie a que el rival intercepte fácilmente la pelota, así como la selección de los jugadores activos o el hecho de que los árbitros sirvan aún menos que los reales, omitiendo faltas graves o cobrando otras que ni siquiera deberían ser cobradas.
Pero como la señora FIFA avala a este videojuego, las reglas siempre se cumplirán en esta simulación idealizada del fútbol.
Pero más allá de esas mejoras, FIFA 18 destaca sin lugar a dudas por la travesía de Alex Hunter, que en su nueva edición mejora toda la base que ya prometía la edición 2017 de este videojuego. Esta campaña singleplayer con esta nueva versión se instaló como el mejor elemento de esta franquicia, su gran diferenciador y una experiencia que permite ir más allá de la posibilidad de convertirse en el técnico de un equipo o hacer crecer a un jugador desde cero.
Comenzando la historia en un equipo en Inglaterra, este modo tiene una historia atractiva que mantiene los problemas personajes de Alex, pero los potencia con las rivalidades dentro del terreno del juego, la recepción de la hinchada ante la posibilidad de abandonar al equipo o el hecho de cambiar de camiseta en el camino. La trayectoria de este juego se enfoca tanto en lo que sucede fuera del campo, como el desempeño al interior de la cancha.
Hay objetivos por cumplir, cambios de escenarios que actualizan la historia y múltiples desafíos que definen que la carrera tenga múltiples caminos para avanzar mientras la propia habilidad permite ir desbloqueando mejoras cosméticas (tatuajes, ropa, zapatos de fútbol), en vez de exigir dinero real a cambio.
Lo mejor de todo es que los cambios de historia no solo se implementan a través de entrevistas, conversaciones con otros jugadores, con el agente o el técnico, sino que directamente al interior de los partidos. Al comienzo de la carrera, cuando decides tentarte con una oferta del Real Madrid, la misión es dar vuelta un partido en contra mientras los fans abuchean cada vez que Alex recibe el balón. Todos esos pequeños detalles fomentan la experiencia.
The Journey en definitiva es el modo de juego que hace que FIFA 18 brille, sacándolo del esquema que este tipo de juegos venían implementado durante los últimos 25 años. Pero también está el foco en el FIFA Ultimate Team, la diversidad que permiten sus diferentes carreras, las posibilidades del online e inclusive la opción de los clubes PRO. La oferta de modos de juego es tan amplia, que no hay mucho espacio a aburrirse para todos aquellos que han disfrutado este tipo de juegos en el pasado.
FIFA 18 es un gran juego de fútbol, aunque siempre el debate será si es necesario acceder a estas actualizaciones glorificadas. Si el anterior se validó por el nuevo motor gráfico, el FIFA de este año lo hace con una gran cantidad de mejoras que justifican la inversión, especialmente por el modo The Journey.
En el resto, si uno ha probado los juegos de la saga y ha constatado su evolución durante la última década, uno sabe perfectamente a lo que va.
https://www.youtube.com/watch?v=0ETKAYRzvjs